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sábado, 31 de diciembre de 2016

UVAS DE ALGODÓN

Y otros menesteres propios de un día como hoy. Más valdría emplear nuestras fuerzas en lo que realmente es necesario y no usar tantas bolsas de cotillones vacías de verdad. No, no quiero que me creas. Me refiero a la verdad como vocablo, no a la verdad de una bolsa que, por sí misma, no tiene sentido. Así es la gente que vive flotando siempre en la misma burbuja, llena de vanidades y suero envenenado para mentir. En fin, no puedo decir más cuando lo primero que brilla por su ausencia es el respeto a los demás. 

Poco a poco me voy liberando. El abanico de la indiferencia se va haciendo mayor, mientras que la ignorancia a aquello que no vale nada se hace más fuerte. Es cierto. Hay heridas que no dejan de sangrar en la vida, pero no por ello son mortales. Incluso, si sabemos mirarlas desde el punto de vista optimista, nos pueden beneficiar. Quiero creer simplemente en lo bueno de las cosas, y con lo bueno de las cosas me voy a quedar. Algunos creerán comer uvas de algodón desde su privilegiada posición en un mundo imaginario y puramente ilusorio lleno plagado de cuentos infantiles escondidos tras la sonrisa de la falsa devoción. Devoción tenemos todos, ojo; no nos equivoquemos. El egoísmo es sólo para quienes hacen uso de él, así que son cosas diferentes.

Terminaré por no creer en las casualidades. Por pensar en que todo pasa por algo, como dije antes. Y si no lo dije, lo digo ahora. Lo que sí he dicho otras veces es que una fecha no deja de ser una fecha. Puedo celebrar que estoy en el 2017 en marzo si me da la gana. O si me apetece. Sigo afirmando que cumplir años no sirve más que para envejecer el cuerpo y seguir liberando la mente. Mantengo que puedo ver a cualquiera de mi familia o amigos un día diferente al de Navidad. Y que aquí no hay nadie Santo... quizá es que el día de mi onomástica no me puedo morir... En fin, que la vida es un día cualquiera y en un día cualquiera puedes vivir toda una vida. Yo soy feliz entendiéndolo así.

Y ahora, que tengo tiempo, si me lo permiten, voy a estudiarme un poquito mejor ese cuento que tanto me piden, el de Caperucita Roja... ¡Ah! Y el de los tres cerditos. ¡Noa! ¡A dormir! Había una vez...

sábado, 24 de diciembre de 2016

MEMORIAS, LLANTOS, ALEGRÍA Y NAVIDAD

Lo que verdaderamente nos entristece son aquellas navidades que ya no caben en nuestra memoria, muy a nuestro pesar. Es más el miedo que la alegría; es más el temor que la esperanza. Nos damos cuenta tarde de que sólo olvidamos lo que queremos olvidar. Yo no voy a ser menos... tampoco tuve un pasado perfecto. Y cuando quiero recordar, recuerdo aquellas en las que había luces y adornos, dulces y encuentros, y juegos, muchos juegos. Hasta altas horas de la madrugada, con un ordenador más lento que el más lento de los móviles actuales. Pero con mi oscuridad rodeada de luces y días cortos pero intensos, sin pensar en obligación alguna.  

Por otro lado, no puedo recordar las navidades que nunca van a existir. Aquellas que parecían tan cercanas y que luego, por motivos que no podemos controlar, se nos presentan imposibles de vivir. Entiendo la tristeza de las personas mayores que en su día tuvieron mi edad. Entonces busco la pena en forma de agua brotando por entre las esquinas de mis ojos; a veces la encuentro, y la doy la bienvenida como cualquier otro momento mágico en la vida de quien desea vivir la Navidad. Siempre hay momentos para llorar. No sé si mis hijos van a tener la Navidad que merecen; sólo sé que tendrán la Navidad que uno pueda darles, ni mejor, ni peor. 

Querer que termine algo es como desear tu propia muerte porque, en definitiva, va a terminar, queramos o no, y tenemos marcados los momentos de nuestra vida. Cuando no haya vida, sí que no va a haber momentos. Y viceversa, si los pensamos de distinta forma. 

Lo que de verdad me entristece es no poder sacar a la gente de lo negativo de las cosas. Es esa gente la que impide que otros disfruten de lo positivo. 

Hay veces en que es mejor un llanto en la sombra que un desprecio en la cara.


sábado, 17 de diciembre de 2016

INEVITABLE

Cada cual en su sitio. Y, después, cada uno en el sitio de los demás. Con el tiempo, uno se da cuenta de que hay cosas que parecían haber existido pero realmente no existieron. Hoy día sigo descubriendo remordimientos tan ingenuos como precarios. Si alguien quiere que no avances, desde luego que lo puede conseguir; cualquier paso que consiga dar habrá que tomarlo como una pequeña victoria. Las mil y una contradicciones siguen estando a la orden del día, aunque finalmente tenemos que reconocer que nuestro corazón se hace a todo. Se acostumbra a todo. Y se resiste a todo... mientras que no se arrepienta de nada, no tiene por qué ser algo malo.

No quiero pensar que soy el único que trata de evitar lo inevitable; además, es inevitable, así que no se puede evitar. No me voy a molestar más. Lo primero es luchar por uno mismo, para así poder luchar por los demás. Es incomprensible que aquellas personas que no se pueden proteger a sí mismas sean las encargadas de proteger a otras personas. Incongruencias elevadas al cubo. Insisto: no se puede evitar. Así que debemos y tenemos que continuar con la lucha en una balanza que está, desgraciadamente, equilibrada; compensada por una justicia que no se soporta ni a ella misma.

Mis sospechas se confirman... o mejor dicho, se han confirmado siempre: quien nunca ha tenido uso de razón difícilmente lo va a tener con más años encima. Afortunadamente no todo es para siempre.

Espero que la derrota no gane la batalla.

sábado, 10 de diciembre de 2016

CUAL HOJA DE OTOÑO

Confieso tener envidia de quienes olvidan lo importante. Al menos, aquello que debiera ser importante, para ellos mismo y para los demás. Recuerdos que no se deben olvidar, incluso siendo deleznables y llenos de resentimiento. 

Tenemos demasiados derechos y más bien pocas obligaciones. La gente lo sabe, y se aprovecha de ello. Mil asuntos requieren mi atención; el menos importante es el que más importa para quienes tienen olvidos dignos de no recordar... aunque solo para algunos. Todo se seca cual hoja de otoño; y el tiempo no iba a ser menos. Aunque tampoco tiene por qué ser más. Resulta que ahora tengo que explicar mi versión de unos hechos que, realmente, no necesitan más atención que las justas y necesarias. Aún sabiendo lo que uno sabe, tengo que defender algo que está sobradamente demostrado. El "no me acuerdo" vale más que una prueba clara, concisa y eterna. 

Va a ser cierto eso de que las palabras se las lleva el viento, ya sean pronunciadas por unos labios que denotan temor o escritas en unos papeles que vuelan por el aire que sopla de un sistema que está, definitivamente, mal diseñado. El tiempo da y quita razones, aunque algunos no sepan verlo; o, quizá, no quieran. Hay que inventarse lo que sea por tal de salvar el culo, mientras sienten que se les ponen hasta los pezones rojos de pura vergüenza jamás reconocida como tal.

Así que no me queda otra que sentarme en un banco y ver caer el otoño en forma de hoja seca. No, no tienen palabras escritas. Y aunque las tuvieran, no servirían de nada...¿quien no ha pisado alguna vez las hojas caídas de los árboles?

Qué pena ver la dignidad de algunas personas caer cual hojas de otoño...

sábado, 3 de diciembre de 2016

ROJO PROHIBIDO

Más de lo mismo. La vida no va a cambiar en demasía si las personas no se lo proponen. Desgraciadamente, no, no se lo proponen. No les interesa, o bien son demasiado perezosas para ello. Y cuanto más nos empeñamos, menos favorables pueden ser las alergias que nos produce pensar en el pasado. Cuando el animal irracional sale a la luz, el instinto queda cegado por el fanatismo de la mentira. Ni siquiera escuché gritar mis nombres al viento del rocío. Un camino, por largo que sea, no deja de ser un camino; es decir, tendrá un final, tarde o temprano. Después de todo, todas las calles llevan al mismo lugar, siempre y cuando sepamos dónde está dicho lugar.

