Supongamos que tengo la suerte de poder guardar en un cajón una mísera moneda de euro al día. Cuando pasen 200 días tendré 200 euros, no hay que ser muy inteligente para saber esto... Con esos 200 euros me doy el gusto, capricho o lujo (llamadlo como queráis) de irme un fin de semana a un hotel de Almería con mi mujer, en régimen de pensión completa y con derecho a dos horas de un relajante SPA... Aparentemente vivo bien, tengo solvencia económica y soy feliz, teniendo libertad para hacer lo que quiera en cada momento. Qué pena que ésto solo sea "aparentemente".
Y es que las personas que, por naturaleza, sólo se fijan en las apariencias, no me suelen caer bien. La gravedad del asunto reside cuando estas personas se rigen por la incultura, la falta de comunicación y la ignorancia de los hechos, preocupándose nada más que de lo superficial. A más de uno me gustaría ver en situaciones de las que tenemos que hacer maravillas para saber salir adelante y que te enseñan a valorar lo que cuesta conseguir todo en esta vida, por pequeño que sea. Sí, me ha sentado bien el descanso. En momentos tengo que desconectar. He tanteado el terreno y sé que no puedo bajar la guardia. Vengo más motivado y con ganas de seguir luchando, pero ahora lucharé guerreando. Y es que cuando las palabras no funcionan...
No hay comentarios:
Publicar un comentario