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miércoles, 19 de enero de 2022

HASTA LA SIGUIENTE BATALLA

HASTA LA SIGUIENTE BATALLA

Cansado de la heroína que surcaba por el abismo de mi paciencia, sangrante, incansable, busqué un refugio en mitad de la tormenta. Un fino filo, sensible, impermeable, adoleciente y sin sentido. Me pregunté por mi mismo y, una vez más, no me encontré. La debilidad se encuentra en la mente y las ganas de lucha son semejantes a las ganas de esquivar la confrontación que no debemos olvidar. Pero en el olvido reside toda derrota, como debe ser. El agotamiento es innegable, y la tormenta dura se hace eterna. Cuenta desde el final y nunca llega al principio. No existe resquicio ni punto débil cuando un ataque es, aparentemente, perfecto. Entonces es cuando llega el desánimo y el uso de armas blancas se convierte en algo tan lícito como cualquier decreto en desacuerdo con la moralidad.

La guerra nunca acaba. Después de una batalla, viene otra, y otra, y otra... y así hasta que un bando desaparezca por completo. Cualquier cosa sin importancia es una lucha más de poder, de insignificante poder, de ínfimo poder... pero que mina la moral en caso de derrota. Las matemáticas se destruyen, la poesía se esfuma y el romanticismo se pinta del color más insulso de nuestra paleta de maquillaje. 

Después, solamente hay que cambiar los números en función del día en que comienza la semana. El resto se repite y se repetirá por siempre hasta la eternidad. Las personas no cambian, el tiempo tampoco... Pero de este último dependeremos siempre... hasta que se nos agote. Fin de la guerra, al menos de esta. 

Luego vendrán más.

1 comentario:

  1. Muchas veces nos enfrascamos en batallas que no nos corresponden; que no van con nosotros.

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