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miércoles, 22 de diciembre de 2021

LA MADUREZ DE LA RAZÓN

LA MADUREZ DE LA RAZÓN

Nos necesitamos el uno al otro tanto como nadie a muchos. Ya no impresiona tanto el desgaste como la huella impresa en nuestra vieja mirada. Mis cálculos rezuman alegría pero, al mismo tiempo, calman mi ansiedad. Ya no siento compasión, pero sí cierta tristeza por no estar en el lugar apropiado. No apropiado para mí, sino para ella, escondiendo cautela mirando tras el cristal que nos muestra su malestar, enojo y estampa bella, enfadada cual estrella que dejó de brillar. Pero ella siempre brilla, aunque no se hacérselo ver, aunque no lo sepa valorar. Y cuando intento comprenderla, pienso en en esa edad que de frágil y dulce tela se rompe nada más mirar. Y ya no eres aquella, sino aquél que no sabe encontrar tu tierno lugar. Quien tuviera tus años, pero quien no tuviera el oscuro de tu pesar.

El orgullo no se mide con palabras, sino mirando a los ojos de ese corazón perdido que lucha por buscar un camino que no sabemos si podrá encontrar. Entonces observo en el blanco de sus pupilas esas palabras que no se atreve a pronunciar. Ya sufren bastante, aunque la culpa sea ajena y la responsabilidad de los demás. El mérito consiste en mitigar y minimizar todo daño colateral. Y hasta ahí me veo impotente. Hay cosas que no se pueden remediar.

Espero no ser juzgado sin juzgar la realidad. Porque es lo que nos duele de verdad. Cada vez quedan más años, pero menos tiempo por pasar.

Yo tampoco lo entiendo. Será que no me alcanza la edad ni la madurez... o será que me falta la razón. No me queda otra. 

A ella tampoco.


miércoles, 15 de diciembre de 2021

MIL OLVIDOS Y UN SUSPIRO

MIL OLVIDOS Y UN SUSPIRO

Un recuerdo vale más que mil emociones, pero también una emoción vale más que mil recuerdos. Todo depende de si nos quedamos con el recuerdo o nos quedamos con la emoción. Se acercan días en los que tanto los recuerdos como las emociones nos pueden hacer reír y llorar... No creo que existan días tan contradictorios como los que quedan por venir. Cuando no nos duele lo propio, menos aún nos va a doler lo ajeno. No valen los reproches llenos de humo incoherente, ni la mitad de las noches, ni la mirada a poniente acicalada en tu sonrisa bella, dulce, indigente, que encuentra consuelo mientras despierta la ira y bailan las luchas de la gente indecente... en las que falta ella, como ya dije, anteriormente, la mitad de los días y el resto de los meses.

La inocencia no tiene edad, y la ingenuidad no sabe medir el tiempo... es de esas cosas que nunca madura. Si chocan nuestros gritos, malditos, sobran nuestros motivos, aquellos que persigo aunque tú no te impongas ni yo me mutile con la muerte del olvido. Y aquí volvemos al principio...

Un recuerdo vale más que mil olvidos y un olvido no vale nada en el justo momento en que deja de ser recuerdo. Pero también pienso en quienes necesitan recordar... ese suspiro que se nos escapa cuando nos acordamos de alguien y...

...no puede estar... no sabe estar... no quiere estar... da igual el motivo, solo importa el recuerdo que, por una vez, le gana al olvido.

Aunque nos duela la emoción.

miércoles, 8 de diciembre de 2021

CUANDO SUENA TU VOZ

CUANDO SUENA TU VOZ

Cansado de esperar a la gota del rocío, me dejé caer en el viento de cartón, ese que sopla frío, sin cariño, corona ni corazón. El agua fina huye, invisible, cantando con sus gotas tamaño punzón, se diluye y corre sin mis botas de niño cabezón. Entonces compruebo el calor del aire y entro en la habitación. Me miran sus pequeños ojos, bilingües, del color del cielo y de las nubes donde nació. Me mira. Esboza una sonrisa y suplica con esa mirada algo parecido al perdón. De pelo largo, enmarañado y fino como el hilo que teje la araña que busca su salvación. Sin rencor pero con compasión. No pronuncia palabra porque no la encuentra en su interior. Retrocede. Sus labios se humedecen y respiran la sal que no distingue el sabor. 

