...salía, como todos los sábados, seguramente para ver el fútbol y después para irnos de botellón. Hoy sábado salí, pero no a emborracharme como antaño, sino a hacer fotografías de mi ciudad por la noche. Parece que fue ayer cuando, en la Plaza de Colón, borracho perdido sentado en un banco, vomitaba mientras algún que otro amigo se preocupaba de mi. Mientras tanto, otros amigos y compañeros de clase vislumbraban a lo lejos a uno de nuestros profesores, algo regordete, y, a grito pelado chillaban y le decía gordo y botijo. El profesor imagino que los escuchó, porque el lunes, cuando estábamos en el instituto, nos lo cruzamos en el pasillo junto a otros profesores, a los cuales comentó: "mirad, los tres más borrachos de toda la ciudad..." Y mis dos amigos y yo nos quedamos con esa fama, aunque duró poco. Todos sabían que era algo eventual, porque no éramos unos jóvenes inmaduros, ya teníamos más edad de la normal en un instituto de secundaria y el tema fue olvidado. Además, nos llevábamos bien con los profesores. Hoy en día, salgo pero para hacer otras cosas, como fotografías, tomar unas cervezas con la familia, o dar un paseo. O simplemente, con estar en casa descansando es suficiente. No quiero decir que todos los jóvenes de hoy sean unos inmaduros... pero los tiempos han cambiado demasiado. Espero que al menos os guste la foto recién sacada de la cámara. En este sentido, la tecnología también ha avanzado...
Me ha encantado la fotografía, sí, y más saber que la has tomado un sábado, en esa plaza tuya, testigo intemporal de tantas vivencias de adolescencia. Significa que te has acordado de tus amigos lectores y has querido compartir un pedacito de tu pasado, de tu presente, con nosotros. Y eso se agradece...
ResponderEliminarCon respecto a los tres más borrachos del pueblo jajajajajajjajajajaj, creo que la mayoría de nosotros compartimos como común denominador las vomitonas en la plaza del pueblo (en mi caso en la arena de la playa o al pie de las vías del tren jeje), pero eran otros tiempos distintos a los actuales, en los que el acohol es el más insignificante de los males.
Besos amigo mío, y gracias por compartir.
Este blog comparte mi pasado, presente y futuro. El futuro hay que intentar intuirlo para que cuando se convierta en pasado, sea agradable de recordar. El pasado no se puede cambiar y por eso debemos intentar no olvidarlo, al menos si ha sido bueno.
ResponderEliminarEl presente, simplemente, no existe. La verdad es que recuerdo con cariño la escena... además, un amigo se me acercaba cada cinco minutos para decirme (era mentira) que me había manchado mi camiseta, que aquella noche de casi verano estrenaba con una foto de mi grupo de música favorito... le gustaba "pincharme". Esos tiempos hacen que hoy seamos como somos. Yo no los cambio por nada.
Seguiré compartiendo, no os preocupéis, aún a costa de ser "pesado". Besos.