Con los buenos propósitos del 2013, los cambios deben de venir por todos los lados. O, así, al menos, quiero sentirlos yo. Y el blog debe de ser algo que también tenía que cambiar, en cierta medida. Pienso que, si nos lo planteamos seriamente (no estoy diciendo que hasta ahora no me tomara en serio mi blog...) puedo sacar 10 minutos cada día porque creo que realmente siempre tengo algo que contar cada día. Así que, como volviendo a nacer, sin que pierda de vista el horizonte de nuestras vidas, que siempre estará presente, un pequeño cambio del aspecto visual del blog con una fotografía del lugar donde nací me servirá de motivación para hacer este blog más personal, más íntimo, más mío, con más vida y con más palabras. Puede que a veces hable de gilipolleces, de tonterías, de juegos, de opiniones sobre aspectos irrelevantes, de fotografía, de política, de religión... Y esto es para bien o para mal, en todos los sentidos. Le duela a quien le duela. Aunque lo que de verdad deseo es que todos seamos felices.
Y si en unas semanas vemos que sigo escribiendo una media de una entrada a la semana, habré vuelto a fracasar. Quizá debiera acostumbrarme más a esto...
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