Me levanté sobre las 7:20 horas de la mañana. Encendí el ordenador mientras preparaba la ropa de la ducha y se terminaba de hacer una tila doble. Como casi todas las mañanas. Vi el correo y la evolución de mis tropas (sí, juego a ikariam y me gusta llevar el control) y me duché. Me vestí y me tomé la tila. Desperté a mi mujer y me fui al trabajo. A las 8:00 en punto, como todas las mañanas, hasta las 11:30 horas, liado con excel, facturas, fotocopias... ni estresante ni relajante. Antes de las 12 estoy en casa. Comienza mi "otro trabajo". Preparo cursos por internet y me gano unas "perrillas". Aún no. Primero vamos al banco. Mi mujer tiene que presentar la renta. 15 minutos de coche y media hora esperando en el banco. Casi las 13:00. Aún no. Compra semanal. Al supermercado con la lista y el carrito. La compra, aburrida, eterna, lenta... como casi siempre. Las 13:50. Guardamos las cosas. Ahora sí, me pongo delante del ordenador. La pastilla de la ansiedad. Más tarde de las 14:00 horas y aún no he empezado hoy. 14:30 horas. Una muchacha comercial me ofrece cambiar la linea teléfonica y a otra compañía. Me lo pienso y acepto. Se supone que me ahorro más de 40 euros mensuales. Se marcha a las 15:10 horas. Toca discusión. Empezamos a comer y "reposamos la comida" mientras vemos la tele. Saber y Ganar, el concurso más difícil que existe en cualquier cadena de televisión. Es normal. La suerte influye poco. A las 16:15 horas reanudo las tareas. Apenas llevo media hora "trabajada". Que no se me olvide despertar a mi mujer. La despierto antes de las 17:00 horas. Nueva interrupción. Se marcha y sigo trabajando. Termino de montar la demostración y entro en el juego de baloncesto. Hago la táctica. Sigo trabajando. Las 18:00 horas. Olvidé que tengo que recoger la cocina. Termino de recogerla a las 18:40. Todo limpio, barrido y fregado. Necesito ir al servicio. Las 19:00 horas. Sigo con la tarea. Avanzo bastante dándome mucha prisa. Necesito desconectar. Llamo a mi madre. Las 20:00 horas y tengo que seguir. ¿Qué ceno? Tengo que escribir en el blog. ¿Y hoy que escribo? No estoy muy inspirado... Ya sé. Un día de mi vida. Casi las 21:00 horas. Tengo que montar el temario antes de que sea más tarde. Cuando esté la perra, tendré más interrupciones. Fregar meadas y entretenerla. No lo entiendo. La cena será tarde. Habrá que ver la tele. Es lo que hace la gente "normal". Y mañana no se madruga. Habrá que acostarse tarde. Antes volveré a recoger la cocina. Leeré un poco, si puedo. Sobre las 00:30 horas, con suerte, estaré en la cama. Y a pesar de todo, habrá algún error... mejor dicho, muchos errores. La cocina no estará bien, se me habrá olvidado guardar algo en su sitio o no habré hecho algo porque lo único que hago delante del ordenador es jugar. Si alguien tiene el libro que indica qué cosas van en qué sitios, que me lo regale, porque me lo tengo que estudiar. No he podido afeitarme, ni hacer una tarta para mañana que es el cumpleaños de mi padre, ni tantas otras cosas que me hubiera gustado. Y menos mal que ya terminé los exámenes. ¿Se nota que hoy estoy un poco hasta los h...? Bueno, aún tengo tiempo de hacer cosas. ¿Y qué cosas? Me preguntan algunas veces... si hay algo que no soporto es la ignorancia de las cosas obvias. El día no ha terminado. Aún queda tiempo para que empeore... y así, todos iguales, día tras día, todos iguales. Quizá no en la forma, pero sí en el contexto... todos iguales, o parecidos cuando menos...
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