Mundos prohibidos, imaginarios, llenos de amor y de pasión. La libertad de nuestros temores se trasnforma en el amor verdadero del cual podemos disfrutar hoy día... y parece que fue siempre así. Pero nada más lejos de la realidad. En la breve historia de la humanidad, casi todos los matrimonios eran por conveniencia, porque interesaban a los padres. Los hijos eran moneda de cambio para satisfacer los intereses de éstos. Y yo me pregunto: ¿De verdad ha cambiado esto en el actual siglo XXI? No lo tengo yo muy claro... Aún se pueden encontrar culturas y civilizaciones donde el amor está fuera de ellas, el amor está prohibido y el único cariño que existe es el material o el existencial. Y es una verdadera lástima. No poder elegir con quien vivir, a quien querer, a quien apreciar, bien sea por sexo, edad, religión, raza... me parece una auténtica aberración. No es que esté lanzando hoy al aire este pensamiento, dejándolo volar libre por el aire, por algún motivo especial. Simplemente me acordé de la historia, esa que conocemos por los libros, por el cine, por la televisión... y puesto que hoy el día ha sido duro de trabajo pero al final ha habido un final feliz, únicamente quería compartir lo realmente importante de este post: que lo más hermoso que tiene el ser humano es querer a sus semejantes, y no puede ni debe ser jamás secuestrado por el fanatismo de los incogruentes.
Estupendo final y me alegra que lo hayas compartido, destila optimismo.
ResponderEliminarNo debería haber nada forzado en temas relacionados con los sentimientos.
Un beso
Aplaudo tus palabras, como dice Wendy el final destila optimismo.
ResponderEliminarBastantes cosas nos atan ya como para que además nos digan a quién debemos querer.
Un beso
Hay cosas y costumbres que no cambian por mucho que el tiempo pase, lamentablemente.
ResponderEliminarClaro que és lo más importante, lo más vital, y aún quieren arrebatarnos en muchos lugares del mundo, esa libertad que tendría que venir arraigada en nosotros al primer segundo de nacer.
Llaman rebeldía a lo que realmente son derechos fundamentales en el ser humano.
Este mundo siempre cojeará, Manolo, por más alto que hablemos, o por más fuerza que transmitamos en nuestras palabras y acciones.
El poder és el poder, desde tiempos lejanos hasta el día de hoy.
Abrazos.
Wendy, Anne, Mayte... no lo dije por nada en especial, simplemente en ese momento estaba pensando en culturas distintas a la nuestra y me vino el tema a la cabeza... me alegro de que os haya gustado lo que escribí.
ResponderEliminarBesos!!
Pues sí, bastante hay con equivocarse uno con las propias elecciones, en lo que se refiere al amor, como para permitir que sean los demás los que se equivoquen por nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo
Tienes toda la razón, Zarzal. Pero es algo que no podemos evitar... como alguien dijo una vez: equivocarse es humano, ¿no?
ResponderEliminarAbrazos.
PD: Ahora sí que puedo leer pdfs en mi movil nuevo, tu novela está al caer... jejeje.