Desaparece. Se esfuma. Inhala humo de memoria para no olvidar nunca el recuerdo de su intuición. Sabe que me quiere, que se quiere... que no recele la envidia de los celos de mi amor. Habita en su cuerpo la sangre que la desheredó. Grita con fuerza su nombre... ese que el infinito nunca escuchó. 

La muerte vive en nuestro interior, pero la vida muere con cada zancada que pronuncio, con cada palabra que avanzo para tocar la fortaleza que se hace frágil cuando suena tu voz. Porque cuando suena tu voz, resucita la sonrisa y se apaga la oscuridad que nos separa a los dos.

Y es una pena... porque la oscuridad que existe cuando nuestras manos se rozan es ínfima.
 

miércoles, 1 de diciembre de 2021

UNA DERROTA ANTICIPADA

UNA DERROTA ANTICIPADA

No todos los mercenarios se venden por dinero. Ahora, que vuelvo la vista atrás, escucho y observo, interpreto y entiendo, separo la niebla de los infiernos, me libero, muerdo y hasta contemplo las estrellas de vez en cuando. Pero sin darme demasiados lujos. Mi prudencia no me va a salvar la vida, aunque algunos pretendan lo contrario; mas no me preocupa el contrario sino el tener al enemigo cerca y con la mirada turbia. Con mi cuchara de cristal esparzo el polvo de diamante sobre las nubes que atraviesan mi cuerpo, de norte a sur, de vida a sueño, de mar a océano, de salitre al sudor, aunque esto ya se menciona en alguna que otra canción. Pero las canciones no tienen dueño cuando suenan con nuestra propia voz, supongo. 

No me acomodo, ni tampoco me acostumbro a lo bueno o a lo malo por venir. Sería un necio si me dedicara a contemplar el tiempo viajar. Un mal juego, una mala tarde, una mala partida o una mala pasada son expresiones que pueden ser usados por cualquiera en diferentes contextos. El sentido no usa la razón, pero la razón puede que juegue a tener cierto sentido. Es todo según se mire. 

Odio esos momentos en los que la luz entra por la ventana y me vislumbra por encima de mis pestañas, soltando lágrimas y dejando caer suspiros en la alfombra de mis ilusiones... porque aún sigo teniendo muchas, pese a quien le pese. Incluyamos al propio tiempo como entidad; aunque éste sí es verdad que cada segundo que pasa, nos va sacando ventaja. 

Nadie le puede ganar al tiempo; tan solo los inmortales pueden mirarlo de frente sin achantarse.

Y yo no conozco a nadie que lo sea.


viernes, 26 de noviembre de 2021

VIOLENCIA SIN GÉNERO

VIOLENCIA SIN GÉNERO

El abuso despiadado sobre la inocencia denota claramente el arte y la pericia de la manipulación para quienes se muestran más débiles ante el poder del matriarcado. Los objetivos personales se convierten en imposiciones para con los demás para maquillar fracasos catalogados como nuestros, obligando, de esta manera, a hacer creer a los demás que lo que uno cree es lo bueno. La violencia no tiene género, aunque se empeñen en hacernos creer lo contrario. Una persona violenta demuestra que lo es y no depende de si lleva tacones o se pinta las uñas... porque cada vez veo más hombres que se las pintan, salen con falda en televisión y se tiñen el pelo de azul.

El maltrato a este tipo de personas, ¿Es violencia de género? ¿Independientemente de que venga de un hombre macho alfa o de una mujer poco afeminada? No pretendo abrir debate con esto, ni crear polémica. Yo ya tengo mi propia opinión, que expresé anteriormente: la violencia no tiene género. Un hombre puede maltratar a una mujer al igual que una mujer puede maltratar a un hombre. Y existen múltiples tipos de violencia.

Los hombres seguramente usen más la violencia física, y las mujeres la psicológica, pero eso es simplemente por la propia naturaleza del ser humano. Los papeles se pueden invertir... ¿Y si una mujer está casada con otra mujer y la maltrata? Me consta que existen casos, pero no interesa mostrarlos en televisión.

Lo triste es quien usa a los más débiles para crear violencia a otras personas sin darse cuenta de que, realmente, la persona más maltratada es la más débil. Lo digo por tercera vez, la violencia no tiene género. Y mientras esto no lo entiendan, seguiremos en pausa.

