Esta es Pati. Mi gata siamesa cuando yo aún era joven y vivía con mis padres. Murió, si no recuerdo mal, allá por el 2002. O quizá fue el 2003. Mi padre seguro que lo sabe, porque lo apunta todo... Pati sobrevivió a mi "exilio" forzado en Madrid, aquellos casi dos años que viví en Alcorcón por motivos laborales. Aún así, murió relativamente joven, con 11 años. Ya sabéis, las típicas complicaciones de los animales domésticos cuando no son castrados... aunque ya no me fío de nada. El caso es que Pati era cariñosa a su estilo (como todos los gatos) y daba bastante compañía. Brasero en invierno y suelo fresquito en verano. Menudos veranos se pegaba la tía cazando gorriones por los tejados aquellos... Cualquier pérdida fue peligrosa, y la de Patio lo fue. Aunque estábamos todos los hermanos, mis padres, y jugábamos con ella en la calle, con vecinos y demás, a Pati la vimos morir únicamente mi madre y yo. Le costaba respirar en sus últimos días, y mientras decidíamos intentar salvarla o sacrificarla, pues los veterinarios lo pintaban todo bastante negro, decidió morirse ella solita, apartada, sin molestar a nadie, entre la cocina y el patio, sin hacer ruido. Sin apenas poder moverse, se salió a dar sus últimos suspiros. Pero mi madre la vio y me llamó, y le hablábamos mientras la vimos morir. ¡Claro que lloramos! ¿Por qué no íbamos a hacerlo? Es totalmente lógico y normal. No solo en ese momento, sino en momentos posteriores... mi padre, aparentemente más duro (por fuera), la cogió y la llevó al descampado que teníamos detrás de la casa (y seguimos teniendo, aunque ya más pequeño, pues los bloques lo inindan todo...) y la enterró. No recuerdo si lo acompañé yo o alguno de mis hermanos. Esta foto, de Junio de 2002, muestra el resumen de lo que Pati era. Cariñosa, fiel, tranquila, juguetona cuando quería, y siempre a la espectativa. Aquí hacía ya un año que yo contaba con mi primera cámara digital... pero eso es otra historia. Tampoco olvido a Pati, ni a nadie que se merezca mis recuerdos.
Todos son especiales, no solamente existe uno. Un besazo.
ResponderEliminarHola Manu, que delicia de gatita, era muy guapa, me gsutan mucho los siameses, tuve uno que murio no hace tanto con 20 años, era mi gran amigo y teníamos una gran complicidad, cuando era viejecito supe que lo tenía que ayudar a marchar un día en que vi que no podía apenas mantenerse en pies, se quedó muy delado porque no quería comer, a pesar de lo mal que estaba me miró como solo e´l sabía hacerlo, de forma prolongada, supe que me estaba pidiendo ayuda para poder partir con dignidad, aún se me saltan las lagrimas con su recuerdo y cómo no sentir así por ellos, nos lo dan toido y piden tan poco..
ResponderEliminarUn beso.
Mi pequeña Pati era
ResponderEliminarun animal muy querido,
por todos los de mi casa,
y también por los vecinos.
Su muerte causó dolor
a todos sin excepción,
pero lo que yo sentí
fue mucho desamor
al no tenerla junto a mí,
dándome su calor
en los momentos tristes,
que ella sabía sentir,
y se pasaba el día
sin separarse de mí.
Por eso en mi corazón
mi gata siempre estará,
Y por muchos años que pase,
nunca la olvidara…
Ola,fiquei encantada com teus textos sobre estes queridos companheiros que só nos trazem alegrias durante o tempo que permanecem conosco.O ano passado em setembro perdi minha gatinha[Camila} que me acompanhou por 24 anos.Também era siamesa e muito parecida com a tua.A saudade que ficou quase nem cabe em meu coração.Ainda tenho uma amada cachorrinha ]Jessica] que já esta com 18 aninhos.Sinto já ser tua amiga,pois compartilhamos verdadeiramente de sentimentos semelhantes.Grande abraço.
ResponderEliminarHola amigo Manolo, hacia tiempo que no te visitaba y esto es algo muy triste, me recuerda a cuando a mi me paso con mi Chiquinina, y como tu dices, por que no llorar? es que son peores que las personas? pues yo no los cambio por muchas.
ResponderEliminarVenga un abrazo y ya sabes que te esperamos en saborescompartidos.
un abrazo