No hace tanto tiempo de aquello y parece una eternidad. Podríamos definir un instante atemporal como una sucesión de momentos claramente identificados en el tiempo de la memoria. No hay víctimas, ni tampoco beneficiados. Simplemente malos recuerdos. Recuerdos que dicen que caen en el saco del olvido; no podría estar más en desacuerdo: precisamente gracias a esa palabra son recordados. Las razones o causas pueden ser diferentes, pero mientras las consecuencias sean las mismas, poco importa. Un instante sin aquello que quieres, que necesitas o que buscas, puede ser una eternidad; pero todos queremos más de una cosa o necesitamos más de una cosa al mismo tiempo, y es esa suma de instantes las que nos hace más endebles a la incomprensión humana. Volvemos, por tanto,al egoísmo centralizado en un único ser, al egoísmo que todos queremos esquivar y que, al hacerlo, nos hace tener que elegir entre todas aquellas cosas que queremos, buscamos o necesitamos. Intento no ser egoísta de la manera más fácil que tengo de ver la realidad: procuro que los demás no tengan que elegir a renunciar a algo que quieren por mi gran culpa. Espero que los demás también estén haciendo eso conmigo. Mientras tanto, seguiré buscando instantes que me hagan feliz, pues son los únicos que me interesan...
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