Llegó a la hora justa. Lo suficientemente temprano como para no tener que esperar demasiado tiempo. Más de veinte aulas repartidas por tres grandes edificios eran las que iban a alojar a los aspirantes a los treinta puestos disponibles. A una media de cien aspirantes por aula, el opositor ya tenía sus cuentas bien hechas. No había estudiado prácticamente nada. Apenas una lectura rápida a las más cuatrocientas páginas de esta primera parte del temario. Un lápiz y el papel de las tasas era lo único que llevaba. Tranquilo, sabiendo que no tenía nada que perder. Buscó su edificio y su aula. La gente se agolpaba en las puertas de las aulas... En cada aula, un listado con los aspirantes. No entendía a aquellos que, sabiendo que están de los últimos, están en primera fila para no perder tiempo al ser llamados. De todas formas, van a llamar por orden, ¿para qué ponerse el primero si te van a llamar el último? No sabía cómo definir a este tipo de gente... empezaron a llamar y a pasar al aula los aspirantes, DNI en mano. El opositor no tardó mucho en entrar. Después de serle verificado el documento por dos personas distintas, el opositor se sentó donde se le indicó. Esperó pacientemente a que leyeran las instrucciones del proceso, a que se repartieran las hojas de respuestas, y por último, a que se le entregara el cuestionario. El examen fue fácil. Sólo tenía que marcar la que más le sonara. Después, transcurridos los primeros veinte minutos, el opositor se percató de que la opositora de delante tenía las respuestas a vista de pájaro. En una décima de segundo, el opositor podía ver la hoja de su contrincante y grabar en su memoria sus últimas cuatro respuestas. Aprovechó esta ventaja cuando quiso. La parte final, prefirió no copiar. Se dio prisa y entregó su papeleta de respuestas.
Es una pena que para treinta plazas, haya dos mil personas luchando. El opositor pensaba que aquello era un negocio, lo mirase por donde lo mirase. 17 euros de las tasas de derecho a examen multiplicado por el número de aspirantes es una pasta. Después, el lucro de las academias. Eso, al opositor, no le importaba. Ni siquiera había estudiado por su cuenta. Pero una media de 90 euros mensuales por alumno que de verdad se estuviera preparando las oposiciones... otro negocio. La suerte es importante. Lo más probable es que el opositor no apruebe. No ha estudiado... pero quizá suene la flauta. Y puede que sea justo. Pues ha trabajado en la administración, y las oposiciones son para eso. Ciertamente, algunos contrincantes ya tenían hasta cara de funcionarios antes de hacer el examen. El sistema es totalmente injusto. Casi todo el mundo que aprueba lo termina admitiendo. Aprenderse todas esas leyes luego no sirve para nada para poder desarrollar sus funciones. ¿Por qué no se sigue un proceso más justo? La crisis afecta a todos los sectores, eso está claro. Pero también es cierto que algunos se hacen de oro aprovechando estas circunstancias. Quizá el opositor sea funcionario, sin mérito alguno. Así es la vida. Aunque con la fama que éstos tienen, quizá preferiría que no le llamaran funcionario en ese tono despectivo que se suele utilizar. Aunque el que lo hace, seguramente sea por la envidia de no ser un funcionario. Y es que, el opositor, tiene todo un estilo de vida, hasta que consigue lo que pretende. Un trabajo para toda la vida sin que nadie le pueda decir nada. Siendo mínimamente inteligente, tienes la vida resuelta una vez aprobadas las oposiciones. Suerte a los opositores.
Lo de opositar es un duro camino al final del cual pocos llegan. No es justo porque son muchas las personas que dejan parte de su vida en algo que no da ningún fruto. No, no es justo, pero como en otros caminos que tomamos, siempre hay alguien que se queda atrás, a veces nosotros mismos. Es una posibilidad que hay que asumir desde un principio.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, y feliz semana!
Veo que conoces ese mundillo también.No es tan fácil como parece y poco llegan.
