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martes, 28 de septiembre de 2021

UN SALTO MÁS

 UN SALTO MÁS

Entiendo que haya gente que esté siempre arriba. No me refiero a ningún ámbito en concreto de la vida, ni personal, ni profesional, ni sentimental... simplemente arriba. Cuando estás en lo más alto, no puedes subir más. Pero sí que puedes caer, bien de forma voluntaria o bien de forma involuntaria. El caso es que caes, por desgana, cansancio, hastío... me es igual el motivo. Desciendes y punto. Desde fuera, si siempre estás arriba y te ven caer, puede que le den importancia, o puede que no. Lo normal es estar arriba, así que si por un tiempo no lo estás seguramente ni te estés dando cuenta. Y me atrevería a decir que quienes no aprecian la posición de cada uno tampoco se estén dando cuenta. El problema está en los que se dan cuenta y se esfuerzan por estar arriba.

Cada cual ve normal lo que vive. Yo sé que no estoy en lo más alto, pero desconozco cuán bajo puedo estar. Lo que sí sé es que me paso la vida dando saltos para llegar siempre a lo más alto. A veces llego muy alto y otras no tanto, pero siempre me esfuerzo para estar en una posición que, quizá, tampoco quiera estar. Para quienes están siempre arriba es muy fácil estar ahí porque han estado siempre; lo ven natural, sencillo, innato. Es como andar, respirar o dormir. Lo hacen de forma inconsciente. 

Si a mi me gusta estar abajo y a veces doy saltos, aunque falle uno de cien, ese acierto debería ser valorado. Basta con que entiendan que no todos estamos arriba. El mérito no existe cuando se es como se es sin tener que hacer nada adicional. Abajo o arriba... cada uno está donde debe estar, sin más. Luego está la actitud. Hay quien lucha y hay quien se rinde. Pero esa es otra cuestión...

Bueno, voy a tomar impulso... que tengo que dar un salto más.


martes, 21 de septiembre de 2021

VIENTOS DE OTOÑO

 VIENTOS DE OTOÑO

Y con el viento templado del otoño, pude recordar que hace pocos años atrás me volví un despreocupado inocente que solo buscaba poder respirar por encima de mis hombros. Hemos pasado mucho. Eso es cierto. Pero no sufre más el que más desgracias ha vivido, sino quien peores deseos frustra en la pérdida de la felicidad. No se puede estar soñando eternamente por la libertad en momentos en los que ahora nuestros actos no gustan. Muchas veces me pregunto quién soy; otras veces me pregunto cuándo cambié, o hacia dónde voy. O qué hice mal... o incluso qué dejé de hacer bien. Me pregunto si algún día quise ser alguien que realmente no fui o no soy en la actualidad. Creo que todos intentamos mejorar con respecto a los demás. Al menos si algo o alguien nos importa de verdad. He tardado mucho tiempo en darme cuenta de que esto es un error.

Vacía puede estar una mente, un alma, un caricia o una emoción. Por eso, cuando sopla el viento no arrastra nada, y eso que nos ahorramos. Y el duelo convive con la pereza del miedo a sufrir sin emoción. Sin embargo, un sentimiento pesa siempre, y necesita del aire de mil alientos para mover pensamientos sin corazón.

Vientos de otoño sin corazón. Y otra vez la melancolía nos vuelve a robar la razón... otra vez más. Sin remedio. 

Sin solución.


jueves, 16 de septiembre de 2021

MÁS DE UN CAMINO

MÁS DE UN CAMINO

Cabe esperar la ida y venida de la ansiada revolución. Y digo ansiada, y no ansiosa, pensando en el porvenir de generaciones futuras criadas a base de caprichos irracionales e irreversibles. Porque sí, porque es difícil reeducar a quienes tienen poca educación. En el buen sentido. Mi llanto no se disimula con cualquier cosa o de cualquier manera. Hasta para eso tengo que tener arte, pero nadie es cien por cien perfecto en cada disciplina que la vida nos enseña. Mostramos rabia, impotencia, dolor y ansiedad cuando no nos queda más remedio, y parece que uno termina acostumbrándose. Malo. Lo mires por donde lo mires. Entonces, pasada esa fase, recurrimos al odio y al rencor. Sí, al odio y al rencor. Mucho odio y mucho rencor. Muchísimo. Cuanto más, mejor.

Ese es un camino. El otro camino no se puede basar en el perdón hacia los demás, sino en la complaciencia hacia uno mismo. Aunque implique sacrificio, lamentos o cierta pérdida de dignidad. Quizá eso nos ayude a conseguir la felicidad. Primero, la propia; después la de los demás; y si tengo que rebajar mi nivel de orgullo por algo tan digno no pienso en lo indigno que puedo llegar a ser o a parecer. Siempre hay dos caminos, al igual que la vida siempre va dando vueltas. Ciclos finitos en un único ciclo infinito. 

No sé qué camino es mejor. Sólo sé cuál es mi camino. Y si para que los que de verdad nos importan sean felices, yo tengo que ser un poco más infeliz, pues que así sea.

Pero sin pasarse.


miércoles, 8 de septiembre de 2021

INTERESES MÚTUOS

INTERESES MÚTUOS

El despropósito es dejar vía libre a la ira mientras complaces la soberanía del ególatra. Anoche se lo dije, aunque con otras palabras. No sé si me entendió... porque yo tampoco la entendí a ella. El caso es que el miedo siempre gana, sin importar el orden de importancia en ese nivel del miedo a todo, cosa que ocurre cuando tampoco se sabe priorizar. En el fondo, pienso que existe un chantaje emocional encubierto, un interés generalizado en mantener un status poco relevante a la vista de quien realmente debe importar. Y el miedo es ese, que ambas partes están de acuerdo, aceptan su papel e ignoran sus sentimientos. Ya es tarde para aprender a frenar cuando llevas treinta años intentándolo.

He decidido vivir mejor, no discutir y disfrutar de las cosas que nos da la vida, porque cada día que pasa es un día menos. En ocasiones tengo la sensación de que piensan que yo solo quiero fastidiar, que estoy siempre pensando la manera de buscar una pelea, una discusión, una bronca... ese tipo de tristeza no se puede medir. No por mí, sino por ellos. Porque demuestran que aún no me conocen, y que tengo mil cosas mucho más importantes que hacer y en que pensar antes de buscar malos rollos con quienes están a mi alrededor... es una lástima, se me va la mitad de mi felicidad tratando de no convertirme en una persona tóxica.

Por eso tengo que disfrutar el doble en mi otra mitad.


miércoles, 1 de septiembre de 2021

DE PALOS Y CUCHILLOS

 DE PALOS Y CUCHILLOS

El cuchillo cortó la lengüeta del zapato como si fuera mantequilla. Disimulé la frustración de reojo y caminé hacia atrás, como quien ha entrado sin querer en el lugar equivocado. El odio no se puede cambiar. Si odias algo o a alguien, solo quedan dos opciones: o ese algo o alguien desaparece o termina siendo más y más odiado cada día que pasa. Vitaminas para el rencor, cáncer de la sociedad.

Al despertar me di cuenta. Una caricia invisible a quien ayer estaba donde hoy ya no está. Y quien sabe si volverá a estar. Unos pasos más allá, y la única excusa, razón o motivo que me hace soportar todos los dolores existentes. Pero hasta una simple espina termina cansando si la tenemos siempre o tratamos de ignorarla. Y no quiero un dolor crónico.

Ya solo queda rencor y odio. Y una frustración desmesurada que se impone a la razón... Y es que, de tal palo...

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