Quizá sea el aumento del calor. Ante la extrañeza de estos días, siento o intuyo que me va a pasar algo malo. También siento o intuyo que parece que alguien lo busca, y las dudas atraviesan mi corazón como espadas punzantes. Llego a un estado de letargo o agotamiento psíquico en el cual hasta sostener el teléfono se me antoja un gran esfuerzo. La vida sale por la boca y el cansancio pasa sin llamar a la puerta. Todos podemos obrar de forma errónea, aún habiendo buenas intenciones. Aunque eso no justifica nada. Me miro al espejo y me veo "dejado" por la apatía de la soledad, por la carga del peso que la vida reparte entre los mortales. Con barba de una semana, los pelos blancos empiezan la reconquista de los años que han pasado... o de los que tienen que pasar aún. Ninguna de las dos cifras importan demasiado; la primera no se puede cambiar y la segunda no se puede saber. Lo que sí veo es la respuesta imaginaria a algunas preguntas que alguna vez me hice pero que no me llegué a plantear.
Vuelvo la mirada.
Y me acuerdo de los que no están, y de los que están lejos, y de los que pudieron estar, y otra vez más, de los que están lejos. Y de los niños. De las edades tempranas. Del silencio soportado. Que prefiero verte y no decirte nada a hablarte y no verte nunca más.Y me sigo acordando de que ya se fue San Juan, de los 101 años de Don Manuel, y de sus nietos cuando lo veían partir mientras el sol estiraba los brazos para dibujar su alargada sombre mientras se alejaba de su hogar.
Otra vez, devuelvo la mirada al espejo, y contemplo el negro de mis ojos. Y veo que ya no tengo ganas de hacer nada más; se me fue la ilusión. No quiero que me agradezcan, ni siquiera quiero que me valoren. Me basta la propia satisfacción de tener la conciencia tranquila; sé que, simplemente, hago lo que debo. Creo en la existencia de otras vidas donde ya habrá tiempo de valorar, de agradecer, y puede que hasta de juzgar...
Y sólo veo oscuridad... ocultando la claridad de mis canas. Seguramente sólo me falta que alguien me ayude a recuperar mi ilusión, pero hasta eso parecerá una difícil tarea.
Y sólo veo oscuridad... ocultando la claridad de mis canas. Seguramente sólo me falta que alguien me ayude a recuperar mi ilusión, pero hasta eso parecerá una difícil tarea.
A veces yo también he tenido esa sensación de que algo malo va a pasar. Creo que (al menos en mi caso) no es que esté prediciendo el futuro ni mucho menos, más bien pienso que se trata algo de mi interior; algo con lo que no estoy bien, algo que está pendiente de hacer o algo que hice mal... a esto suelen llamarlo remordimientos.
ResponderEliminarA veces yo también he creído que necesitaba cerca de mí a alguien que me ayudase a recobrar mi ilusión. Con el paso de los años me he dado cuenta de que nadie puede crear ilusión en ti, eres tú mismo quién ha de sentirlo. Eres tú mismo quien ha de tenderte una mano.
Te recomiendo una peli que vi hace poco, "Larry Crowne, nunca es tarde". No es una gran peli pero es curioso ver que todo depende de cómo te enfrentes a las diferentes situaciones con las que la vida te hace tropezar.
Que tengas buena semana