Conozco hombres y mujeres malos o malas por igual. El problema no está en el género, sino en la persona. 


viernes, 19 de noviembre de 2021

ALGO POR LO QUE LUCHAR

 ALGO POR LO QUE LUCHAR

La soledad de cada segundo se mide en instantes eternos. La soledad de cada instante se construye con la falta de amor contando minuto a minuto las horas inacabadas de nuestro pequeño rincón. Hay momentos en los que me siento mal conmigo mismo, por cargarme una culpa, sin duda compartida, pero irrefutable a nuestros actos. La valentía es solo para quien la pretende, y no para quien la pregona. Debí darme cuenta mucho antes. El problema es que ya es tarde para algunas cosas. 

Sin embargo, para otras cosas aún hay tiempo. Pero el tiempo no siempre es mío. A veces es de los demás, y otras veces es compartido. ¿Cómo podría olvidar lo que el tiempo nos quita de las manos? Creo que nadie podría... nadie puede. Y yo no soy una excepción. Cierro los ojos y veo una niña de apenas dos años de edad llorando, delante de mi, buscando contacto y amparo, consuelo y explicaciones, seguramente intentando comprender ese vacío tan inmenso, mirando hacia arriba y diciendo "papá" cuando, una vez más, tenía que partir y gritar. Hay momentos que se graban en la memoria para siempre, y este es, seguramente, uno de ellos. 

Momentos que rompen el alma de cualquier persona con un mínimo de sensibilidad. Momentos de llanto, de volver la cabeza, de vacío, de inseguridad... en mi y en ella. Siempre existe algo por lo que luchar.

Siempre existe algo por lo que vivir.


viernes, 12 de noviembre de 2021

VIVIR O SOBREVIVIR

VIVIR O SOBREVIVIR

La soberbia no tiene límite, pero sí tiene fin; quizá justo cuando empieza el orgullo. De todas formas, ninguna de las dos cualidades (o defectos, según se mire...) suele ser buena consejera. Verán ustedes:

La vida no deja de enseñarnos cosas, desde que nacemos hasta que morimos. Al menos, así lo deseo yo... aprender cosas nuevas hasta el último momento, hasta mi último suspiro. Gastar y sobrevivir se convierten en sinónimos cuando gastas parte de tu vida en intentar sobrevivir; y así he estado unos diez años de mi vida, aproximadamente. Quizá, cuando uno intenta sobrevivir, aprende más, o quizá aprende mejor. Yo creo que ni una cosa ni la otra, porque bastante tiene uno con sobrevivir. Pero sí es cierto que uno aprende cosas que no hubiera aprendido si hubiera estado en otro lugar.

Conocí de cerca la tiranía, el aburrimiento, el abuso y el desuso. La desfachatez y la vagancia, la falsa ironía y el desplante. Pero claro, obviamente, tratamos de sobrevivir. Y el que trata de sobrevivir, padece. De una forma u otra, pero padece. Conocí la ingratitud, el desapego, la mentira en todas sus dimensiones y, por qué no decirlo, también el sueño. Y vi cómo se rinde pleitesía ante el miedo al fracaso y al desamparo. El problema es que hasta que no pasa el tiempo, uno no se da cuenta de que eso es sobrevivir, y aunque a veces vivir es peor que sobrevivir, al menos uno por fin vive, sin presión en el cogote y una digna respiración.

Porque cuando uno no puede ni respirar, mejor vivir mal que sobrevivir de aquella manera... Sí, sí, arrieros somos, que la memoria no olvida ni el recuerdo perdona. O al revés. Y yo me entiendo...


viernes, 5 de noviembre de 2021

ROTURAS EN BLANCO Y NEGRO

ROTURAS EN BLANCO Y NEGRO

El vaivén de la ventisca emocional agota cualquier sueño inimaginable; el personal y el ajeno, el propio y el amado, o el supuestamente amado, o el que creemos que es propio. Nadie aguanta una lucha congelada dentro de una imagen viva colmada de paz. La vida muere y la muerte vive en el mismo lugar en el que la vida muere. Por lo tanto, la muerte siempre vivirá, dentro, fuera, o alrededor nuestra. Pero eso solo lo decide el tiempo. También es verdad que los consejos no existen cuando uno no los quiere aceptar, siempre que hayas aprendido a escucharlos, porque algunos ni en eso se esfuerzan. Entonces llega ese momento en el cual el cielo tiene ruedas, el aire tiene nubes, las nubes cambian de color y los colores siempre se disfrazan de blanco y negro. Ese momento es crucial.

