La intorelancia es cosa de dos. Al igual que la incomprensión. Al tiempo que alguien no me comprende, yo no llego a comprender por qué esa persona no me comprende. Por tanto, ni esa persona es tolerante conmigo ni yo lo soy con ella. Es por eso que dos personas tienen que complementarse si quieren llevarse bien la una con la otra. Como ya he dicho tantas otras veces, seguramente llegaré a cansar, no se puede ser un autómata y hacer las cosas tan rutinarias como un robot. Ese no es mi problema, y a veces, mis necesidades pueden cambiar los planes de los otros. Mi problema se llama permisividad. Si yo permito que los demás hagan siempre lo que quieren, terminarán tomándolo por costumbre. Si un día me revelo, no lo permito, parece que he sido cruel toda mi vida. Es así, pero real como la vida misma. Y lo más grave es que la persona afectada se lo toma como una ofensa, como un ataque a su... ¿dignidad? ¿A su trabajo? ¿Es víctima al creerse que le impedimos mejorar por el bien de los dos? Ciertamente, cada vez me sorprende más esa actitud, y admito que me afecta hasta el punto de que me hacen sentir culpable. Pero esto es un paso más a lo que tantas veces he defendido y que, poco a poco, voy consiguiendo: el hacerme fuerte a este tipo de... chantaje, por llamarlo de alguna manera. Y al final, terminaré diciendo eso de: "...y si no te gusta, ya sabes dónde está la puerta".
Supongo que en un momento u otro de nuestra vida, todos nos sentimos así.
ResponderEliminarSigue haciendote fuerte ante eso, porque cuando das, das y das, siempre piden más.
Un beso.
Coincido contigo totalmente. Cuanto tiempo, cuantas veces has tenido que aguantar cosas que no te gustaban y para que no hubiera mal rollo te las has tragado, el dia que ares la boca eres el malo de la peli. Pues sabes que? Como dice una canción de Obus "Que te jodan, no pienso cambiar" ajjaja alla cada uno con sus malos rollos, yo ya es que paso vamos. Al final siempre te hacen sentir culpable, de eso nada.
ResponderEliminarSe tu mismo, amigo.
un abrazo.
Sé que has quitado los comentarios por algo, pero aun así, no puedo dejar de desearte que pases felices vacaciones, estoy segura de que al final lo harás, porque da igual en París, Francia, Linares o Granada, mientras que estés con las personas que quieres, y lo disfrutes. A veces no podemos hacer lo que queremos o nos gustaría, pero nosotros somos los únicos que nos impedimos disfrutar de los momentos que nos regala la vida, al fin y al cabo, en todas las cosas que hacemos, siempre hay algo que nos debe aportar felicidad.
ResponderEliminarUn beso, y me despido, porque si no quieres comentarios, no voy a volverme a saltar la norma, pero te seguiré leyendo.
Concuerdo con Tamara, pasaremos sin dejarte comentarios, espero que esa decisión te permita encontrar lo que buscas.
ResponderEliminarUn abrazo.
HD