No hace falta que me digas que has llorado para saberlo. No hace falta que me digas que has sufrido para sentirlo. No hace falta que me digas que has luchado para demostrármelo. No hace falta. En serio. Yo lo sé. Las nubes no crecen dentro de mi. Son bellas al exterior de los ojos de los demás. Tampoco espero que me recoja un ángel del cielo para poder volar con la angustia de mi temor. En un mundo en movimiento, el que menos se mueve, termina perdiendo. No puedo volver a vivir lo vivido, ni puedo cambiar una decisión que ya está tomada. Sobre todo si ya ha ocurrido. Llevo días pensando en mi pasado. Iba a decir "infancia", pero quizá sea una palabra que desaparece nada más pronunciarla. Y lo que más me gusta de mi pasado es que es únicamente mío. Quizá no sea como lo hubiera imaginado, pero sí que lo he imaginado como es. Lo que menos me gusta de mi pasado es... que ya ha pasado. Y todo es debido, precisamente, a este mundo en movimiento, en el cual un día te hace volar a un pasado que ya no va a cambiar y otro día te despiertas en el futuro que no puedes elegir. Así que intentaré, al menos, seguir el movimiento de este mundo. No me queda otra.
Y hay que seguir adelante, recordando el pasado que nos hizo lo que somos. Un besazo.
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