No eran ni las dos de la tarde cuando decidió sentarse en el suelo de una esquina, un cruce de dos calles en las cuales los coches únicamente podían venir de frente, según la mirada de sus ojos. Lo único que buscaba en ese momento era un poco de sombra. Colocó la bolsa de viaje a su derecha y la mochila a su izquierda. Sacó el móvil del bolsillo y recordó que lo había desconectado al salir de casa. A pesar de la tentación, lo dejó apagado. Respiró profundamente (ya había perdido la cuenta de cuántas veces lo había hecho durante la mañana) y comenzó a observar cada detalle de su alrededor. Se dio cuenta de que era ignorado por la gente. Mucho mejor para él. Trató de buscar algún cartel que anunciara la existencia de un bar. No lo encontró. Tendría que caminar un poco más para encontrarlo. Nada más pensarlo le produjo pereza. Comenzó a sentirse aliviado por primera vez en lo que llevaba de día, así que empezó a notarse relajado, y cerró los ojos por un momento...
Una pregunta, aunque creo que obvia: ¿las imágenes que adornan tus entradas son tuyas? Me parecen siempre de lo más apropiadas, adornando cada párrafo y remitiendo al lector al momento que se cita.
ResponderEliminarMe pregunto de qué huirá nuestro protagonista, bolsa de viaje a un lado y mochila a otro, móbil desconectado...
¿quizás del sopor que lo invade este verano?
Besos
Sí, las imágenes son todas mías, procuro, como bien dices, que estén lo más relacionadas posible con lo que escribo. Desde mitad de agosto, ciertas cosas de las que escribo tienen que ver con mi novela, quizá no fragmenos enteros, pero si frasas y más frases...
ResponderEliminarBesos!!