Dicen que la sospecha no es buena consejera; pero, realmente, cuando te ocultan la verdad, la sospecha deja de tener ese sentimiento de mentira. Igual que una persona resentida. En este caso, es probable que no se sepa cuál es la verdad, pero intentaremos que se conozca al menos la mentira. Del rojo de lo prohibido al verde del camino. 

Corremos el riesgo de equivocarnos cuando decidimos dar mucho por alguien que simula realmente y únicamente cierta complaciencia; pero es que si no arriesgamos, la vida sería un poco aburrida, en el amplio sentido de la palabra. Todo lo que demos puede ser siempre insuficiente: no conocemos el egoísmo de nuestros enemigos. Y el egoísmo de la gente que conocemos no nos importa... hasta que uno empieza también a preocuparse por sí mismo. Justo en ese momento, se invierten los papeles...

... y resulta que siempre fuimos nosotros los egoístas y ellos los generosos. El problema es que una generosidad sin sinceridad termina siendo descubierta.

Y justo en ese momento, decidimos ser libres. Aunque nadie nos asegura volver a equivocarnos.

sábado, 26 de noviembre de 2016

MONTAÑA DE NAIPES

Sinceramente, no creo que uno elija aquello que quiere ser. Por primera vez, siento pena por aquello que sucedió, pero que también se pudo evitar. Y es raro, porque suelo tener mucha paciencia. No tuve tiempo ni de llorar, y, hoy día, sigo sin tenerlo. En plenitud de mi felicidad, aún pienso qué sería de mi si me hubiera arrepentido de algunas decisiones, o si no hubiera tomado otras. Puedo imaginar que la soledad se torna sufrimiento; O, mejor dicho, no es que lo imagine... es que lo sé. Simplemente porque lo sufrí. Mi montaña de naipes se cayó al suelo, directamente, haciendo 'plof', sin más. Como un forajido, te marchas, con una presunción de inocencia ignorada y sin ningún tipo de derecho. Y, entonces, te buscas la vida, con la necesidad de no perder la compostura en ningún momento. Porque puede parecer que se para tu vida, pero no se para la vida.

Entonces, caes al azar en cualquier sitio del mapa y empiezas a vivir de otra forma. En un techo prestado, una cocina incompleta y un baño pequeño. Y piensas. Y reflexionas. Y te tienta querer volver a la tranquilidad a cambia de perder el honor. Y, realmente, te lo planteas de corazón. La verdad, ni siquiera sé cómo lo hice. No es cierto que del amor se pase al odio. Hay pasos intermedios, como la rabia, la impotencia, la ignorancia... 

...y la pena. Y supongo que ahí me encuentro; quizá porque no se puede odiar a la persona que, supuestamente, cuida a la persona que más quieres. Todos contamos con cierto sentimiento de culpabilidad aunque la culpa no sea nuestra. Vivirá, llorará y morirá sola. Y sólo ella lo pudo evitar.

Pero no quiso. Y desde entonces, la quiero olvidar.

La montaña de naipes de los recuerdos no se puede derrumbar.

sábado, 19 de noviembre de 2016

LAS TRAMPAS DE LA PARTIDA

Lo sorprendente es que cada vez menos me sorprende la falta de respeto y compromiso de ciertas personas. Y no sé por qué me sigue sorprendiendo, cuando dichas personas ya demostraron que viven dentro de una mentira; de su propia mentira. La suma de mil mentiras no equivalen a una mentira mayor. Me da mucha pena que haya personas que no sepan ser felices por ellas mismas, que tengan que usar uso de los trucos más viles que la vida no sabe esconder. Pero el tiempo sigue pasando, y la partida se va acabando. Todas las partidas acaban; sólo queda saber si ganamos de forma limpia o consiguen un dado trucado o un juez imparcial. De todas formas, el delito sigue siendo delito, y la única forma de no ser juzgado es no cometerlo; aunque, para ciertas historias, ya es demasiado tarde.

A veces me pregunto si estuve siempre viviendo en una mentira camuflada con la máscara de la irrealidad. Pero no me refiero a siempre queriendo decir toda la vida, sino al inicio de los tiempos donde vale más una mano a la espalda que una mirada de frente. Tiempos en los que mi única preocupación era vivir y contar la vida tal como sucedía a mi alrededor; mal negocio, teniendo en cuenta que el alrededor de una vida parecía ser diferente al de otras personas. El caso es que siempre confié, y quizá por eso no me fue tan bien; pero eso no significa que haya perdido la confianza, ya que estaría cayendo en un error ya conocido, aunque diferente. 

Quienes deben pagar ahora los errores son otros. La suerte que tengo es que mis errores fueron míos, y por ello, fueron nobles y sin intención. Si otros pueden decir lo mismo, que callen para siempre y no nos hagan perder el tiempo. Pero claro, estas personas no valoran ni su propio tiempo...

...lo siguen perdiendo inventando mentiras cada vez mayores. Puede que al final pierda, pero jamás haré trampas.

sábado, 12 de noviembre de 2016

SIN ROSTRO

No siempre todo es tan fácil como parece. Una cosa son las apariencias y otra cosa la realidad. Lo mismo ocurre con nuestras sensaciones, con los sentimientos y las verdades que se esconden tras nuestros rostros. Todavía hay gente que no se cree que el camino más corto es el más fácil, y no el que menos pasos necesita. Mejor cien pasos en llano que veinte cuesta arriba. 

La vida no es fácil ni siquiera cuando lo parece. Mi profesor de latín solía decir que hay que tener cuidado si metemos los pies en el tiesto. Mientras decidimos si sacarlos o no, nos pueden pillar. Porque el tiempo siempre va en nuestra contra, pero a algunos les perjudica más que a otros. Hay quien saca los escrúpulos que tiene guardados en los bolsillos la inocencia de la infancia para sacar provecho de cualquier situación. La verdad es que impresiona la frialdad con que ciertos rostros esconden la mano de la piedra tirada con maldad; ya no digo que hiciera diana, aunque todo pudiera ser. Pero sí que, al menos, hubo cierta intención, y en muchos casos, con la intención basta, aunque no nos lo digan todos los días en los telediarios. 

Es una pena que el concepto de lo que está bien o está mal para nuestros seres queridos difiera tanto entre las personas. Problemas tenemos todos, y muchos vienen por sí solos.

No es justo sentir compasión por aquellos que se busca la gente.

sábado, 5 de noviembre de 2016

CALAVERAS DE SEDA

Y puente de plata a enemigo que huye. Todavía no me explico ciertos comportamientos del ser humano en general, y también en particular. Es probable que estuviera ciego, pero no todo dura para siempre... o casi nada dura para poco rato. Según se mire. Después, vendrán los reyes cargados de arrepentimientos y poca sabiduría. Es nefasta la gestión del que miente, y tampoco sobresalen las ganas de seguir para adelante. Si lo miramos de forma egoísta, me he librado de una buena; y si no, simplemente me he librado. a veces es mejor parecer que ser, pero siempre tenemos que ser lo que somos, lo que nos enseñan, lo que nos muestran. Lo que decidimos, y no hay más. A sangre fría, cabezas pensantes ignoran que las calaveras son de hueso, que puede resistir más o puede resistir menos, pero no deja de ser hueso, al fin y al cabo.

Creo que sentiré tristeza toda mi vida, por lo que está pasando y por lo que queda por pasar, pero sobre todo, siento tristeza por que mis infinitas oportunidades, mis infinitos consejos, han caído en saco roto. Y al final queda lo que queda.

La soberbia es muy mala, y peor es reconocer que se es soberbio. Algo difícil de demostrar. Hace tiempo que esto era así, y hoy por hoy, sigue siéndolo. Quizá es que ahora lo veo y antes no supe darme cuenta. Pero, por favor, no culpes a la inocencia. Aún no saben quien tiene las manos manchadas y quien se las quiere limpiar a toda costa.

