En aquella época, de lejos, de muy lejos... en la que la habitación de uno era el reino de los cielos, la música no tenía fecha de caducidad y los sueños no volaban por la ventana... en aquella época, en la que los atardeceres se fundían en un abrazo con la luna mientras el sol se marchaba cabizbajo, tras los tejados de mi calle... en aquella época, de lejos, no teníamos la vida tan complicada como la tenemos ahora. Aquella época es media vida. Con la puerta de la habitación cerrada, y la música a todo volumen, no existía nadie más en el mundo. Aún escucho a mi madre gritando escaleras abajo mi nombre para que me sentara a la mesa o quitara volumen a la guitarra de Knopfler. Qué extraño... siempre era la misma canción. Después, el saxofon inundaba el aire con el último engaño de, seguramente, un ser despreciable. Ni de lejos podemos ser ahora tan felices. Menos consecuentes. Más irresponsables. Necesarios para con los demás. Ni de lejos. Cuando no sabía fotografiar la noche; siempre me salía un negro blanquecino. Sala de estudios, de charlas, de encuentros, de pasión, de música, de entretenimiento. Al final del pasillo. No era difícil encontrarme. En las calles desiertas de mi habitación, con un hueco a la libertad del cristal que separaba el mundo real del mundo imaginario. Es curioso. Aún escucho a mi madre gritarme mientras escucho "Love Over Gold", con ese piano de fondo, esa triste y melancólica voz y esa acusada guitarra. Justo cuando la batería entra con fuerza y se hace el silencio... En ese momento, casi a los tres minutos de canción menos 15 segundos, antes de escuchar "Love Over Gold"... mi madre me llama. Lo podéis comprobar vosotros mismos. Y esta canción siempre será aquella en la que escuchaba a mi madre llamarme para que bajara volumen a la música o para que fuera a la mesa a comer. Siempre lo será.
http://www.youtube.com/watch?v=DyEEOxDTCRM
http://www.youtube.com/watch?v=DyEEOxDTCRM
Que buenos aquellos recuerdos de juventud, de escuchar música (en mi caso Nirvana, Metallica, Guns N' Roses...The Doors), tumbado sobre la cama, dejando volar la imaginación a lo que me hiciera ilusión en aquel momento. Y mi madre, cómo no, siempre gritando desde la cocina o el comedor que estaba la comida, y mi respuesta "¡Ya voy!". Lo de mi madre no ha cambiado, hay cosas que nunca lo hacen, y te mantienen en el camino. Por suerte.
ResponderEliminarGracias por compartir esos recuerdos, que me traen de vuelta los míos.
Un fuerte abrazo!
Manolo, otra vez me siento nostálgica al leer tu entrada. Me ha hecho revivir aquellas tardes, y esos fines de semana, en los cuales te pasabas todo el tiempo con tu musica.
ResponderEliminarTu sabes que me gustaba, y hasta incluso tarareaba algunas, pero no podia con el volumen de éstas, ya que era demasiado alto.
Pero ahora, echo de menos esos tiempos.Cuando tus hermanos, y tú, llenábais la casa de música, cada uno con la vuestra.No me puedes negar que alguas veces era insoportable,ya que cada uno teniais gustos diferentes, pero a pesar de todo volveria gustosa a escuchar todo ese barullo.
¿Me parece que las fechas cercanas a la Navidad, nos pone un poco tristes verdad?
Un beso muy fuerte de tu madre.
Es cierto Manolo, recuerdo mi habitación como mi reino, allí estaba todo lo que deseaba, era mi espácio, yo era la dueña, allí se forjaban todas mis ilusiones, esas cartas que tenía que escribir, mis colecciones, mis secretos, mis amores..
ResponderEliminarFueron pacientes con nosotros que anda que nos poníamos pesados escuchando la misma canción una y otra vez.
Ya no podemos volver a aquello pero allí sembramos muchas semillas y algunas han dado fruto .
Aún puedo regresar a esa habitación y al igaul que a Anto sigo escuhando la voz de mi madre que me llama para comer o para cenar, ojalá y que siga así muchos más años.
