Quien me lo iba a decir, que no podría explicar lo que quiero sentir. Sin llegarme a confundir, queriéndolo bien recordar, con fulgor sombrío, sin mentir, sufrir, vivir... añorar. 100 años pasaron, desde que viste la luz, tras la noche de San Juan. Tanto tiempo en un abrir y cerrar de ojos. Recuerdo cuando me hablabas de cumplir edad. La edad no se cumple, son los años los que se dejan atrás. Que cuando fui niño, pensaba que sólo en la infancia se cumplían los años. Mientras de niño nos esforzamos en cumpliar años, de mayor nos conformamos con cumplir sueños. Y el mío aún no se hizo realidad. Hablo, una vez más, de mi abuelo materno, que no creía en la casualidad, sino en la lucha, en el esfuerzo, en ser persona... en la bondad. Que para no creer en la casualidad, naciste en San Juan y pereciste en Navidad. No te preocupes, abuelo, que yo tampoco creo en la casualidad. Aunque a veces las coincidencias me hagan dudar...
Cumplir sueños, gran enseñanza, y hermosas palabras para quien sin duda te marcó, para bien.
ResponderEliminarSe nota que querías mucho a tu abuelo, hablas en muchas entradas de él, es bonito recordar las enseñanzas que nos dejaron, el mío también murió en Navidad, decidió que ya llevaba demasiado tiempo celebrándola sin su mujer.
ResponderEliminarLa pregunta de todo es, ¿Estás seguro de que no cumplise tu sueño? Porque, a veces no nos damos cuenta de ello, al fin y al cabo, los sueños, sueños son, yo escribí una entrada sobre eso.
En cuanto a la enseñanza de tu abuelo, Jorge Bucay escribió algo parecido, era un pueblo donde en las lápidas ponían realmente los años que vivieron, no la edad que tenían las personas al fallecer. Te lo recomiendo si no lo has leído.
Las casualidades no existen, todo ocurre por una razón, también creo en ello.
Un beso.
Yo lo que creo es que está todo escrito. Tu solo representas el papel que te ha tocado en esta vida. ¿casualidad? bueno por llamarlo de alguna manera, las cosas tienen que pasar por algun motivo, no pasan porque sí.
ResponderEliminarPrefiero cumplir sueños que cumplir años, creo que es más rentable, ejejej.
Y por supuesto de los mayores siempre tenemos mucho que aprender, son la voz de la experiencia, un saco lleno de conocimientos. Por eso hay que respetarlos y cuidarlos.
Un abrazo.
Concuerdo con nuestro amigo Orthos: las cosas pasan por algún motivo, aunque en principio no acertemos a comprender el por qué de ellas. Alguien allá arriba tiene sus propios planes para cada uno de nosostros y por más vueltas que le demos, por más que nos emperremos, siempre acabarán llevándose a cabo, de una forma o de otra.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho lo que dices de que cuando eres niño te ilusiona cumplir años mas cuando llegas a la adultez lo que más debe importar es cumplir sueños, esos sueños que importan y que muchas veces perecen en algún rincón olvidado de nuestra memoria. Si los tuyos todavía permanecen sin cumplir... ánimo, no desistas, ningún camino fácil te llevará a ningún sitio que merezca la pena.
Un beso y feliz finde
Pásate por mi blog, he dejado una cosa para ti. Un beso.
ResponderEliminarCreo que, y siempre lo digo, no será la última vez que hable sobre mi abuelo. Todas las fechas, todo nuestro pasado, no hace más que traernos recuerdos sin cesar, y desgraciadamente, o afurtanamente, según se mire, las vidas son ciclos, que hasta nosotros mismos nos marcamos en forma de años, de estaciones climatológicas, de días, de lunas y soles...
ResponderEliminarAunque no se quiera, será San Juan un año, y otro, y otro... y llegará la Navidad una y otra vez, hasta el infinito. Por eso a veces pienso que la experiencia se basa precisamente en los recuerdos. Que, sin saberlo, aún nos quedan muchas fechas por venir y que, de una u otra forma, nos marcarán. Y entonces lo contaremos, y seremos sentimentales, ñoños, nostálgicos, tristes o alegres, y estaremos felices o buscando metas constantemente. Porque ambas cosas a la vez... es un poco complicado.
Gracias Tamara por lo de tu blog, y gracias a todos por vuestras palabras.
Abrazos.
Tienes una sensibilidad extraordinaria, amigo, sólo hay que leerte día tras día.
ResponderEliminarA veces siento que no dejas nada para ti, que eres demasiado generoso; y no te quiero parecer condescendiente, pero, veo en ti eso y me logra emocionar mucho.
No importa en lo que creer para comprender el porqué de las cosas, de los hechos, de las coincidencias o como le queramos llamar. Sólo debe importarnos vivir el tiempo, el nuestro, sacar de él el mejor provecho, la sabiduria de las experiencias, el sabor de las alegrías, la fortaleza de las heridas.
Todo se repetirá siempre, hasta que dejemos de ser y estar, pero mientras tanto, merecería la pena no buscar, sino, alegrarse con lo mantenido y luchar hasta el final por alcanzar los sueños.
Me pillaste algo "tonta" hoy, perdona.
Un fuerte abrazo, Manolo.