O un viaje sin retorno, o un callejón sin salida, o un giro a lo inútil. A veces, el problema radica en que hasta vas acompañado aunque te tires por un precipicio. Y entonces prefieres no tirarte. Vivimos rodeados de ignorancia, y la ignorancia, como ya he dicho en alguna ocasión, es la felicidad de las personas. O mejor dicho, la ignorancia de algunos es la felicidad de otros. La verdad es que no estoy para derrochar días así como así, y son precisamente estos días los que me hacen pensar que estoy en mitad de un camino que no sé dónde empezó ni tampoco sé dónde tiene la meta situada. Pienso, medito, doy mil vueltas a la cabeza mientras tengo miles y miles de síntomas y manifestaciones nerviosas, y no consigo ver el camino, ni claro, ni oscuro. Ni blanco, ni negro. Quizá sea porque no dependa de mi... O quizá sea ese viaje a la nada lo que haga que uno lo pueda, finalmente, conseguir todo. Espero conseguirlo al menos dentro de plazo...
Cómo te comprendo, me siento igual...
ResponderEliminarTendremos que seguir luchando, pero cada vez me siento con menos fuerza...
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