Maldita soberbia... la única que pierde sin ser consciente de ello.

sábado, 29 de octubre de 2016

LOS CUENTOS DE LA ABUELA

Cuando el cansancio forma parte de nuestra vida, la vida ya está formando parte del cansancio. Miles de besos no forman un beso más grande, no dejan un mejor sabor ni desean una menor impresión. Cada abuela tiene sus cuentos, y cada cuento tiene sus nietos particulares, aquellos que difieren de la realidad, que se muestran lejanos a los pensamientos eternos de una vida que, una vez más, vuelve a cansar. La ilusión de sonreír es la misma que la ilusión de tratar de ver una sonrisa en el espejo de nuestra alma. No podemos cansarnos de la vida de los demás, sobre todo cuando son pequeños, frágiles e inocentes... y aún tratan de asimilar los cuentos de la abuela.

En los cuentos de la abuela hay lobos que se esconden en la terraza mientras la ventana de la cocina protege a sus nietos. El grillo se esconde en la cochera, y el robot, sin brazos ni pies, asusta sólo cuando funciona. La puerta mágica se cierra con la fuerza de papá y la linterna hace que la noche sea menos noche y el día encuentre los objetos perdidos. Bob Esponja se disfraza de murciélago y Peppa Pig esconde a su abuela en el armario de la casa del bosque. Y así, todos juntos, jugamos con Minnie.

Hay cuentos que ilusionan e ilusiones que son puro cuento. Toda impunidad tiene un precio, y un cuento, por muy cierto que sea, no deja de ser un cuento, lo cuente quien lo cuente. Y lo que me cuenten, me lo tengo que creer. Tú, yo y cualquiera. Tomar ciertas decisiones no va a cambiar nada, ni va a influir en el destino de los cuentos que nos cuentan. A todos, incluido a mi. Pero, aún sabiéndolo, nos tenemos que resignar; nos guste o no...

No sólo hay cuentos de la abuela... se mezclan con los de papá.

sábado, 22 de octubre de 2016

NADIE

Supongo que nadie quiere que se adueñen de su tiempo, por lo que deduzco que nadie es dueño del tiempo de nadie. Yo tampoco soy dueño del tiempo de mi hija. Para su desgracia, o la mía, tiene tiempos compartidos. Ojalá lo pudiera evitar, pero no puedo. Simplemente no puedo. No existe un único camino, y de todos los posibles, ninguno favorece nuestro fin. A veces se comen nuestra humildad, y otras nos quieren tomar por estúpidos. No pido que todos piensen como yo. Sería la vida demasiado compleja. También sería pedir demasiado que me comprendan. Dos valores que cojean de la misma pata. Incluso ni siquiera el respeto hacia nuestros actos es necesario. Todo tiene una mínima solución aunque siempre haya damnificados. La cuestión es simplemente de culpabilidad.  

Porque realmente creo que busco soluciones, y siempre las he buscado. Y no eximo mi parte de culpa, pero tampoco debo cargar con toda ella. Después de todo, haga lo que haga, personalmente, no va a influir en la educación de mi hija, que están moldeando de la forma que, entiendo, mejor creen. Es como si ella tuviera 4 ojos, y los dos ojos que pasan más tiempo alejados de mi aprenden más que los dos ojos que están junto a mi; y no porque sean mejores maestros... simplemente, el tiempo da experiencia, y la experiencia es un grado.

Nadie me va a regalar más tiempo con ella, pero yo siempre tengo que hacer regalos para que ella no sufra. Parece que sólo sufre conmigo... De todas formas, nadie dijo que la vida fuera fácil. Al fin y al cabo, es un secuestro legal.

Pero regalos y concesiones no es lo mismo; así que si tengo que hacer regalos, que vayan con lazo.

sábado, 15 de octubre de 2016

CAPERUCITA ROSA

Hay fines de semana y fines de semana. Sin y con. Pares y nones. Blanco y negro. Llenos o vacíos. Este fin de semana está lleno de vida, de ilusión, de niñez, de infancia, de entrega única e incondicional... así se compensan los que están vacíos. Como se suele decir, unas veces se gana y otras veces se pierde. Quizá la otra parte piense lo mismo, pero hay una parte, la más pequeña, que seguramente siempre pierda. La más inocente, la menos culpable, es la que paga los platos rotos. Eso también suele pasar. Así que no me vengan ahora con que la vida es así y que lo justo es lo justo; que, en cierto modo, no dejamos de ser egoístas en todos los momentos de nuestra vida.

El papel celofán con el que hoy miraba sus ojos tenía colores cálidos. No hay que creerse todo lo que dicen cuando se tienen ciertas edades, aunque sí hay que sospechar todo lo que no se cree. Mas aunque no quiero pensar mal, siempre tendré que pensar mal o, al menos, regular. Buscando ese término medio me hallo, que no crea que exista, como mis fines de semana, que son siempre a sí o a no, a verdad o a mentira. En fin, no me voy a repetir.

Yo, teniendo cuidado, me conformo. Sé lo que es, sé lo que hay y sé lo que hago. Cualquier cosa se puede volver siempre en contra. No lo digo por mi, porque yo lo tengo siempre presente. Que cada cual haga sus cuentas. Y que cada cuenta busque su protagonista... cada cuento, quería decir.

Que ya soy muy mayor para creer en lobos y caperucitas rosas...

sábado, 8 de octubre de 2016

VENTANA TRAS VENTANA

Mi primera ventana fue la timidez. Se escondía tras la calle de mi habitación y se asomaba con la música a toda voz. Ilusionaba y sentía la libertad del aire rozando los pelos imberbes de mi rostro. La tuve tanto tiempo, que siento nostalgia de ella cuando el resto de ventanas tratan de suplantarla. Es algo que nunca sucederá. No queda casi nada de esa ventana, pero cuando la pienso y la veo, al mismo tiempo la deseo. Deseos de un pasado que nunca volverá. 

Luego tuve más ventanas. La siguiente se quedó lejos, vacía, sin alma. Distante y pequeña, solo pronunciaba voces en dirección contraria... La tercera ventana huía despavorida del agujero de un balcón. Me daba la espalda y sufría tanto como yo... así que quise comprar una ventana que estuviera cerca de mi corazón. Pero no acerté. La cuarta ventana quiso ser pasión, pero por no ser, ni ventana nació. Era una puerta que arrojaba luces a mi ordenador. Y cuando pasaba la puerta no veía otra cosa que un suelo lejano y un terrazo tirando a simplón. Tampoco pude permitir dejar pasar por aquella puerta nada que me robara la razón.

La quinta ventana fue la que me engañó. A ras de suelo, su amplitud mostró tanto de mi que, aún con barrotes y todo, dejó escapar las lágrimas de ilusión. Parecía haber encontrado la mejor ventana que pedía mi sentido de la orientación. Pero resultó ser una barrera que jamás quiso ayudar a quien mejor la trató. Y ahí se quedó.

Ahora miro por mi sexta ventana. Trae lluvia y sol, y deja salir las letras de mi canción. Enseña gente, balcones, bares y fumadores, y baldosas de todos los colores. Enseña libertad, y deja entrar insectos mientras puedan volar. Y también se abre de par en par. No sé si es buena o esconde maldad. Cuando encuentre otra ventana, os lo podré contar...

...aunque ya no quiero encontrar más.

sábado, 1 de octubre de 2016

PAREJA DE DOS

A veces cuesta encontrar la inspiración. Sólo a veces. Al igual que cada uno enseña lo que quiere, esconde lo que puede. Enseñar lo que se esconde o esconder lo que se enseña. Pareja de dos de los muchos caminos que podemos mostrar, enseñar, examinar... sin ocultar la verdad. Dos son muchos cuando sobra la mitad. Eso es algo que no se puede esconder, o dicho de forma mas sutil, que no se puede disimular. Un reflejo no tiene por qué ser de dos, ni de un número par, ni de un número primo. Dos pueden ser diferentes. No sabemos si son pareja de dos. No podemos subestimarnos ni en los momentos difíciles, porque entonces no sabremos encontrar el mejor de nuestros momentos.

Hay gente que vale mucho. Y no se respetan ni ellos mismos. Ayudan tanto a los demás, que son el principal motivo de vida de ellos. Son el soporte de mucha gente, siempre con buen corazón y con el mejor ánimo posible, sin pedir nada a cambio, dando todo sin interés alguno. Y ni siquiera lo saben. Entre los demás, encontramos de todo. Quienes lo saben, lo disfrutan; algunos, lo aprovechan sin escrúpulos, mientras otros intentan causar daño entre el bien que no saben discernir.

