Exactamente, hace 9 años, tal día como hoy, ya había llegado a la Estación de Linares-Baeza. Mi tren salió muy temprano de Atocha, y a las seis y media de la mañana yo ya estaba en pie preparando la maleta. Aquel año 2000 fue el primero que vivía fuera de Linares, y conseguí días de vacaciones para poder estar en estas fechas tan señaladas con la familia. Hacía un día radiante, despejado y soleado, aunque con bastante frío. Me subí al tren con mis walkman y, auriculares al oído, me escuché por la radio todo el sorteo que se celebra todos los días 22 de diciembre de cada año. Pasé una gran Navidad y disfruté todo lo que pude con los amigos y la familia, visitando belenes y saliendo por la noche hasta altas horas.
Hoy en día, todo es diferente. Mis amigos han cambiado. Ni para bien, ni para mal. Simplemente en edad. Mi familia ha cambiado. Además, ahora hay más miembros. Mi situación ha cambiado. Mi ciudad de residencia ha cambiado. Incluso el día, es distinto. Aquel día era frío aunque inmejorable en cuanto a sol y alegría. Hoy, llueve. Quizá el que haya cambiado más, sea uno mismo. Eso sí, hay una cosa que no cambia. Y es que la lotería de Navidad nunca toca.
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