Mañana, lunes de Pascua, volveremos a la rutina en muchos lugares de España. La Resurrección de Cristo tras su muerte viene a renovar el mismo ciclo que cada año comienza y termina. Ya hay quien cuenta los días, en los calendarios cofrades, que faltan para la Semana Santa de 2011. Sinceramente, yo no soy de esos. Porque todo termina llegando y la experiencia me ha demostrado que no por mucho esperar se va a disfrutar luego más y/o mejor. Todo tiene su tiempo, todo tiene un principio y todo tiene un final. Lo bello es saber estar en el momento. Prolongar el tiempo es innecesario y prolongar los acontecimientos es patéticamente inútil. Cuánto más esperemos determinado acontecimiento más estaremosa acortando nuestras vidas.
Por mi parte, una nueva reflexión surge de mi mente y de nuevo, es probable que tome determinadas decisiones para que, de nuevo, puda desviar ligeramente el rumbo en estos difíciles pasos que hay que dar en la vida. No puedo estar eternamente esperando a que suceda tal o cual cosa. Tengo que dedicarme más a mis aficiones y no tomarme las cosas tan a pecho. Porque sobre todo, si vas a pecho descubierto, terminan hiriéndote. Y la vida son días, y además no tenemos billete de vuelta.
Gran Semana Santa, seguramente irrepetible e inigualable, ojalá que el año que viene vuelva a pasarla en Linares casi por completo, pero eso es algo que no podemos saber aún. Ahora me quedan mis pequeños instantes, plasmados en mis fotografías, que seguramente se convertirán en horas y horas de visionado y disfrute personal. El ciclo sigue, en mayo, las cruces, en agosto, la feria... Y el año que viene, Dios dirá...
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