Nadie tiene la culpa de nada. Sólo es cuestión de saber distinguir, como todo en esta vida. Si lo entiendes y lo respetas, seguro que se puede encontrar la felicidad. 

sábado, 24 de septiembre de 2016

LOS MENDIGOS TAMBIÉN MATAN MOSCAS

Será que todos tenemos la necesidad o la mala costumbre de comer. Mire usted, señor juez: unos pagan y otros son pagados; así es y así será toda la vida, hasta que ésta se nos agote. En el mundo real, la realidad, valga la redundancia, es que no existe precio para todo aquello que se hace desinteresadamente; sin embargo, algunos y algunas se piensan que en todo lo que hacemos, absolutamente en todo, existe interés. Esos son los primeros que deberían hacer examen de conciencia y preguntar a su corazón si realmente desean lo que piensan, o si solamente piensan lo que desean. Son cosas diferentes. Al mendigo, al igual que al rico, también le molesta la mosca cojonera, que no deja de tocar las narices volando y aterrizando, segundo sí y segundo no, sobre aquél que no hace nada, por deseo, consejo, incapacidad de cualquier tipo, imposibilidad o desidia. 

Por tanto, señor juez, simplemente le digo que sea justo. Cuando algo se divide entre dos, se divide entre dos a partes iguales. Porque cuando uno se entrega, no lo hace pensando en la división, sino más bien en la multiplicación. La justificación no existe y aquello imposible de dividir ya solo se puede dar por perdido. Aunque, hay que reconocerlo, una vez más, uno no piensa en dividir cuando entrega todo lo que tiene. Y luego, cuando uno decide marcharse, por ingratitud, por incomprensión, por incoherencia... y por mil motivos más, resulta que lo mío es tuyo pero lo tuyo sigue siendo tuyo.

Así fue siempre, pero ahora no tiene por qué, aunque hay que pelearlo, como todo en esta vida. Todo tiene su precio, y esto no iba a ser menos. No sé, quizá cambien las leyes dentro de unos años, aunque yo ya estaré bajo tierra cuando eso ocurra...

Ya lo dice mi abogado: la justicia no es justa, simplemente es legal. Y a eso hay que limitarse, a cumplir la ley...

sábado, 17 de septiembre de 2016

COMPLEJOS O FRACASOS

El que se piensa que es mejor que nadie es porque realmente tiene complejos de inferioridad. Hablamos de aquellos seres egoístas que ya no solo se limitan a no respetar las decisiones de los demás; necesitan, como un extra en sus vidas, imponer, sin que el resto sepamos muy bien el motivo.

Complejos o fracasos. El caso es que la palabra engreída se vuelve corta para definir cierta irritación, a veces con un marcado comportamiento infantil. Es triste ver que una persona que lo tiene todo no sabe encontrar su propia felicidad, y necesita controlar y ordenar a quien no quiere más dificultades en la vida. Son personas incapaces de reconocer que en esta vida, para todo, existe siempre, como mínimo, dos caminos. Y si además, te niegas a probar uno de ellos, la prepotencia de defender el otro por la simple razón del porque sí, da mucho que pensar sobre el orgullo del que carecen, a veces por exceso, y otras por defecto.

Hace tiempo que aprendí a alejarme de estas personas. Cuando se me acerca uno, uso la ignorancia, el saber estar, el escuchar y callar, dar la razón como a los locos, no opinar y hacer lo que siempre creo que es mejor para mi y para los míos. Soy el primero en admitir mi imperfección... eso es evidente. Pero los errores vienen incluidos en este movimiento que llamamos vida.

Otros piensan que nunca yerran. No se dan cuenta de que ya están errando al pensar eso. Allá ellos, que se pierden lo bueno de la vida...

sábado, 10 de septiembre de 2016

DE LEJOS

El tiempo es volátil como una simple hoja de papel. La lluvia no significa tristeza, ni el sol alegría, como pensaba una persona de cuyo nombre pensaba haber olvidado, pero no... existen ramas que tocan mis manos y que por mucho que me alejo, parecen crecer más y más, sin tener un final. 

Y es que es eso lo que le pedimos a los recuerdos y nos olvidamos que éstos no tienen un final. Nunca se terminan, ni nos abandonan, ni piensan en marcharse, si es que piensan en algo. A algunos, el mero hecho de pensar, ya los agotan. Quizá sea mejor estarse callado. 

El daño es lo que más se tarda en olvidar. No se trata de buscar rencor; se trata de encontrar un motivo por el cual la razón puede menos que el odio cuando quieren hacer daño de verdad, sin bromas, de corazón, con todo motivo aparente. Este siempre será, a partir de ahora, o mejor dicho, de hace un par de años, un mes malo para mi. Aquello que no se puede explicar termina por sacarnos un poco de juicio... aunque siempre a la larga, y sólo hasta que volvemos a ser dueños de nuestros sentimientos. 

Y es que, en este caso, estoy cada vez más seguro de eso que dicen y que algunos se aplican con un énfasis especial: corazón que no ve... ¿O eran los ojos aquellos que estaban ciegos y el corazón se blindaba para soportar todo tipo de dolor?

Pues eso. Que cada cual se lo aplique como pueda. Bastante tengo con ver el olvido... aunque sea de lejos.

sábado, 3 de septiembre de 2016

UNA DE SIETE

Oportunidades perdidas. La vida es corta y el sueño, infinito. Gustos obligados a pesar del tiempo. Minutos que son segundos y días que se convierten en horas. Y en cada estrella vive una luz que se desvanece con un suspiro de cierta incomprensión.

No importa que sean las 3 de la mañana mientras Genesis suena por los auriculares para ayudar a mantener el alma despierta. Nos enfadamos sin motivo y nos alegramos de las desgracias ajenas... sobre todo, si son ajenas a los demás y un poco como si fueran nuestras. No existe luz sin oscuridad. Tan difícil es combatir el sueño como aliarse con él. Los nervios son los nervios. Le ganamos un centímetro a la vida cada vez que intentamos no creer lo que parece evidente. Septiembre es septiembre, y siempre vamos a vivir en el mes que nos merecemos. Por mucho que tarde el agua en caer.

Una de cada siete noches termina siendo siempre única y diferente de las demás. El problema es que no sé cuál es esa noche. Llegado el momento, puedo llegar a ver zombies por la carretera o escondidos tras los arbustos. 

Una de cada siete sigue siendo una. Y las seis restantes, estén por pasar o hayan pasado, ya no cuentan, no existen, volverán a ser noches. Una más. De cada siete, sin nada que esperar, las noches siguen siendo oscuras y el día siempre pasa buscando otra más.

En una de cada siete quedan seis por pasar, mientras viajo por mis auriculares al Planeta de New Orleans...

sábado, 27 de agosto de 2016

UN PEDAZO DE CIELO

Hay momentos en los que necesitamos que el cielo se acuerde de nosotros para saber que nunca debemos olvidarnos de quien están allí. El cielo puede ser un pájaro que bate sus alas hacia un hueco vacío para recordarnos que, quien estuvo ahí nos recuerda, y siempre nos recordará, a pesar de la vida. Es triste el viaje, la partida, el adiós inesperado, la inapetencia el saberse eterno en un azul infinito. Lo cierto es que los vemos partir desde la distancia, y se alejan, y nos ven con su infinita mirada, sabiendo que no volverán, que son ellos los que parten, pero que podría haber sido al revés. Cuando estoy triste, miro al cielo y me pregunto qué es lo que estoy haciendo con mi vida, y ahí está la respuesta. 

Hay personas que cuando nos hablaban en vida en realidad nos estaban mostrando con las palabras del corazón ese pedazito de cielo que debemos mirar para no olvidar. El cielo es tan grande que hay un pedazito para cada uno de nosotros. Y cada vez que miremos hacia arriba, reconocemos más pedazos que formaron partes de nuestras vidas.

No nos queda otra... bueno, sí. Convertirnos nosotros en otro pedazo de cielo. Ya lo tenemos reservado, y en un sitio preferente: al lado de quien nunca dejó de creer.