Lo que es recto, seguirá siempre siendo recto. Si tratamos de curvarlo, aunque sea mínimamente, se puede romper. Depende de la flexibilidad. Por tanto, lo que es recto e inflexible, nunca puede cambiar. O te lo quedas, o lo abandonas. Pero hagamos lo que hagamos, siempre tiene que ser antes de romperse. ¿Y si algo es curvo? Da igual, cada uno es como es... O te lo quedas, o lo dejas... o se rompe.

Nos podemos romper nosotros mismos por culpa de otros que son rectos e inflexibles. La vida es así, o nos mata ella o nos morimos nosotros; pero nunca busca esa imparcialidad. Maldita lengua la de los locos que conducen por el camino que nos llevan a la piel de cristal sita en el centro de tus besos colmados de pasión.

Y de veneno. Frágil e inservible en el ser invulnerable... pero yo no lo soy. Búscame tú, que yo ya me perdí, evitando tu veneno. 



miércoles, 27 de octubre de 2021

ADMITIR LO INEVITABLE

ADMITIR LO INEVITABLE

Admito lo inevitable. Mientras las nubes asoman por la ventana, mis pies caminan por el pasado buscando huellas que aún permanecen por la memoria. Triunfante en la vida, quizá, sin demasiada suerte, llego a la conclusión de que uno busca lo que encuentra, pero no siempre se encuentra lo que se busca. No hay que ponerse melodramático pensando en que cada cual tiene lo que se merece... aunque tampoco sé si merezco lo que tengo. El caso es que una de esas huellas encontradas hoy en el tiempo es la de una sonrisa, un encuentro forzado en su justa medida en un pequeño pueblo manos largas de ciudad. Me gustó. Y mucho. No sé reconocer lo bueno... o me da vergüenza, o quizá no me enseñaron. 

Probablemente yo sea tan cruel conmigo mismo como quizá lo fuera la gente antaño, entre 30 y 40 años atrás. Demasiado lejos llegan mis huellas, si me paro a pensarlo detenidamente. La mayoría de mis escritos duelen. Si no duelen, hacen daño, y si no hacen daño, tratan de curarlo. No se trata de victimismo, sino de buscar sanar aquello que no entiendo. Por eso dije al principio que admito lo inevitable, pero también digo ahora que reconozco lo justo y verdadero. Hay más huellas buenas que negras, nos guste o no. Pero las negras duelen tanto que anulan las buenas, por muchas que sean. De todas formas, vuelvo a reconocer que lo bueno es siempre más y mejor.

Esto es como un propósito de enmienda... trataré de escribir más sobre las cosas buenas que pasan, aunque siga contando en plan de clave melancólica y abstractas las malas. Todos tenemos, al menos, dos caras...

...intentaremos mostrar más una, por tanto.

miércoles, 20 de octubre de 2021

UN BRINDIS POR EL TIEMPO

UN BRINDIS POR EL TIEMPO

En un día cualquiera puede pasar cualquier cosa. Creo que a la gente mala solo le pueden ocurrir cosas malas y a la gente buena le puede ocurrir de todo. La maldad no está ligada con la generosidad, y la maldad puede atraer también momentos buenos, pero a la larga no compensa. Quien desea el mal para los demás, tarde o temprano, se encuentra al mal delante de las narices, como un toro que respira a dos centímetros de nuestra nariz. Eso no significa que a otra gente no le pasen cosas malas... también ocurren, es la ley de la vida; pero se ven de manera diferente. Si pensáramos realmente en lo que vamos a hacer imaginándonos a nosotros mismos sufriendo nuestros propios actos, el mundo sería bastante diferente. Cuando nos lo enseñan desde pequeños, lo vemos como una moraleja más: "No le hagas a nadie lo que no te gustaría que te hicieran a ti". Lo que no nos enseñan es que hay personas tan pobres y que se quieren tan poco, que son incapaces de querer a otros, y, por desgracia, existe el masoquismo, y ahí justamente es cuando no me gusta que empaticen conmigo.

