Cuando el sol no brilla en días como hoy, me acuerdo más de ti. Inertes palabras, consuelo de niño, sin luces ni colores, tan sólo palabras de simple cariño. Días grises no sé si me quedarán muchos por vivir; días aciagos sin objetivos que cumplir; días lluviosos no tienen color añil... Navidad solitaria aún queriendo estar junto a ti. Es una pena que cada año existan más motivos por los que sentir; que uno no quiere mentir, que no queda más remedio que volver a sufrir. Como diría aquél, nos sobran los motivos... y nos faltan las personas. Por eso, cuando el sol no brilla, se pinta mi rostro de gris, sabor a nube cuando el año toca a su fin. Y volveremos a empezar, con deseos y sueños, con miradas al más allá, con esperanzas de mejorar... con lágrimas en los ojos viendo el tiempo pasar. Dime, abuelo, que en el cielo estás, escuchando ladridos y llantos que yo no pude escuchar, contando las alas de los ángeles, sueños de mi verdad, que mintiendo falsedades el camino es el que hay y no se puede cambiar...
Y sin haberlo pedido, volvió a llegar la Navidad, pero cuando el sol no brilla... yo no tengo nada que celebrar.
Siempre hay que celebrar la navidad, aunque no existan motivos. un besazo.
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