ResponderEliminarOpino lo que Zarzal, no es justo. Y también opino lo que tú, a veces se les llama despectivamente "funcionarios" y hay de todo.
Porque también hay algunos personajes en la empresa privada que dejan mucho que desear.
En mi humilde opinión deberían hacer algún tipo de seguimiento para los que ya tienen la plaza. Así de ese modo se conseguiría mejorar la administración y que estuviesen los que realmente merecen el puesto.
Pero nada es justo en esta vida.
Un beso
He opositado varias veces y sin éxito en ninguna de ellas, al final me he visto con una carrera y casi sin salida en el ámbito para el que me había formado. LLevo años ejerciendo un trabajo que dista al 100 % de lo que había preparado y que me convierte en una invisible y simple proletaria.
ResponderEliminarDe veras que deseo toda la suerte del mundo a aquellos que se presentan con ganas a una Oposición, pues salir victorioso de esa prueba es algo excepcional, un premio para tantos años de esfuerzo y tantas horas de sacrificio.
Besos Manolo, y siento haber mostrado mi peor cara derrotista.
Hola a todos!! Conozco el mundillo, pero no mucho... simplemente quería ofrecer un punto de vista sobre este escabroso tema, sobre como está el país por la crisis... al principio pensaba haber ironizado un poco más con el asunto, pero bueno, me contuve, intenté ser lo más objetivo posible y emitir los mínimos juicios de valor posibles.
ResponderEliminarZarzal, esto es algo que no he asumido desde un principio, como dices, pero es que si además de toda la carga que tengo me hubiera podido preparar unas oposiciones...
Akasha, no tienes que disculparte por mostrar una cara derrotista... Por desgracia, hay mucha gente en la posición que comentas, estudiar algo que te gusta pero que no tiene salida laboral, y en mayor o menor medida, nos afecta a todos... Por si te sirve de consuelo, he tenido 61 preguntas mal de 100 :-P Para no haber estudiado nada, no me quejo...
Anne, lo que de verdad me gustaría es que la gente fuera responsable en su trabajo. Que no existiera un sistema tan injusto como este para seleccionar quien es válido y quien no. Que este sistema se está perdiendo gente muy preparada por culpa de otros... en fin, aquí ya está la opinión de cada uno, y al final, la moraleja es la de siempre: así nos va...
Saludos!!
Las oposiciones son difíciles pero no po el temário si no por la gran cantidad de gente que se presenta,hay personas que dedican muchos años de su vida a prepararlas con la esperanza de sacarlas y estoy pensando más en las de derecho como notarias, judicatura, registro, etc, tengo amigos que han invertido en ello hasta cinco o seis años, se lo han podido permitir porque desde luego sale muy caro, es necesario un buen preparador y contar con una familia que te mantenga durante todos esos años, si que es verdad que si finalmente las sacas puedes ganarte muy bien la vida pero si no hay que empezar de cero.
ResponderEliminarYo oposité y, por fin, tengo mi plaza tras muchos años dee ser interina.
Te deseo toda la suerte del mundo, si es que eres tu ;)
Muchos besos.
Hola Wendy. Espero que te vayas desenredando... Tienes razón, la dificultada es la necesidad de la gente por encontrar un trabajo y eso hace que la competencia sea demasiado cruel.
ResponderEliminarImagino que es como todo, invertir y proponérselo, ser constante y al final, se terminará consiguiendo.
Gracias y besos.
Los otros días me enteré de que el año pasado se presentaron 20.000 opositores para 20 plazas de ujieres del Congreso de los Diputados, los estudios exigidos eran el Graduado Escolar o equivalente. Al final los 20 afortunados que fueron seleccionados eran ingenieros, físicos, economistas, todos con nivel de licenciatura para arriba. Tanto esfuerzo y tantos años estudiando para tener la categoria laboral de un peon... y vete contento. Que triste y que injusto.
ResponderEliminarEs cierto, caracolillos, las cosas están así de difíciles, y no queda mas que estudiar y ser los mejores.
ResponderEliminarGracias por participar.
Saludos!!