Muchos besos.
Llevo un tiempo leyéndote y creo que te asusta un poco hacerte mayor. Aquella época fue buena pero uno crece y evoluciona y ahora hay otras cosas con las que disfrutar. Que no te de miedo, lo de hora tambén es bueno pero es otro momento. Dísfrutalo.
ResponderEliminarAnto, espero que estés mejor, antes de nada. Pues sí, eran buenos tiempos... The Doors... siempre fue mi segundo grupo. Me encantan.
ResponderEliminarCreo que las cosas no cambian, los que cambian somos nosotros. Lo peor era cuando compartías habitación y los dos hermanos hacíamos guerra de volumen alto... ganaba el que tenía el casette más potente jajaja....
Un abrazo!!
Hola Wendy. Pues sí, creo que todos los que pertenecemos a esta generación, la música fue la mejor vía de escape para ciertos problemas... y aunque no nos hayan comprendido, los frutos han madurado bastamte bien. Y digo que no nos han comprendido porque en ese momento, nos sentíamos incomprendidos. El escuchar ciertas canciones nos ayudaban a soñar, animarnos, levantarnos, pensar, reflexionar... no es que las canciones no gusten, sino que a veces estaban con mucho volumen... y la música es para escucharla alta.
ResponderEliminarBesos.
Hola Anónimo. Si a mis 35 años me asusta hacerme mayor... apaga y vámonos. Me asustan otras cosas, y quizá recordar ciertos tiempos me sirva de escondite. Pero no creo que eso sea malo.
ResponderEliminarMe asustan ciertas cosas o situaciones, pero creo que es sólo por el momento en que estamos, el momento que vivimos. Pero es normal cuando no tenemos la estabilidad deseada en varios aspectos.
Gracias por participar. Saludos.
En aquella época eramos unos jóvenes inocentes que nos creíamos dueños y señores del destino.
ResponderEliminarYo ahora cuando voy a casa de mis padres me siento un poco extraña. Subo a la que era mi habitación, me paseo y siento cierta tristeza porque ya no están las cosas como antes... ¡qué tiempos!
Gracias por tu entrada, me recordó muchas cosas.
El video no pude verlo,como siempre. (es que internet ultimamente me va lento, lento..)
Un beso
Momento añoranza me has traído, Manolo, con este texto. Buff aún recuerdo cuando mi habitación era mi "sancta sanctorum" (hoy lo es mi salón, que es donde reposa mi biblioteca particular) y me pasaba horas y horas encerrada escuchando música y leyendo. Allí, rodeada de los posters de los macarrillas del momento (bueno, hay cosas que no cambian, siempre me ha gustado Johny Deep y es ya casi un cuarentón) me pasaba las largas tardes y noches casi en vela, escuchando en la radio aquel programa musical de Kike Tejada, Tony Peret y Josep María Castells ¿alguno lo recuerda jajajajajjaa?
ResponderEliminarY sabes algo... yo sí tengo miedo a hacerme mayor, a perder mi mundo interior, mi fantasía disparatada y las ganas de vivir y sentirme libre.
Besos amigo
Anne, me pasa igual que a ti... cuando voy a casa de mis padres, subo a la habitación que fue la mía casi toda la infancia y juventud y recuerdo aún la posición del equipo de música, el ordenador, los libros, los casettes (más adelante cds...). Nuestro pequeño espacio ahora eliminado por la huella del tiempo.
ResponderEliminarVeo que me entiendes perfectamente.
Gracias a ti. Besos.
Hola Akasha. Veo que a todos nos ha entrado esa añoranza, según leo en los comentarios. Yo también tuve mis posters y mis frikadas, en un tiempo en que esa palabra no existía. Dormía con la radio encendida casi todas las noches, y cuando me despertaba de madrugada, según lo que escuchaba, sabía la hora que era... a veces las historias que contaban no me dejaban dormir...
ResponderEliminarCreo que eso que comentas no es tenerle miedo a hacerse mayor, es tener miedo a cambiar. Espero que no cambies, ni ninguno de nosotros. Eso sí que sería triste.
Besos.