DE PALOS Y CUCHILLOS
El cuchillo cortó la lengüeta del zapato como si fuera mantequilla. Disimulé la frustración de reojo y caminé hacia atrás, como quien ha entrado sin querer en el lugar equivocado. El odio no se puede cambiar. Si odias algo o a alguien, solo quedan dos opciones: o ese algo o alguien desaparece o termina siendo más y más odiado cada día que pasa. Vitaminas para el rencor, cáncer de la sociedad.
Al despertar me di cuenta. Una caricia invisible a quien ayer estaba donde hoy ya no está. Y quien sabe si volverá a estar. Unos pasos más allá, y la única excusa, razón o motivo que me hace soportar todos los dolores existentes. Pero hasta una simple espina termina cansando si la tenemos siempre o tratamos de ignorarla. Y no quiero un dolor crónico.
Ya solo queda rencor y odio. Y una frustración desmesurada que se impone a la razón... Y es que, de tal palo...
Cuando hay dolor, un buen trago de absenta o chute de morfina, y solucionado.
ResponderEliminarDuro pero interesante
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