ADMITIR LO INEVITABLE
Probablemente yo sea tan cruel conmigo mismo como quizá lo fuera la gente antaño, entre 30 y 40 años atrás. Demasiado lejos llegan mis huellas, si me paro a pensarlo detenidamente. La mayoría de mis escritos duelen. Si no duelen, hacen daño, y si no hacen daño, tratan de curarlo. No se trata de victimismo, sino de buscar sanar aquello que no entiendo. Por eso dije al principio que admito lo inevitable, pero también digo ahora que reconozco lo justo y verdadero. Hay más huellas buenas que negras, nos guste o no. Pero las negras duelen tanto que anulan las buenas, por muchas que sean. De todas formas, vuelvo a reconocer que lo bueno es siempre más y mejor.
Esto es como un propósito de enmienda... trataré de escribir más sobre las cosas buenas que pasan, aunque siga contando en plan de clave melancólica y abstractas las malas. Todos tenemos, al menos, dos caras...
...intentaremos mostrar más una, por tanto.
Sea como sea, jamás te autocensures. Si hay que escribir mierda, se escribe.
ResponderEliminarBueno, como bien dices, la vida es una mierda con ojos y sonrisa... quedémonos con la sonrisa y los ojos cuando los necesitemos. No me autocensuro, solo que trataré otros temas desde otras perspectivas.
EliminarGracias por comentar.