No creo en la felicidad, simplemente porque no se puede medir. Tampoco podemos medir la infelicidad. Ni una cosa ni la otra son eternas. Todo depende del punto de vista de cada uno. El amor no es el antónimo del odio si no lo practican la misma persona... y hoy no me queda nada de ninguna de las dos cosas. Tendré que intentarlo mañana. Todos pertenecemos a algún cuento, de luchas y dragones, de desamores y amistades eternas, de bellos corazones y bellas princesas. Siempre queremos ser rescatados de las manos malvadas de algún mago o alguna bruja. Pegados a la pared, en un mundo de ensueño, de fantasía, nos creemos que dicho mundo es de nuestro color favorito. Y nos olvidamos de todos esos detalles que nos hacen creer que la felicidad existe siempre para los demás. Cuentos chinos, mentiras, engaños, cuentos ínfimos, calumnias, desengaños. Hay quien tiene más de una venda en los ojos. Ya lo dije hace unos pocos días: existen tantos caminos que seguramente en algunos somos princesa. En el resto, sólo hay cuentos chinos que la vida nos enseña a esquivar. Dicen que un buen libro se basa en los recuerdos, en la imaginación, en la inventiva de los cuentos, y en la trasnparencia para querer transmitir... bueno, no sé si lo dicen; lo digo yo. Quizá aquí empiece el mío. "I will never love again...", o en busca del final feliz. "Happy ending, my dear friend...". O quizá esta entrada sólo sea una excusa para mostrar una foto que me ha quedado bastante chula... No lo sé ni yo. Quizá eres princesa, quizá te he contado un cuento... chino.
Yo tenia una princesa que se convirtió en dragón, con la espada de la indiferencia lo maté. Cogi un camino y me encontre a otra princesa que me contaba cuentos y resulta que no eran chinos. Happy ending, pero a lo mejor no es verdad, ejejejje ¡Lastima que se acabe el fin de semana! un abrazo, curiosa entrada.
ResponderEliminarNo solo existen las princesas... A veces los príncipes, terminan convirtiéndose en los dragones, y otras, esos mismos dragones son los que te rescatan. ¿Quién conoce la felicidad absoluta? El que ha conocido la tristeza ¿Quién conoce el odio? El que ha conocido el amor... Tal vez, cuentos chinos, pero son, nuestros cuentos chinos.
ResponderEliminarLa foto es preciosa, me encantan esos cielos.
Yo tengo mi Princesa particular, porque así lo he decidido...y nuestro cuento es infinito porque no dejamos de iventarlo y construirlo cada día, el resto, el odio, la mentira, les desengaños... los pasamos cuando nos infectan, pero realmente no los consideramos parte de nuestras vidas...irreal? por supuesto que sí, pero somos dos princesas felices que luchan con sus propios dragones... (y sí al foto es maravillosa).
ResponderEliminarDime si tan solo por un instante no has sido feliz, al ver lo que tu mirada ha reflejado en una lente?. La felicidad, como el odio, no se pueden medir, por suerte, creo que si fuera siempre nuestro estado, la vida no sería VIDA. Para vivir plenamente, y dar valores a todo lo que nos rodea, tenemos que sufrir, AMAR DUELE, SER FELIZ DUELE, SINO.... QUE SENTIDO TENDRÍA ESTA VIDA? DIMELO TÚ.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Manolo, cuanto tiempo, ¿eh?.
ResponderEliminarMe gusta mucho el tema de los cuentos, todo el mundo vive un cuento paralelo a la vida, tanto la realidad como el cuento escrito en sendos libros que seguimos paralelamente, lo complicado es saber cual de los dos cerrar. Por lo general, cerramos el de la vida, es mucho más agradable la la mentira caramelizada que la realidad, con toda su mierda, es demasiado realista. Pero cuando cierras uno de ellos, el otro continúa bajo el túnel y tarde o temprano has de alternar, tornándose cada uno de ellos cada vez más abstracto y curioso. Si descuidas uno de ellos, y continúa evolucionando acabas por sentirte extraño a tu regreso. Pero el cuento es cuento, con sus fantasías, príncipes, princesas, dragones a los que matar y heroicidades que cometer, puedes saltarte lo feo de la historia y regocijarte entre arándanos y animales parlantes. Cuando deja de gustarte, lo cierras y te inventas el resto a tu conveniencia y si no tienes cuidado puedes quedar atrapado en el por siempre.
Si descuídas la batalla real, los pasos sobre la tierra, las verdaderas dagas que te apuñalan, al volver, puede que encuentres tu propio contorno en tiza el cualquier rincón del sucio suelo.
Un abrazo.
Pues sí que te ha quedado una foto bonita, sí, aunque jamás he dudado de la creatividad que nos regalas cámara en mano... (sigo esperando mi cielo violáceo jejejeje)
ResponderEliminarEn mi vida soy Princesa la mayor parte del tiempo; una princesa en ocasiones boba que se ha quedado obsoleta en el tiempo y que procura- con mucho esfuerzo- mantener viva su ilusión de castillos maravillosos, dragones custodios, cíclopes malvados y de su caballero eternamente dispuesto a rescatarla de cualquier desatino. Resulta difícil mantener viva la ilusión en los tiempos que corren, sobretodo cuando de los sueños más hermosos te despierta el sonido del móvil o algún que otro brusco bocinazo en plena calle.
Que sepas también que en ocasiones y según con el pie que se levante esta Princesa puede llegar a convertirse en una bruja de las de verruga en la nariz jajjajajajajaj
Besitos y buen lunes.
Hola a todos de nuevo!!
ResponderEliminarBueno, era esta una entrada un tanto extraña, divagando sobre cosas algo irreales... os lo habéis tomado bien, jejeje, me alegro.
Me alegro también de volver a leer a Vic, aunque creo que das una interpretación algo exagerada a mi post, pero bueno, yo ahí no entro y lo respeto. Tampoco te voy a llevar la contraria, jejeje...
Akasha, será por cielos... tantos como almas, tantos como espejos, tantos como los reflejos que se dibujan en tu cara. ¿Quieres cielos? Los tendrás... no te preocupes, que los tendrás.
Besos y abrazos para todos!!
jeje, cierto... creo que me la he llevado a mi terreno...
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