El cielo está lleno de pedazos que sonríen con los brazos abiertos esperando nuestra llegada. 

sábado, 20 de agosto de 2016

RAÍCES

Hay vínculos que no nacen de la tierra de nuestros orígenes, pero siembran raíces cargadas de verdadera amistad. La sangre no tiene nada que ver, ni el rojo de los lazos que nos venden en todos los cuentos de hadas. Después de todo, mil palabras llevan hacia ti, como decía la canción, y mil palabras hacen que nunca se puedan olvidar de ti. Es extraño cómo valoramos aquello que no tenemos cuando realmente nunca hemos llegado a tenerlo. Los sueños a veces se cumplen y otras no, pero siempre se sueñan, que por algo, sueños son. Y en el momento de soñar, son tan reales como fuerza tenga nuestro corazón. Se disfrutan. Se sufren. Aunque sean sueños. Sólo dejan de existir al despertar.

En mi mundo, raíces echa quien sueña con volar, aunque pueda parecer contradictorio. Los pájaros se encargan de recordárnoslo a cada momento. No somos ciegos, por lo que no podremos evitar verlos aunque no queramos. Como los sueño. Siempre los vemos. Aunque no queramos. Siempre.

Uno siembra raíces donde quiere... o donde le dejan. Cualquiera de las dos opciones me valen. Aunque a veces no sepamos distinguir los colores...

sábado, 13 de agosto de 2016

REMONTANDO EL VUELO

Sin gestos taciturnos. La justicia es tan lenta como la vida de quien no tiene nada que hacer. Llega un momento en que no sientes pena por las personas, sino por las situaciones que provocan algunas personas. Es todo tan relativo como el mundo que cada mosca encuentra en cada segundo para aterrizar. Tengo razones para explicar, pero no encuentro motivos que me alienten a ello. Pausas. Sólo siento pausas, intermitentes, sin orden y sin sentido, pero pausas al fin y al cabo. Pausas que llegan cuando menos te lo esperas y que no sabes cuándo se van a marchar. Después de todo, no siempre llueve, y cuando sale el sol, no siempre hace calor. Todo se entiende cuando se comprenden los diferentes puntos de vista existentes. Tantos como personas.

La tristeza se hace evidente cuando lo evidente sólo puede ser la tristeza; por mucho que quieran disimular. No siento que se cierren mis heridas. El tiempo pasa demasiado lento cuando el objetivo es un ser desconocido con un idioma ilegible para nuestra razón. La verdad es que no me siento satisfecho. Pero es lo menos malo que podría haber hecho.

Así son las cosas...

sábado, 6 de agosto de 2016

UN DÍA DE AGOSTO CUALQUIERA

Barreras infranqueables. O quizá ya no tanto... siempre que hablamos de días y días, algunos se parecen más a otros, y otros son más diferentes que otros. Al fin y al cabo, sólo son días. Recuerdo cierta noche de agosto donde se podía ver la luna llena a través de las cortinas de mi terraza de aquél ático sin ascensor donde comenzaba a compartir sueños. O al menos lo intentaba. Ignorante de mi cuando traté de cazar la luna sin pensar en las consecuencias. Allí, tumbado en el suelo mientras intentaba solucionar algún problema que otro, soñé que vivía cuando simplemente no podía dormir. Noches de ventilador sin libertad, de insomnio sin despertar, de peleas sin acordar unos pactos que uno ya no puede recordar.

Nadie dijo la verdad, pero tampoco nadie dijo que la tenía que decir. Visitas inexistentes en una especie de aislamiento, igualmente, difícil de recordar. Torres en el suelo para construir montañas de ilusión con vistas al desierto. Así era mi pequeño habitáculo donde busqué felicidad. Sabemos cómo empieza la historia, pero no sabemos cómo termina. Ya habrá tiempo de saberlo...

...para los demás.

Así era un día de agosto cualquiera, allá por el año 2008... si no me falla la memoria.

sábado, 30 de julio de 2016

LOS AGUJEROS DEL TIEMPO

Me encanta ese anuncio televisivo que nos enseña el valor del tiempo; cada día que pasa somos un poco más pobres, mientras que el día en que nacemos somos multimillonarios de segundos, millonarios de minutos, ricos de instantes. Originalidad ante todo. El problema es que no sabemos cuánto tenemos para gastar. Y, sobre todo, cuánto malgastamos. Quien no da valor al tiempo, no da valor a la vida.

La vida se nos escapa por entre los dedos, y algunos (y algunas también, nadie está a salvo…) se entretienen en no hacer nada robando tiempo a los demás. Y es que algunos no saben lo que es el tiempo, otros no saben en qué gastarlo y la gran mayoría tienen demasiado y lo emplean de forma inadecuada.

Derrochadores por naturaleza. No es que yo me crea mejor que nadie; todo el mundo es libre para colocar su agujero donde desee y que se escapen por dicho agujero las oportunidades… pero lo digo por experiencia, no propia, sino para con los demás, ya que el que tiene más tiempo libre, lo tiene para todo. Y si se puede hacer la puñeta, pues se hace. Sólo espero que el último segundo de mi vida lo gaste en algo que me guste. Ya hacemos demasiadas cosas que no nos gustan, y eso sí que no lo podemos elegir.

Aunque los demás se empeñen en lo contrario…

sábado, 23 de julio de 2016

AMOR Y DESPRECIO

Se desprecia lo que se ama cuando se ama a lo que se aprecia. Cada vez más somos cada vez menos. Vuelta tras vuelta, decisión tras decisión, el paso está dado, y sólo sabremos el resultado cuando alcancemos esa meta tan desconocida en nuestras mentes. Y ese es el objetivo. Amar. Despreciar.

Ningún tipo de obsesión es bueno. Todas pueden buscar la victoria, sin duda alguna, pero precisamente es la obsesión lo que también puede llevarnos a la derrota. Descontrolada y sin prejuicios, como el desprecio al amor, como al amor al desprecio. Voluntario o involuntario, el desprecio se convierte en la mejor arma para odiar a algo o a alguien. Y es que no debemos confundir las cosas que nos hacen felices con las que nos complacen; aunque éstas últimas también nos hagan felices, es una felicidad temporal, interesada quizá, llena de prejuicios o escasa de bondad. Felicidad a medias. La sonrisa de un niño o el respeto de la gente es la felicidad plena. 

El resto es pasajero. Hasta la propia vida. Por eso mismo, ¿para qué amar si no se puede apreciar sin despreciar de forma disimulada? No es mi mejor día, lo sé. Pero tampoco es el peor...

Y con eso me conformo.


sábado, 16 de julio de 2016

NUEVAS LUNAS

Mas aunque mis anhelos fueran tus promesas, mis promesas podrían fracasar, y llegaríamos al dilema de lo personal y lo impersonal. La libertad de ser libre no se puede sentir a cada momento, ni pregonar a cada instante. Me extraña la quietud de quien tiene por bandera la maldad de lo imposible. Son sólo gestos, no palabras. La soledad es mala si la queremos ver como tal. Lo mismo ocurre con cualquier otro estado, ya sea pasivo o indiferente. Cada día, por muchas veces que amanezca, vemos el mismo sol. Ingenuos aquellos que piensan que las cosas cambian sólo con el pasar del tiempo. No es suficiente. Además de ver pasar el tiempo, hay que saber actuar.

Pero sí, después sólo queda esperar... a que pase el tiempo. Y, día tras día, aunque creamos que vemos nuevas lunas, nuevas personas, nuevos soles y viejos recuerdos, realmente sólo ocurre una cosa. Que nos hacemos más viejos y que con cada novedad, la vejez se anota un tanto.

Podemos anclarnos en el pasado si lo deseamos o no, vivir del presente o, simplemente, no pensar en el futuro. Pero mañana amanecerá. Será que pagamos justos por pecadores... aunque también puede ser que los pecadores sean justos. Ahora no estás, y mañana volverás. Y no por eso dejan de pasar los días.

