Hoy quisiera ir a un lugar inexplorado, lleno de misterios aún por descubrir. A algún lugar donde el ser humano no haya podido estar. Con agua, arena y sal. Con estrellas que no se puedan mirar. Donde las nubes se puedan tocar. En los confines del mundo. Quizá en aquél lugar tenga sentido la palabra amabilidad; bondad; cariño sin soledad. Sentimientos, templanzas y brotes de amistad. He estado en ríos y puentes con mil años de antigüedad. En lugares de batallas por recordar. En historias por contar, en juegos por librar. Mi mente ha sido libre... como la libertad. Esclava de su ausencia, maltrecha por la edad. Con heridas profundas de punzante maldad. Pero aún no conozco los confines del mundo, los confines de la eternidad. Ni te conozco a tí, ni a mi, ni a nadie que me los pueda enseñar. Seguiré conformándome con poderlos soñar. Quien sabe... seguramente hay sitios en los que nunca podremos estar.
Pues ojala existiera ese lugar... porque hoy lo necesito. Gracias por el comentario a mi blog, hoy necesitaba un poco de cariño, después de haber llegado a casa llena de moratones :( Espero que mañana sea un día un poco menos duro.
ResponderEliminarMe conformaré con soñar.
Hola Tamara.
ResponderEliminar¿Llena de moratones? ¿Y eso a qué se debe? Me dejas algo preocupado...
Espero que esté todo bien y, como ya te he dicho otras veces, te vayas animando y vayas mejorando esos ánimos.
Besos.
Hola MANOLO pues va a ser difícil poder llegar a ese sitio que dices, solo podriamos llegar en sueños y seguro que cuando llegues aparece una excursión o un colegio de niños, jejeje. Es una pena que el planeta esté como está. Yo a veces me voy a algún pantano y disfruto de la soledad que da no ver a nadie, pero siempre habrá ruidos de coches, que lastima.
ResponderEliminarun abrazo
Hola orthos.
ResponderEliminarHoy me pillas on-line... pues sí, tienes razón, no hay nada como la soledad del viajero, que caminando llega a lugares apartados pero que apenas duran minutos la paz y la tranquilidad. El ser humano está en todas partes y en todos los confines, aunque nos neguemos a creerlo.
A mi también me gusta ver la naturaleza, contemplarla, observarla, captar imágenes... pero como dices, es una lástima que siempre estemos fastidiando la intimidad que la propia naturaleza necesita.
Un abrazo.
Jajaja, los moratones fueron gajes de oficio, pero llegue a casa, cansada, triste por como se dio el día, y por como lo pasaron mis chicos. No entiendo como se puede invitar a alguien a un sitio, sin que este adaptado, y pensando que pueden pasarlo bien de ese modo.
ResponderEliminarPero vamos que ya estoy muy feliz, después de los moratones de ayer, hoy ha dicho mi nombre, y es que eso, es más regalo del que nadie pueda creer, y más cuando encima te pide ayuda, porque me esta dando su confianza.
Así que creo que ayer fue una prueba que hemos superado y que le ha abierto a mí, y eso en mí trabajo es lo más importante, porque es el paso para conseguir todo lo demás.
Los moratones, a parte de doler un poco, terminan curándose.
Besos y gracias por los animos.
Magnifica fotografía, me ha gustado mucho lo que has escrito, simplemente especial. :) Ojalá algun dia podamos salir a hacer fotos juntos.
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