Vestidos espléndidos y trajes bien planchados, a juego con la corbata. Collar de fiesta al cuello, cubata en la mano y matasuegras en la boca. Gorrito en forma de cono opcional. Antifaz por unos minutos. Media España se irá esta noche de cotillón. La otra media se sumirá en la tristeza de pensar que ha pasado un año más y que nos hacemos viejos. Con la victoria de los kilos ganados por la cena de Nochevieja y con la derrota de los años perdidos.
Si el 2009 ha sido bueno, al fin y al cabo, tenemos algo que celebrar: que hemos disfrutado todo lo que hemos podido y que nos quiten "lo bailao". Si ha sido malo, celebramos al menos la posibilidad de que el año 2010 sea mejor. Pero en el fondo, para esa mitad que no se va de cotillón, es una noche más en la que podemos tragarnos la basura que nos pongan en la tele y pasar el rato jugando alrededor de la bandeja de mantecados o simplemente perder unas horas de sueño.
También fue joven, aunque tardío, y responsable, aunque con demasiada prontitud. Por eso apenas habré ido a 4 cotillones, así, a ojo de buen cubero. Y no puedo afirmar que lo pasé mal, sobre todo cuando vas con los amigos de verdad y pensando en amortizar el coste de la entrada. Pero sí que es inevitable comparar aquellos tiempos con los de ahora. Los que estábamos, y los que, en unos años, estamos... y tan cambiados. Celebremos simplemente que vamos a vivir un día más. Y eso es algo que deberíamos celebrar a diario. Y ahora, a pensar que nuevas promesas vamos a intentar dejar de cumplir. ¡De verdad que a partir del 1 de enero voy a... ! FELIZ 2010.
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