Y el mañana llegará. Y cuando llegue no será que no lo advertí...

sábado, 9 de julio de 2016

PAPÁ

Papá. A veces, te despiertas gritando papá. Y cuando no estoy, en la ignorancia de la distancia, ni te oigo ni te escucho. Ni puedo acudir a ti. No sé si sueñas o si me necesitas. O quizá ambas cosas. Sueñas entre balanceos, y giras sobre ti misma mientras lamentas, mientras deseas, mientras respiras actos ajenos o impropios. Repercusiones de no pensar, de actuar tarde, o de dejar hacer. Cualquier opción me vale. Pasamos del "¿Da está?" al llanto, al agua, sentada sobre una baranda que sujeta las ilusiones de quien tiene no más de tres años. Todos los llantos valen igual, intencionados o provocados, vistos u ocultos. Y en medio de la noche te pierdes con la mirada de un lugar que no debiera ser diferente, pero que lo es. Cierras los ojos y me abrazas, tumbada, huyendo del sudor y buscando a... Papá.

Ahora todo lo quieres hacer tú, sepas o no. Entiendo que es normal. Y tú decides donde va cada objeto, cada persona, cada cosa que ves e intentas entender. Sonrisa embaucadora cuando aprecias novedad e ilusión en algo que no conoces. Miles de palabras con apenas 4 consonantes, suficientes para hacer entender. Para mi sólo te hace falta una.

No sé explicar lo que siento cuando me despido de ti una y otra vez, y otra, y otra... es como verte morir y no saber dónde encontrarte mientras me buscas con la mirada...

Al fin y al cabo, son todo altibajos. Después, cuando me vuelves a ver, corres y me abrazas, y sonríes, y es como volver a verte nacer. La vida está descompensada, pero intenta compensarse ella sola aunque sea de vez en cuando...

Papá... ojalá lo entiendas algún día, ojalá pudieras entenderlo ahora. Sí, papá. Dime, hija...

sábado, 2 de julio de 2016

ENTRE LA RAZÓN Y EL ERROR

No somos la sombra ni de nuestra propia sombra. Desde el cariño y la ilusión, conducimos valores demasiado importantes como para detenernos en la reflexión de saber lo que controlamos y lo que se nos puede escapar. Nadie habla de maldad, sino de poca capacidad visionaria sin pérdida de pasión. Los valores de la vida los otorga la propia vida, y no las personas. Nos movemos, sin pretenderlo, en una cuerda demasiado delgada y corremos el riesgo de caer al vacío. Los fracasos de uno no son los fracasos de los demás, ni tienen por qué serlos. Hay mil formas de llegar a un mismo sitio, pero hay caminos poco éticos, que ni debieran existir. No todo vale para conseguir lo que los demás ni siquiera se han planteado. Es lo peor que una persona puede hacer, y lo peor que le puede pasar; intentar guiar a alguien por donde no desea ir.

Simplemente egoísmo. Puro egoísmo. Uno no puede ser lo que los demás quieren que seamos. Porque uno se puede equivocar... pero los demás también.

Y eso no nos convierte en mejores personas.

La libertad tiene un precio, o al menos eso dicen, nos enseñan desde que nacemos y lo vemos en la vida tras cada parpadeo, tras cada latido de corazón propio y ajeno. Pero todo en la vida tiene un precio, y la libertad no iba a ser menos. Si nos dejamos guiar por esas personas, que quieren lo mejor para nosotros pero al mismo tiempo nos lo imponen, el daño será mayúsculo. Cada vez mayor.

Porque nadie sabe qué es lo mejor para nosotros. Ni siquiera nosotros mismos. Y no cabe el perdón cuando alguien se equivoca por uno mismo.

sábado, 25 de junio de 2016

EL CAZADOR CAZADO

En clave de broma todo se puede malinterpretar; como la vida, la suerte, la muerte o el amor. Momentos en los que, una sonrisa, puede valer más que mil motivos cargados o desiertos de valor. Algunos saben a lo que juegan; otros juegan por probar. La derrota de los segundos quizá sea más fácil, pero la de los primeros es, sin duda, más dolorosa. Más que en el odio, creo en el rencor, porque lo primero genera lo segundo, pero lo segundo se puede generar sin lo primero por el simple hecho de no saber aceptar a tiempo lo que debemos aprender que es inevitable, inexpugnable, inalcanzable. 

Se caza al mentiroso igual que al cazador que no ha tomado las debidas precauciones. Cuanto más alto es el escalón, más fácil la probable caída. El panorama es tan insólito como ver caer nieve en el desierto. Precisamente la tozudez no es algo que se mejore con el paso de los tiempos; y es que, aunque no lo creamos, estamos preparados para todo en esta vida. El problema es que nunca esperamos que nos pase nada, pero cuando llega, llega, y se afronta. Como si pudiéramos hacer otra cosa...

Lo que nace de la nada desaparece en la nada. O como si nada.

Lo que pasa es que no enteran.

sábado, 18 de junio de 2016

FESTÍN DE CUERVOS

Este es el cuarto libro de la saga. Terminé de leerlo hace una semana o así, y ya he empezado con el quinto tomo (y último por ahora) de la colección de Juego de Tronos. Es de los más cortos, con unos 800 páginas más o menos, siendo el segundo más corto. George R. R. Martin vuelve a crear ese ambiente que caracteriza a toda la colección contando en este libro solamente una parte de la intriga de los 7 Reinos, ya que hay personajes que no aparecen en el libro, pero que el autor no quiere incluir para evitar un libro con demasiadas páginas. Por tanto, este tomo como el siguiente, que ya he empezado, aunque con tranquilidad, podemos decir que se desarrollan en paralelo, contando en Festín de Cuervos el desarrollo de la trama de los personajes que aparecen en el viejo continente dejando para el siguiente tomo los personajes del Muro y de más allá del mar en las ciudades libres.

El lector tendrá que tener en cuenta que no son libros consecutivos, sino lineales en el tiempo. Por lo demás, nada más que destacar. Si gusta la saga, gusta el libro. Quizá, por poner una pega, el hecho de que los personajes principales cuentan o narran demasiados sueños o historias pasadas que hacen a veces olvidar la trama principal del personaje en cuestión. Podría el autor haber ahorrado alguna página aunque, de todas formas, incluso una pesadilla o mal sueño puede ser importante en el desarrollo de la historia. Ahora a por el último, del cual llevaré ya aproximadamente una octava parte del mismo, y que me lo estoy tomando con más calma porque el sexto y séptimo libros ni siquiera están terminados por el autor.

Esperemos que no se retrase.

sábado, 11 de junio de 2016

ASUMIDO

Cafres hay en todos lados. Cualquier gusto, afición o hobby puede convertirse en fanatismo. Entonces es cuando hay que criticar, y no faltar al respeto sin opinión alguna. Porque si tenemos los pies en el suelo y sabemos lo obvio, es decir, que una victoria o derrota de nuestro equipo no nos da de comer, que la escucha de nuestra canción favorita en la radio no nos soluciona la vida o que la religión no es la verdad absoluta sino que todo es cuestión de fe, podremos por tanto respetar y ser respetados en todo nuestro yo, sin caer en el desprecio a lo demás. Hay gente que le gusta el fútbol y gente que "le gusta el fútbol". El pueblo necesita entretenimientos, y no saber distinguir entre esto y el respeto es caer en lo de siempre, en la prepotencia y el desafío hacia los demás queriendo destacar por unas ideologías. Tan detestable me parece alguien que mata a otro por ser de diferente equipo como otro alguien que se piensa mejor que los demás por ser simplemente de un sexo, religión o condición humana.

Cada cual que lo entienda como quiera.

El caso es que existe la gente desmemoriada, y además sin escrúpulos. Empiezo a pensar que es verdad aquello que me han dicho ya más de una vez y es que nunca me quisieron. Por mucho que se empeñen en hacerme creer lo contrario. No me queda más remedio que admitirlo, y asumirlo. Sobre todo, asumir. Hay muchas cosas por asumir, y cuanto antes se asuman, más fácil me será la vida. No queda otra. Menos doloroso será el dolor que nos vayan a hacer.

Asumido.

sábado, 4 de junio de 2016

MIL VUELTAS

Muchas veces no sabemos por dónde empezar; es más, casi nunca sabemos por dónde empezar. Una canción del pasado, una voz casi irreconocible, un desierto erróneo o una lágrima sin dueño. Puede que sí, que cualquier momento sea bueno para elegir cualquier lugar donde empezar. Opciones pasajeras para decisiones definitivas. También puede suceder que ocurra todo aquello que nunca nos habíamos planteado pero que, si termina pasando, es porque tenía que terminar pasando. Esfuerzo no es sinónimo de acierto, por lo que he aprendido a pensar que por mucho que me esfuerce siempre hay un hueco al error. Podemos tener siempre palabras de ánimo en la boca, pero eso no significa que nos sintamos más animados... puede ser solamente una falta de compromiso, o demasiada imaginación.

