Hacía tiempo que no comentaba un libro, entre otras cosas porque cuando apenas tengo tiempo, también influye a la hora de mis lecturas. Empecé el libro allá por verano de 2012, creo que más bien a finales, pero eso no quita que deje de ser verano. El tema me atraía, y los primeros capítulos los leí rápido. Sin embargo, el libro está, desde mi punto de vista, mal redactado. Puntos donde no deben estar, comas mal colocadas en las oraciones... incluso algún que otro diálogo que tienes que "intuir" porque no va entre comillas o con un guió aparte en una línea nueva. Imagino que esto será por un error de traducción, y aunque tampoco es un error por cada párrafo, sí que me ha resultado incómodo porque uno está acostumbrado a la lectura y eso se nota, y mucho, en el impedimento real de tener una lectura fluida. Así que el libro se me atragantó, también por la falta de tiempo... He tenido dos o 3 rachas de 15 o 20 días en los que no lo he cogido. La historia empieza bien y por mitad del libro se enmaraña demasiado. Otro aspecto por el cual lo tuve atragantado. Va de un científico adelantado a su época, la Europa del siglo XVII, que conoce y sigue los estudios de Galileo pero que ni puede decirlo, ni ejercer como tal, debido a la temida inquisición. Gracias a ciertos contactos y personajes, el protagonista, Johann Shreck, decide "alistarse" a la orden religiosa de los Jesuitas para llegar a China, donde la cultura y la ciencia no tienen restricciones y puede traducir y escribir varios libros sobre sus conocimientos en ciencia, medicina, matemáticas y astronomía, entre otras materias. Pero durante el camino se siente perseguido, tanto en los viajes en barco como en las colonias en las que los misioneros van realizando sus labores ¿humanitarias?... El libro vuelve a enganchar en los capítulos finales y la historia, según una nota al final del libro por parte del autor, Isaia Iannaccone, está basada en hechos reales y se basa en sus investigaciones sobre el personaje, que en realidad existió, aunque existen muy pocas referencias al mismo. Así que hay muchos personajes también inventados para dar forma a la novela, pero como digo, en sí es una historia real, al menos en cuanto al protagonista. De fondo, la doble moral que existía por aquél entonces, y que sigue existiendo, entre la incompatibilidad entre la religión y la ciencia, y de ahí que durante todo el camino del protagonista, que no entiende que se pueda creer en Dios y al mismo tiempo investigar el porqué de las cosas, se produzcan asesinatos y envenenamientos muy cercanos siempre a su persona.
Desgraciadamente, en pleno siglo 21, eso sigue pasando; hay quien no quiere creer en la medicina, quien prefiere ignorar la anatomía, quien se pone una venda en los ojos de la razón y prefiere coger un rosario o una estampita entre las manos y rezar. Cada uno es libre de hacer lo que quiera. Y eso es lo que da el libro a entender...
No lo voy a recomendar con fuerza... pero tampoco lo voy a dejar de recomendar.
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