El alfil es la única pieza de ajedrez que no puede cambiar a una casilla de otro color distinto del de la casilla donde empieza. No es una pieza directa, siempre va en diagonal. Ni siquiera saben llegar al final, en la mayoría de los casos, con un simple movimiento. Lo único que saben hacer bien es ir de un extremo a otro.
Hay personas como el alfil del ajedrez. Poco directas, que dan rodeos, titubeantes. No saben ver más que el color que tienen delante, son tozudas y reprochan que los demás, pasamos radical de un extremo a otro, cuando en realidad sólo el alfil o la reina pueden hacerlo. Las torres son directas y seguras, y pueden escoger el color que pisan a cada movimiento. Los caballos alternar continuamente ambas posibilidades, y pueden probar, con tiempo, todas las casillas del tablero. Hasta un simple peón puede elegir color, es trabajador, va lento pero seguro, y nunca mira hacia atrás. La reina es orgullosa, imita a todos, pero tiene iniciativa y la posibilidad de escoger y reflexionar cualquier movimiento. El rey es cauteloso pero firme en sus decisiones. Todas las formas de ser merecen un respeto, pero el alfil... qué pena ser alfil en esta vida...
Si me gusta tu perspectiva sobre esto...
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