Las desgracias ya vienen solas, no hace falta ir a buscarlas. Somos tan cabezotas que no aprendemos la lección. Con la mirada gacha, la frente cansada, la pierna marchita y el caminar perezoso de bastones invisibles, de uñas de oso, olor irresistible, pestañas de toro, agotadas, ensimismadas, engatusadas, pintadas sin rostro, con falta de sonrisa y aletargadas en el potro de tu propia cornisa, sonríe más quien puede que quien quiere, más no solo vive, sino muere, quien recordar quiere una muerte que han pintado en el cielo para poder prometerte que tú ya no saltas, pero yo, si puedo, vuelo.

Y si quiero también. Que no sufra mi niña con el baile del ciego, maldita rapiña que tumbó tu ego cansado de una lucha sin sentido y sin apego. Un brindis por el tiempo. Dilo... dilo sin miedo.

No lo dejes para luego. 




miércoles, 13 de octubre de 2021

LA MADRE ADOLESCENTE

LA MADRE ADOLESCENTE

Me pareció verte entre la gente, ayudada al andar por otra gente que desconocía por completo. La mueca de tu sonrisa te delató, pero la edad me produjo unas dudas irreparables. ¿Cuántos años han pasado? ¿Unos quince? Sí, seguramente más... El peinado, la mirada, la forma de caminar y la empatía de tus manos con el resto del cuerpo no me parecían del todo efímeros, aunque sí apropiados. Me quedé parado unos segundos, sin saber qué decir antes de pensar ni qué pensar que pudiera decir. La mascarilla jugó a mi favor; la arruga se disimula mejor cuando solo se puede demostrar que existe. Yo soy un inútil al respecto. 

En cualquier caso, semejante parecido con la realidad es una exigencia, y no una utopía que esconde el paso del tiempo. Dijeron demasiadas cosas que no debieron ser pasadas por alto, pero uno es conformista y no hace caso de habladurías. ¡Habrase visto mayor disparate! Ya no sé quién de las dos jugó más a juzgar que a dar falsas esperanzas. Aunque sí sé quién jugó mejor. Eso es obvio, aunque únicamente para mi.

Pasado este tiempo, me alegro de estar en el lugar donde estoy. No sé si es el lugar correcto, pero sí sé que podría haber estado en algún lugar mucho peor. Porque para estar mejor hay que hacer méritos, algunos de los cuales ya no dependerán de uno mismo, sino de los demás, y cuando algo no está bajo control...

Si fuiste tú, me alegro de no haberte saludado, lo cual puede significar que no me conocieras. Y de eso también me alegro. La adolescente jugó a ser madre, y ahora la madre se cree adolescente.


jueves, 7 de octubre de 2021

TODA UNA VIDA

TODA UNA VIDA

Inútil es buscar una solución para aquello que no tiene solución. Pecamos, y yo el primero, de falta de empatía, sobre todo cuando nos preocupa el amor a nuestra propia sangre. Juzgamos y prejuzgamos, sin saber ni conocer el porcentaje de sufrimiento en el momento en que no encontramos explicación para aquello que no podemos ver. Es obvio que sentir, sentimos todos. El error está en creer que lo que nosotros sentimos es siempre lo correcto. Pero lo más importante es saber que jamás estamos preparados para ver o percibir cualquier cosa que vivamos. Siempre hay alguien mejor que nosotros en cualquier habilidad, talento o conocimiento. Siempre hay algo que nunca dejará de sorprendernos. Estando preparados para todo, encontraremos la serenidad necesaria para actuar con la máxima templanza posible.

Por tanto, cuando creía haberlo visto todo, una vez más, me vuelvo a equivocar. Reconozco haber sido injusto, lo cual no significa que conmigo no lo hayan sido. Supongo que hay de todo en su proporción justa. La verdad es que tengo que admirar ciertos comportamientos, una vez comprendidos algunos conceptos que aún no llegaba a entender. Y, aunque como dije antes, nunca podré entender todo al cien por cien, ahora sí que entiendo el nacimiento de tantas frustraciones, desencantos y miedos. Entiendo el esfuerzo, la lucha, el tesón, el deseo y el empeño. No entiendo la falta de recompensa.

He vuelto a conocer una vertiente de la maldad, esa que se consigue mezclando venganza e ignorancia, rencor con desapego, odio con despecho... y así podría estar horas emparejando adjetivos que demuestran la vileza que el ser humano puede llegar a tener por una vida ya madura y llena de arrugas que no ha sabido dejar libre a quienes merecen más amor.

