El llanto de una madre no tiene explicación. Todo mal que le suceda a un hijo, provocará llanto en una madre. Aunque el verdadero llanto es el que se le tiene que disimular a un hijo para que éste sea feliz.
Inmersa en sus pensamientos, escuchando la lluvia, no se percató de unos pasos que se acercaban a toda prisa hacia donde estaba ella.
- ¡Abuelita, abuelita, ya sé lo que es el llanto! - era su nieto el que gritaba mientras entraba corriendo en la habitación.
- ¿Y quién te lo ha dicho? - le preguntó ella.
- Me lo ha dicho el abuelito. El llanto son las lágrimas cuando lloras... - añadió rápidamente.
- Tienes razón, hijo. Yo es que no me acordaba, que estoy ya muy mayor - le contestó. En aquel momento, su llanto era interno. Tres años sin su hijo eran demadiados para ella y demasiados para él. Giró el rostro hacia su nieto y, mientras una lágrima caía por una de sus mejillas, pudo esbozar una pequeña sonrisa. - Has salido a tu padre - dijo finalmente con un tono alentador.
El niño no entendió aquella frase, pero se acercó a su abuela y se quedó mirándola unos segundos, muy fíjamente a la cara, con las púpilas muy quietas. Seguidamente se subió en sus rodillas y la besó debajo del ojo izquierdo.
- Tenías llanto, abuelita. Pero te lo acabo de quitar. ¿Nos vamos a dar un paseo? A la ventana también se le quitó el llanto.
Porque sentir sin amar no es sentir, es llorar. Es saber disimular el dolor de la tortura de aquella quien procura su propia felicidad. El peor llanto es el del silencio. El silencio... auténtico dolor de madre.
Dedicado a aquellos que sufren el cáncer infantil. Por una infancia digna.
- ¡Abuelita, abuelita, ya sé lo que es el llanto! - era su nieto el que gritaba mientras entraba corriendo en la habitación.
- ¿Y quién te lo ha dicho? - le preguntó ella.
- Me lo ha dicho el abuelito. El llanto son las lágrimas cuando lloras... - añadió rápidamente.
- Tienes razón, hijo. Yo es que no me acordaba, que estoy ya muy mayor - le contestó. En aquel momento, su llanto era interno. Tres años sin su hijo eran demadiados para ella y demasiados para él. Giró el rostro hacia su nieto y, mientras una lágrima caía por una de sus mejillas, pudo esbozar una pequeña sonrisa. - Has salido a tu padre - dijo finalmente con un tono alentador.
El niño no entendió aquella frase, pero se acercó a su abuela y se quedó mirándola unos segundos, muy fíjamente a la cara, con las púpilas muy quietas. Seguidamente se subió en sus rodillas y la besó debajo del ojo izquierdo.
- Tenías llanto, abuelita. Pero te lo acabo de quitar. ¿Nos vamos a dar un paseo? A la ventana también se le quitó el llanto.
Porque sentir sin amar no es sentir, es llorar. Es saber disimular el dolor de la tortura de aquella quien procura su propia felicidad. El peor llanto es el del silencio. El silencio... auténtico dolor de madre.
Dedicado a aquellos que sufren el cáncer infantil. Por una infancia digna.
Uf Manu, vaya entrada, me dejas con el corazón en un puño, describes unos sentimientos muy amargos, la pérdida de un hijo, no imagino cosa peor.
ResponderEliminarMuchos besos.
La relación madre e hijo marca para toda la vida. Mi amigo Carlos es mayor, tiene 93 años y Alzheimer, su esposa falleció hace cinco años, vivió casado con ella 62 años y tuvo tres hijos, no para de hablar y buscar a su madre, su madre le ha dicho esto, su madre la espera en no sé donde, así todo el día, encambio ni una sola palabra de Rosario su mujer, en la confusión de su enfermedad solo alcanza a vislumbrar el recuerdo y el amor imborrable de su madre.
ResponderEliminarMe sumo a tus palabras y a tu gesto, querido Manolo.
ResponderEliminarNo hay nada más duro para una madre, que sobrevivir a la muerte de un hijo, creo que poco más podría añadir hoy.
Bonito gesto por tu parte.
Un abrazo.
Hola a todos. Bueno, no hablo exactamente de la pérdida de un hijo. Simplemente, el hijo no está, por el motivo que sea... y eso es igual de doloroso que si estuviera muerto.
ResponderEliminarLa verdad es que mi idea era enfocarlo desde ese punto de vista, pero también destacar la importancia de ayudar a los niños a tener una infancia.
Besos y abrazos!!
manu, te he leido en la reja y me has dejado encogida, es posible que andemos muy confundidos, he pensado en dejarte esto a ver si te animas
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=Op6u19IP5-o
Es la primera vez que meto un enlace en un comment, espero hacerlo bien
Hola Luna. No es ley de vida perder a un hijo. A un abuelo, a un padre o una madre... eso duele, pero forma parte de la triste lógica. Cada uno tiene una forma de expresar su dolor, y ese que comentas no me lo puedo imaginar.
ResponderEliminarPor eso no entiendo que los niños sufran tanto cuando todavía no entienden nada de la vida.
Besos.
Hola Wendy. Has puesto mut bien el enlace. Gracias por los ánimos.
ResponderEliminarSinceramente, no creo que nadie quiera problemas, que como dice la canción, los problemas amargan. Por eso no entiendo por qué nos molestamos tanto en buscarnos tantos problemas...
Besos.
Poco puedo añadir a tu entrada.
ResponderEliminarDesgraciadamente yo he visto algunas de esas lagrimas contenidas de madre, son las que más duelen, imagino.
La infancia es una de las joyas más preciosas que poseemos, es triste que algunos se la pierdan ya sea por enfermedad o por otras causas.
Ojala y se pudiera hacer algo.
Me gustó mucho esta entrada.
Un beso Manolo
Estoy contigo, Anne.
ResponderEliminarUn beso.