Si el orgullo no cabe en nuestro pecho el despecho se rinde ante lo elemental. Que no quiero decir que no tengas razón. Que no quiero decir que yo tampoco la tenga. La rutina es una forma de reconocer la propia y necesaria necedad. Podría haber elegido cualquier otra cosa, y sin embargo, tengo que seguir aguantando mecha y sufriendo en silencio como el que nunca ha sabido amar. Porque las cosas no cambian, siguen como siempre, las conversaciones se vuelven cíclicas y los sentimientos se van perdiendo por el camino. Cada paso que damos dejamos más atrás la salida, el punto de partida. Cada paso que damos no tiene por qué acercarnos más a nuestro destino. Cuando miro una flor, se detiene el tiempo, el color se hace eterno y la melodía tan constante como el latir de nuestro corazón. Cuando miro una flor las palabras dejan de existir en el vocabulario de las definiciones, el respeto deja paso a la admiración y la luna mantiene su blancura como el primer día que se dejó ver por la humanidad. Y hay cosas más importantes que las flores... espero que al menos, cada paso, por muy pequeño que sea, me lleve a una nueva libertad.
No todo el mundo puede percibir la enorme belleza encerrada en la figura de una diminuta florecilla silvestre, felicítate por ello amigo pues denota que posees una percepción y sensibilidad especiales.
ResponderEliminarUn paso a la libertad... a veces resulta tan sencillo como inhalar profundamente y decir: "A partir de ahora voy a ser yo mismo, le pese a quien le pese..."
Muchos besos
Precisamente a eso me refiero; cada paso nos hace más esclavos, que si tengo que... y luego tengo que... y después tengo que...
ResponderEliminar...y uno consigue ser él mismo únicamente en estos ratos de intimidad, de soledad, de reflexión. El resto del tiempo, somos lo que la gente quiere... al menos, somos como la gente nos ve.
Besos.