Afortunadamente, no me ofendo con las mentiras. Solo siento tristeza por aquellas personas que necesitan amargar la existencia de algunas personas para poder ser ellas felices pero que, paradójicamente, nunca llegan a saber dónde está el límite, por lo que consiguen hacer, de por vida, infelices a los demás e infelices a ellas mismas. Las demás, por agotamiento de batallar constantemente para conseguir algo que debería ser innato; las últimas, por ser víctimas de su propia agonía... ya sabéis, esa de "cuánto más tengo, más quiero". Pasa con el dinero... ¿Por qué no iba a pasar con otros aspectos de la vida?

Ya sueñan con bailar sobre tu tumba... tranquila, yo tampoco me voy a quedar vivo toda mi vida... ni toda mi muerte. Vamos, eternamente; que a veces me cuesta expresarme. Después de todo, cada uno vale toda una vida. La suya propia.


martes, 28 de septiembre de 2021

UN SALTO MÁS

 UN SALTO MÁS

Entiendo que haya gente que esté siempre arriba. No me refiero a ningún ámbito en concreto de la vida, ni personal, ni profesional, ni sentimental... simplemente arriba. Cuando estás en lo más alto, no puedes subir más. Pero sí que puedes caer, bien de forma voluntaria o bien de forma involuntaria. El caso es que caes, por desgana, cansancio, hastío... me es igual el motivo. Desciendes y punto. Desde fuera, si siempre estás arriba y te ven caer, puede que le den importancia, o puede que no. Lo normal es estar arriba, así que si por un tiempo no lo estás seguramente ni te estés dando cuenta. Y me atrevería a decir que quienes no aprecian la posición de cada uno tampoco se estén dando cuenta. El problema está en los que se dan cuenta y se esfuerzan por estar arriba.

Cada cual ve normal lo que vive. Yo sé que no estoy en lo más alto, pero desconozco cuán bajo puedo estar. Lo que sí sé es que me paso la vida dando saltos para llegar siempre a lo más alto. A veces llego muy alto y otras no tanto, pero siempre me esfuerzo para estar en una posición que, quizá, tampoco quiera estar. Para quienes están siempre arriba es muy fácil estar ahí porque han estado siempre; lo ven natural, sencillo, innato. Es como andar, respirar o dormir. Lo hacen de forma inconsciente. 

Si a mi me gusta estar abajo y a veces doy saltos, aunque falle uno de cien, ese acierto debería ser valorado. Basta con que entiendan que no todos estamos arriba. El mérito no existe cuando se es como se es sin tener que hacer nada adicional. Abajo o arriba... cada uno está donde debe estar, sin más. Luego está la actitud. Hay quien lucha y hay quien se rinde. Pero esa es otra cuestión...

Bueno, voy a tomar impulso... que tengo que dar un salto más.


martes, 21 de septiembre de 2021

VIENTOS DE OTOÑO

 VIENTOS DE OTOÑO

Y con el viento templado del otoño, pude recordar que hace pocos años atrás me volví un despreocupado inocente que solo buscaba poder respirar por encima de mis hombros. Hemos pasado mucho. Eso es cierto. Pero no sufre más el que más desgracias ha vivido, sino quien peores deseos frustra en la pérdida de la felicidad. No se puede estar soñando eternamente por la libertad en momentos en los que ahora nuestros actos no gustan. Muchas veces me pregunto quién soy; otras veces me pregunto cuándo cambié, o hacia dónde voy. O qué hice mal... o incluso qué dejé de hacer bien. Me pregunto si algún día quise ser alguien que realmente no fui o no soy en la actualidad. Creo que todos intentamos mejorar con respecto a los demás. Al menos si algo o alguien nos importa de verdad. He tardado mucho tiempo en darme cuenta de que esto es un error.

Vacía puede estar una mente, un alma, un caricia o una emoción. Por eso, cuando sopla el viento no arrastra nada, y eso que nos ahorramos. Y el duelo convive con la pereza del miedo a sufrir sin emoción. Sin embargo, un sentimiento pesa siempre, y necesita del aire de mil alientos para mover pensamientos sin corazón.

Vientos de otoño sin corazón. Y otra vez la melancolía nos vuelve a robar la razón... otra vez más. Sin remedio. 