Casi siempre hablo de la soledad, pero es lo que tenemos los seres humanos: que nos volvemos monótonos y aburridos. Terminamos hablando de lo mismo; del trabajo, de nuestras aficiones, de lo que nos odia o de quienes nos quieren, nos repudian o nos detestan. Para bien o para mal, palabras nos sobran a todos. Queremos que la soledad nos deje, se aleje y nos devuelva la vida, se quiebre en mil pedazos o termine ahuyentando nuestros miedos. Queremos una soledad en compañía, con sus virtudes y sus defectos. Una soledad alegre, a ser posible, que contrarreste la propia tristeza de la soledad. 

Una palabra como soledad no hace falta escribirla en compañía, ni pronunciarla a los cuatro puntos cardinales.

Soledad.

Y, sin embargo, retamos al masoquismo y buscamos todo aquello que no queremos. No quiero que piensen que no siento tristeza... siempre la he sentido. Ya quisiera la soledad tener tan grata compañía. Pero no; no escogemos lo que queremos, sino lo que tenemos. Y eso, a la larga, se convierte en soledad, y luego en tristeza, melancolía, nostalgia... y una cosa, como sabemos, lleva a la otra, y así hasta el infinito. Mil vueltas, sin parar y sin pensar, una tras otra...

O hasta que la soledad quiera. Hay quien no quiere, y hay quien hace méritos. 

sábado, 28 de mayo de 2016

TODO UN OCÉANO

Las personas nos cambian; nos quieren; nos miman. Se preocupan de lo que nos preocupa a nosotros y de lo que nos interesa. Al menos, así debería ser. A veces, el efecto deseado es el contrario; nos cambian de la forma que no quieren vernos cambiar... pero nos cambian. Nunca habrá tiempo suficiente para conocer a nadie en este mundo... recibimos la llamada del siguiente antes de que eso ocurra. El cristal es transparente, y llega a ser semitransparente si nos lo queremos proponer. Pero, tarde o temprano, todo cristal termina por romperse. Una noche de estas puede ser buena para empezar a olvidar tanto llanto acumulado.

Una vida empieza una y otra vez hasta que termina para siempre. Esto es así. Del mismo modo, costumbres tenemos todos y nadie sabe cuál es la mejor si todas terminan siendo válidas. El rostro de la vergüenza es el que se esconde tras una media sonrisa cargada de soledad. Todavía espero alguna disculpa, alguna palabra, fe, esperanza y arrepentimiento. Lo digo de corazón. Yo no busco actos por buscar simplemente la forma de hacer daño. Aún espero que alguien me diga qué hice mal, pero sobre todo, que me justifique y demuestre ese mal. Que me demuestren por qué cargaron sobre mi espalda algo que no es verdad.

La paciencia se agota. Dicen que, al final, llega la gota que derrama el vaso. Dicen que, en mi caso, ofrecí todo un océano; de agua salada y palabras dulces. Viendo cómo funciona la justicia, hasta lo injusto puede ser necesario... pero sólo para personas necias, vacías, cobardes y sin corazón.

Es una pena que por ser hombre ya den por sentado que usaré el machismo. Es una pena que por ser hombre, la justicia sea menos justa por una falsa creencia de proteger a la débil. Sí, nada justifica nada... pero ese sentimiento, ese hecho, debería ser bidireccional... como algunas alarmas.

Mucho ruido y pocas nueces.

sábado, 21 de mayo de 2016

CICATRICES

Dicen que una cicatriz es para toda la vida. No deja de ser una marca del pasado. Física, emocional, mental... recuerdos que, tengan la forma que tengan, forman parte de un tiempo pasado. Podría pensar que es preferible un recuerdo que se ve a una sensación que se pierde. Tendría que huir de mi vida para escapar de mi pasado, y aún así, no conseguiría nada. Solo evitar la frecuencia de dichas sensaciones, que podría ser menor, pero no evitaría el impacto, que seguramente podría ser más fuerte. Porque allí donde vamos, la cabeza la seguiremos llevando sobre los hombros. Al menos, si nos preocupamos de ello. Pienso en cada fracaso como una cicatriz perenne, y en cada acierto como en una simple obligación, sin la busca del asedio a la fama ni al interés personal y propio.

El principal efecto es el desahogo. La causa, de sobra por todos conocida. Sin embargo, llega un punto en que resulta hiriente transformar las directas en indirectas, teniendo que usar metáforas para representar un hecho que en su momento me dejó una cicatriz marcada. Ahora, mientras miro a mi hija, a la que puedo mirar todos los días, a la pequeña, se me dibuja una leve sonrisa en el rostro mientras no dejo de pensar en la complacencia que tuve, que tenía, o que no tendría que haber tenido unos años atrás. Seguramente, ella, la pequeña, es la más afortunada.

Ya me lo dijo mi mujer hace unos días: "Voy a luchar por ti y por la hermana de nuestra hija. La nuestra lo tiene todo resuelto, afortunadamente."

Y sólo pude darle la razón. 

sábado, 14 de mayo de 2016

TODA UNA HISTORIA

No sé si para bien o para mal, tenemos una mente que no descansa. Las posibilidades son infinitas. La vida está llena de historias, buenas y malas, cortas y malas. No se me ocurren más calificaciones... bueno, sí; tristes y alegres. Las que denominamos con final feliz, o simplemente con final. Las que terminan. Si nos paramos a pensar, todas terminan; en el peor de los casos, cuando nos llega el final. Que ese sí que nos llega a todos, y siempre es triste.

No voy a ser yo quien diga si una historia merece la pena o no. Al fin y al cabo, no deja de ser historia. Nuestro defecto como personas es que no dejamos que nos razonen, que nos expliquen, que nos den tiempo a reflexionar. Me gustaría ser escuchado al tiempo que a otros les gustaría ser entendidos, siempre en la medida de nuestras posibilidades. En esta historia no hay protagonistas; solamente palabras. Incluso, me atrevería a decir, palabras sin pronunciar. Conforme pasa el tiempo, la razón entiende que las decisiones pueden ser erróneas o acertadas; el sentimiento no entiende la injusticia que nos narra toda historia vivida. 

Porque mayo es un mes recuerdos y, después de todo, cada recuerdo no deja de ser toda una historia.

sábado, 7 de mayo de 2016

NOMBRES SIN NOMBRAR

Entendido. Peces de colores que emergen de las burbujas de poder que unas tienen y otros no poseen. Las cifras no engañan, pero no voy a decir a cuáles me refiero. Luchar, hay que luchar, está claro, pero la lucha tiene que ser hasta cierto punto. El egoísmo, cuando nos protege, quizá pueda venir bien. No deja a uno de sorprenderle la idiotez del género humano.

Algunas se piensan que las personas son posesiones de las personas. Quizá es lo que ellas han vivido, presas de una vida probablemente injusta, pero igualmente totalitaria y de total sumisión; para que luego vengan a vender que tuvieron infancias felices. Pero los momentos se disfrutan cuando se viven, y se juzgan cuando se añoran. El pasado no se puede cambiar, aunque algunas lo pretendan. Esclavas de lo evidente, no han sabido discernir entre el amor y el falso cariño. Sin escrúpulos, capaces de lo más inverosímil, van a aprovechar algo que está diseñado precisamente para eso, para aprovecharlo.

Me cuesta creerlo. Mucho. ¿El qué? Pues que existan personas tan rencorosas, vengativas, perversas, malvadas, pérfidas, ruines, viles, maliciosas, malignas, bellacas, malas, depravadas, indignas, infames, desalmadas, endiabladas, ímprobas, satánicas, siniestras... Elegid el calificativo que más os guste. 

Siempre os estaréis quedando cortos.

sábado, 30 de abril de 2016

¿DÓNDE ESTÁ NOA?

