ALGO POR LO QUE LUCHAR
La soledad de cada segundo se mide en instantes eternos. La soledad de cada instante se construye con la falta de amor contando minuto a minuto las horas inacabadas de nuestro pequeño rincón. Hay momentos en los que me siento mal conmigo mismo, por cargarme una culpa, sin duda compartida, pero irrefutable a nuestros actos. La valentía es solo para quien la pretende, y no para quien la pregona. Debí darme cuenta mucho antes. El problema es que ya es tarde para algunas cosas.
Sin embargo, para otras cosas aún hay tiempo. Pero el tiempo no siempre es mío. A veces es de los demás, y otras veces es compartido. ¿Cómo podría olvidar lo que el tiempo nos quita de las manos? Creo que nadie podría... nadie puede. Y yo no soy una excepción. Cierro los ojos y veo una niña de apenas dos años de edad llorando, delante de mi, buscando contacto y amparo, consuelo y explicaciones, seguramente intentando comprender ese vacío tan inmenso, mirando hacia arriba y diciendo "papá" cuando, una vez más, tenía que partir y gritar. Hay momentos que se graban en la memoria para siempre, y este es, seguramente, uno de ellos.
Momentos que rompen el alma de cualquier persona con un mínimo de sensibilidad. Momentos de llanto, de volver la cabeza, de vacío, de inseguridad... en mi y en ella. Siempre existe algo por lo que luchar.
Siempre existe algo por lo que vivir.
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