Sin solución.


jueves, 16 de septiembre de 2021

MÁS DE UN CAMINO

MÁS DE UN CAMINO

Cabe esperar la ida y venida de la ansiada revolución. Y digo ansiada, y no ansiosa, pensando en el porvenir de generaciones futuras criadas a base de caprichos irracionales e irreversibles. Porque sí, porque es difícil reeducar a quienes tienen poca educación. En el buen sentido. Mi llanto no se disimula con cualquier cosa o de cualquier manera. Hasta para eso tengo que tener arte, pero nadie es cien por cien perfecto en cada disciplina que la vida nos enseña. Mostramos rabia, impotencia, dolor y ansiedad cuando no nos queda más remedio, y parece que uno termina acostumbrándose. Malo. Lo mires por donde lo mires. Entonces, pasada esa fase, recurrimos al odio y al rencor. Sí, al odio y al rencor. Mucho odio y mucho rencor. Muchísimo. Cuanto más, mejor.

Ese es un camino. El otro camino no se puede basar en el perdón hacia los demás, sino en la complaciencia hacia uno mismo. Aunque implique sacrificio, lamentos o cierta pérdida de dignidad. Quizá eso nos ayude a conseguir la felicidad. Primero, la propia; después la de los demás; y si tengo que rebajar mi nivel de orgullo por algo tan digno no pienso en lo indigno que puedo llegar a ser o a parecer. Siempre hay dos caminos, al igual que la vida siempre va dando vueltas. Ciclos finitos en un único ciclo infinito. 

No sé qué camino es mejor. Sólo sé cuál es mi camino. Y si para que los que de verdad nos importan sean felices, yo tengo que ser un poco más infeliz, pues que así sea.

Pero sin pasarse.


miércoles, 8 de septiembre de 2021

INTERESES MÚTUOS

INTERESES MÚTUOS

El despropósito es dejar vía libre a la ira mientras complaces la soberanía del ególatra. Anoche se lo dije, aunque con otras palabras. No sé si me entendió... porque yo tampoco la entendí a ella. El caso es que el miedo siempre gana, sin importar el orden de importancia en ese nivel del miedo a todo, cosa que ocurre cuando tampoco se sabe priorizar. En el fondo, pienso que existe un chantaje emocional encubierto, un interés generalizado en mantener un status poco relevante a la vista de quien realmente debe importar. Y el miedo es ese, que ambas partes están de acuerdo, aceptan su papel e ignoran sus sentimientos. Ya es tarde para aprender a frenar cuando llevas treinta años intentándolo.

He decidido vivir mejor, no discutir y disfrutar de las cosas que nos da la vida, porque cada día que pasa es un día menos. En ocasiones tengo la sensación de que piensan que yo solo quiero fastidiar, que estoy siempre pensando la manera de buscar una pelea, una discusión, una bronca... ese tipo de tristeza no se puede medir. No por mí, sino por ellos. Porque demuestran que aún no me conocen, y que tengo mil cosas mucho más importantes que hacer y en que pensar antes de buscar malos rollos con quienes están a mi alrededor... es una lástima, se me va la mitad de mi felicidad tratando de no convertirme en una persona tóxica.

Por eso tengo que disfrutar el doble en mi otra mitad.


miércoles, 1 de septiembre de 2021

DE PALOS Y CUCHILLOS

 DE PALOS Y CUCHILLOS

El cuchillo cortó la lengüeta del zapato como si fuera mantequilla. Disimulé la frustración de reojo y caminé hacia atrás, como quien ha entrado sin querer en el lugar equivocado. El odio no se puede cambiar. Si odias algo o a alguien, solo quedan dos opciones: o ese algo o alguien desaparece o termina siendo más y más odiado cada día que pasa. Vitaminas para el rencor, cáncer de la sociedad.

Al despertar me di cuenta. Una caricia invisible a quien ayer estaba donde hoy ya no está. Y quien sabe si volverá a estar. Unos pasos más allá, y la única excusa, razón o motivo que me hace soportar todos los dolores existentes. Pero hasta una simple espina termina cansando si la tenemos siempre o tratamos de ignorarla. Y no quiero un dolor crónico.

Ya solo queda rencor y odio. Y una frustración desmesurada que se impone a la razón... Y es que, de tal palo...

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