Cuando alguien cumple años, quizá se pregunte cuántos más le quedan por cumplir. Quizá se se sienta más viejo cuando, en realidad, sólo ha pasado un día más. Quizá se muestre más nostálgico recordando mejores épocas donde los regalos eran más cuantiosos, más inesperados. Quizá preparaba una gran fiesta con los amigos en busca de un amor o, simplemente, pasar un buen rato. Quizá. Ahí reside la nobleza de las personas. En no esperar nada por nada, en disfrutar de lo que ya se posee. Quién sabe... igual un día me levanto de la cama el día de mi cumpleaños y me regalan una mirada atenta, de tonos azulados y verdosos, sorprendida, con una mueca amagando una sonrisa. Una mirada dulce, de ojos abiertos. Una mirada de un bebé, de un niño. O de una niña. Una simple mirada. Simple. Sin más. Una mirada. El mejor de los regalos. No hace falta exteriorizar los sentimientos para demostrar que somos sensibles. El llanto que a algunos les reblandece el corazón, a otros nos lo va conviertiendo en una piedra cada vez más dura. Da igual; las piedras también se pueden romper. Felicidades a los que hoy cumplen años y pueden disfrutar del mejor de los regalos.
En la tele (esa caja tonta a veces odiosa) oí decir en un anuncio una frase muy sabia (qué raro): "No es más feliz quien más tiene... sino quien mnos necesita."
ResponderEliminarAhí reside la grandeza de algunas personas, hayar la felicidad en un simple rayo de luna, en el cántico despreocupado de los pajarillos, en amanecer y mirar por la ventana, respirando el verdor infinito de la tierra...
Estoy segura de que algún día amanecerás encontrando en lo que te rodea la máxima felicidad, si no es que no la posees ya, porque estoy segura que eres de los que eres feliz con muy poquito (aunque para ti suponga mucho).
Besos dominicales caballero