Aún recuerdo la última vez que me acosté contigo. Como si fuera ayer. En un último suspiro de esperanza. Estabas dormida, y me acerqué a tí, en un intento de escuchar el susurro de tus labios. Y me acerqué a ellos. Acerqué tanto mis labios a los tuyos que los besos de verdad sintieron envidia. Y te escuché, y no te quise tocar, y me estremecí, y me noté llorar, sin sonrisas, sin forzar, con mi alma de suspiros sin dejar de esbozar... aquellas sonrisas que no tuvieron lugar. Y te quité la piel, y me dormí, y sin poderte soñar, sin querer, te soñé. Y fui feliz, sin ser quien fui, pegado a tí, trozos de viento, pupilas frenesí, sin aprovechar el momento para volver a tí. Si lo hubiera hecho, me habría alejado... de mí. Todo un caballero, sí, porque puedo perder muchas cosas, pero la honra... nadie es digno de ella si no la pedís. Y ese fue mi último suspiro, momento en el que te perdí, elegí otro camino, más triste o feliz, pero otro camino fiel a mi, digno de quien fui, de quien sigo siendo, quizá camino, sendero, atajo, quizá sin raíz.
Cuando uno es un caballero lo es hasta en sueños, en ellos si puedes perder la dignidad pero fuera de ellos hay que ser muy fuerte para no perderla y eso es lo que honra a un buen caballero. Me gustó tu escrito, de una ran fuerza.
ResponderEliminarun abrazo amigo.
Puede que a veces las peores elecciones, sean las más acertadas, nadie sabe lo que ocurrirá mañana, con quien soñarás, por quien vivirás, sonreirás... A quien desearas escuchar susurrar mientras duerme tu nombre, pero ante todo, jamás hay que dejar de ser quien eres, de ser fiel a ti mismo. Porque si ocurre eso, lo que hoy te hace feliz, mañana no lo hará.
ResponderEliminarBesos.
Los caballeros no deben de perder la dignidad, hay batallas que no pueden ganarse, no queda más remedio que abandonar si después de una larga lucha la causa se torna imposible.
ResponderEliminarUn beso.
Hola orthos.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Hay cosas que uno debe demostrar toda la vida, aunque los demás no sepan verlo... yo sé por qué lo digo, ya sabéis, todos mis escritos tienen un por qué.
Saludos!
Hola Tamara.
ResponderEliminarHay decisiones que irremediablemente las debemos de tomar, para bien o para mal, y creo que cada uno hace lo que tiene que hacer llegado el momento. Luego el tiempo dirá si ha sido para bien o para mal.
Besos.
Hola Wendy!
ResponderEliminarQuizá a veces no sabemos ni siquiera ni cuando somos derrotados, es algo que no alcanzamos a ver, pero eso no quita que actuemos de la manera correcta en cada situación.
Besos!
Me gustó esta breve narración, esa fuerza implícita en el gesto de dormir al lado de la persona amada, deseando su cuerpo y hasta su alma, y sin embargo conteniendo caballerosamente las emociones más triviales.
ResponderEliminarSi se considera que lo mejor es dejar el curso del agua fluír sin ser interrumpido, alejarse del calor apetecible de ese sol nuestro... bien hecho está. Nunca se sabrá (o quizás sí) si la decisión tomada fue la correcta, pero al menos fue lo que en ese momento considerábamos correcto.
Nunca dudé que fueras un caballero, Manolo, si es que hoy día también existen de los de noble figura jejejjeje
Besos y buen comienzo de semana.