Duele la debilidad de la misma forma que nos hace débiles el dolor. Mis recuerdos ya no se parecen a aquellas imágenes que mi memoria desea recordar. El sonido de las lágrimas que caen sobre el suelo apenas castigan si no podemos llorar. Es frágil quien quiere, quien se hace de rogar, quien se tortura con la vida, quien mira hacia atrás. A quien se le obliga a vivir con esa fragilidad. 

El caso es que nadie gana ni pierde cuando ni siquiera se puede empatar. No busco una victoria... sólo busco la igualdad, y que la justicia sea justa para todos por igual. "¿Dónde está Noa?" - dijo una voz en el interior de mi corazón. Y la divisé en mi mente, cerrando los ojos con fuerza igual que cuando se lo pides a ella, con las manos sobre los ojos jugando a no estar. "¿Da está?" - contesta ella, con fuerza, ganas, ilusión y sonrisas. Y, de pronto, se quita las manos de los ojos, te busca, se ríe, y contesta para sí misma y para los demás: "¡Ta quí!". Y no se cansa, y lo repite, una vez, y otra, y otra... hasta que te cansas tú, sólamente tú y nunca ella. 

¿Dónde está Noa? Pues la verdad, aún no lo tengo muy claro, como tantas otras cosas... ni dónde está, ni dónde quiere estar, y, sobre todo, con quien quiere estar. No sé dónde está Noa ahora mismo. Ni sé dónde está Noa a cada momento, y eso es, en cierto modo, como morir en cada segundo un poco más por no saber contestar a esa simple pregunta. 

¿Dónde está Noa? Que me lo explique alguien, porque sigo sin entender dónde está, y lo peor, por qué está donde quiera que se encuentre... 

sábado, 23 de abril de 2016

PAREDES DE CRISTAL

Nunca creyó en mi. Parecía siempre ausente, sin opinar, sin escuchar, sin hablar. Pero, sobre todo, sin creer. Sin control; sin efecto; sin razón; sin fe... sin apoyar. Nada parecía tener sentido. Nada tenía sentido. Una ilusión, una decepción. El problema es darse cuenta tarde y mal. O tarde... o simplemente, mal. Después de todo, estamos donde estamos porque así lo hemos elegido, ya sea de una forma directa o indirecta. Se puede estar triste y feliz a la vez, pero no por una misma causa. La tristeza va por barrios. Toca cuando toca, y algunas veces dura más y otras veces dura menos. También es triste, para algunos, comprobar qué poca razón puede tener, o ha podido tener, quien creía que llevaba la verdad absoluta. Y lo que es triste para algunos, puede ser desesperante para otros. Sobre todo si te toca vivir la parte contraria. 

Paredes de corcho con tapones en los oídos repletos de palabras absurdas y repelentes. Hay demasiadas cosas carentes de sentido, como las paredes de cristal; no por menos pregonarlo carece de verdad. En el reino de los cielos apenas existe la mentira que rodea el alma humana de una falsa normalidad. Falsa normalidad; no hay que creerse todo lo que dicen, ni actuar de la forma que menos esperamos. Siendo cautos, todo se puede llegar a comprobar.

Los caminos no existen si no hay sitio para caminar. Caminamos junto a sombras que no queremos mirar, y si las miramos, se nos cruzan en nuestro caminar. No existe el perdón sin el olvido si olvidamos a quien perdonar. 

sábado, 16 de abril de 2016

TORMENTA DE ESPADAS

Si bien este libro me ha costado más que los otros dos, no es cierto que me haya gustado menos. Quizá la primer aparte se hace algo más lenta que el resto de la saga, pero la segunda parte del libro es trepidante y tiene grandes emociones en cada una de sus líneas. Hay que tener en cuenta que es el libro más largo hasta el momento, con sus 1118 páginas, amén de los anexos con toda la genealogía de cada una de las casas. Quizá por eso me costó más arrancar... y luego también están las circunstancias de la vida personal. La segunda parte del libro y el tramo final han ido ligeras como una pluma y muy fácil de leer y asimilar.

Uno sigue perdiéndose, a veces, entre tanto personaje, y cuando alguno sale muy de vez en cuando, suena de haberlo leído, pero es difícil terminar de ubicar al personaje en cuestión. Podemos decir que ya me he puesto al nivel de la serie televisiva, y que en este libro se narran cosas que ocurren tanto en la tercera temporada como en la cuarta, si no me equivoco. También hay que decir que la serie y el libro se desmarcan un poco a partir de este punto, lo cual para mi es bueno; es como escuchar dos versiones de una misma historia pero al mismo tiempo de forma paralela. Todo el mundo nos hemos imaginado una película o un libro con tramas diferentes si los protagonistas hubieran actuado de diferente forma. Lo peor del libro era que pesaba mucho, y costaba más llevarlo de aquí para allá. Ahora, que he empezado el cuarto libro, parece mucho más fino de lo que es, pues sale perdiendo si lo comparamos con este. Creo que me va a durar bastante menos.

Como siempre, de diez.

domingo, 10 de abril de 2016

LETRA PEQUEÑA

Justamente hoy llega mi ex y me envía un wasap: 

"Yo sigo enamorada del padre de mi hija, lo quiero con toda mi alma porque es el amor de mi vida. Lo amo. El ha sido el primero y el único y lo voy a querer siempre. Nunca volveré a querer a nadie como lo he querido y lo sigo queriendo a él, y nadie lo va a querer como yo. Me gustaría poder olvidarlo, pero el corazón no quiere y contra él es inútil luchar, siempre me gana. Y, aunque ha habido cosas malas, también las ha habido buenas, y muy buenas y son éstas las únicas que recuerdo, las otras las he olvidado. Hemos vivido tantas cosas juntos y nos han quedado tantas otras por hacer... Incluso estuve dispuesta a renunciar a mi familia por él, porque es lo más importante para mí. Me prometió tantas veces que íbamos estar siempre juntos y que nunca me iba a dejar..., estaba convencida de que estaríamos toda la vida juntos; incluso estaba planeando cosas para hacer en nuestro 10* aniversario y para los 25 años. También me dijo que,si alguna vez esto no funcionaba, seguiríamos siendo amigos. Pero sigo creyendo en él. Daría mi vida por él. Y sé que él también me quiso mucho".

No voy a entrar en la certeza de estas palabras. Quien me conoce, sabe como soy, lo que he hecho y por qué lo he hecho. No me refiero al momento en que decido alejarme de ella, sino a momentos anteriores, estando con ella. Hice muchas cosas con ella y por ella que no quería hacer, pero las hice. Mi familia y yo sí que renunciamos a muchas cosas por ella y cedimos tanto que ni recuerdo cuántos de esos momentos fueron buenos y cuáles fueron malos.

Lo que me indigna es, como siempre, el papel de víctima que siempre toman quienes se dan cuenta de sus errores demasiado tarde. Claro que prometí, y juré, y luché por algo que al final me di cuenta de que era imposible, por eso la gente abandona; prometí mucho, y cumplí lo que me me dejaron cumplir; eso es lo triste. Y no digo que ella mienta en lo que dice, pero sí que miente en lo que no dice. Todo en la vida tiene su letra pequeña; quizá no me di cuenta y la hice tan pequeña que me degradé como ser humano.

Lo que no dice es que me ninguneó, a mi y a mi familia; quiso celebrar un bautizo sin que el padre, es decir, yo, estuviera presente. Me maltrató psicológicamente. Me humilló. Me insultó, tanto ella como su hermana, viva estampa de la falsedad. Querían privar a mi familia de ver a mi hija. Me hicieron ser como no quería ser. Me dijeron que yo no valía nada, que no era digno de ella. Nunca me respetaron. Secuestraron a mi hija más de dos meses en los cuales sólo la vi dos veces. La utilizan como arma arrojadiza. Y, lo peor de todo, siguen siendo unos cobardes, que en dos encuentros fortuitos que hemos tenido, lo único que he visto es cómo se esconden. Nunca han dado la cara. Si he tardado siete años en ir dándome cuenta de todo, quizá es que tampoco he sido muy exigente ni lo habré hecho tan mal. Yo tampoco quiero ser víctima, pero digo lo de siempre: tengo pruebas de todo que permiten que mi conciencia y yo durmamos tranquilos.

Aunque la letra pequeña sea obvia... también hay que tenerla en cuenta. 

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