Luces comprometidas con sombras cargadas de ignorancia. Destellos que alumbran las ganas de sobrevivir sin tener ganas de perder. La verdad se esconde tras la lengua de la mentira, y la mentira no tiene nada que decir. A veces, sueño con todos; otras veces, sueño con quienes más me hicieron soñar. Todas las noches son especiales cuando te acuerdas de los que ya no están, porque sabes que aún quedan más velas por poner, pero que el destino te dirá cuándo ponerlas de la forma más cruel que se pueda imaginar. Manuel, Isabel, Carmen, Alfonso, Domingo, Maruja, Miguel, Lucía, Teresa, Manuela, Rafael, Antonia... y tantos y tantos nombres que que no puedo olvidar, imporsibles ahora de recordar. Todos tienen esa luz que, tarde o temprano, llegaremos a alcanzar. Por supuesto, sin olvidarme de aquél que no tuvo nombre y que duerme en los regazos de mi querida Luna.
Que texto más bonito dedicado a los que se fueron... Espero que alguna vez encontremos esa luz, pero dentro de mucho, mucho tiempo. Un besazo.
ResponderEliminarHola Tamara.
ResponderEliminarComo siempre, un placer leerte por aquí. Desgraciadamente, ahora mismo mi tiempo es escaso, hago lo que puedo, y lo que no puedo, no lo hago, el tiempo es el que es y te aseguro que duermo menos de lo que necesito. Quizá en unos meses cambie la situación.
Sólo quería agradecerte, como siempre, tu apoyo incondicional, pase lo que pase, os visite más o menos, escriba más o menos... no puedo seguir todo lo que rodea este mundo, demasiado hago con escribir de vez en cuando algo que me llegue, algo que sienta, o con ir poniendo fotos a diario, que hasta en eso empiezo a retrasarme.
Así que nada, agradecerte, una vez más, tus visitas y tus comentarios, y pedirte perdón por mi inevitable ausencia.
Besos!!