Caminas en círculo sin destino alguno, y cuando pasas por mi puerta, no te atreves a sacar la llave para abrirla y demostrar todo lo que tienes que demostrar. Mis pensamientos van por ti... mis llantos hace tiempo que ya no van por nadie. Ese es uno de los grandes errores que buscan las personas porque, en definitiva, es el que acaban obteniendo; no importa el cuándo, sobre todo si no tenemos la certeza o la promesa de que va a llegar. No hay que esperar a que suceda algo para reaccionar, para estar seguros de que seremos capaces de responder adecuadamente. No hay que ver el futuro para actuar en dicho futuro si realmente no somos capaces de valorar el momento presente. Y no lo digo por mi. Me recuerda a mis tiempos de estudiante cuando me señalaban una fecha lejana con un examen en particular. "Queda mucho tiempo aún". Y diez y tantos años después, uno ya no recuerda la calificación del examen, pero sí recuerda la premura de que un día antes no sabía ni el cinco por ciento de la materia que había que estudiar. Evidentemente, no lo hacía por mi. Ciega juventud.
El único culpable es aquél que siempre está empeñado en asignar la culpa de algo a los demás. Mis recuerdos en tu honor. No sé, pienso que algunas personas pierden demasiado tiempo en buscar culpables. No hay peor derrota que la de la no evolución. Hoy hago fotos, juego con la tableta y cambio pañales... bueno, todavía no. Pero el futuro es siempre incierto. Sin embargo, el pasado es siempre invariable. Y hace dos años no jugaba con la tableta pero sí con los amigos, o hace cinco años, o quizá diez. Siempre he hecho algunas cosas, y ahora estoy haciendo otras, y en unos años, haré otras. Y no importa que muera con el suelo lleno de pelusas si mantuve una sonrisa en mis labios. No importa. No es problema de despreciar lo que consideramos inútil y adorar lo que siempre nos mantiene contentos. Apenas hay cosas que sean completamente inútiles, al tiempo que casi nunca estamos siempre contentos. Es más, casi siempre buscamos la palabra "nunca" para explicar lo inexplicable. Pero, por más que nos empeñemos, no existen los horarios en nuestro tiempo libre. Es libre. No debe tener horarios.
Por eso existe la separación entre dos personas no equilibradas. Si una intenta compensar siempre a la otra estará muriendo sin permiso, viviendo la vida que no le corresponde. Siempre libre una de ellas, esclavitud para la otra. El optimismo es resignación, la alegría es frustración y las muchas ganas se convierten en obligación casi injustificada. Una persona sin capacidad de decisión es una persona sin destino definido. Debemos ser libres de escoger lo que queremos, con la posibilidad de acertar o de errar. Y si yerro, lo habré decidido yo. Si me equivoco, es culpa mía. Por haber puesto en la balanza incógnitas ya despejadas o variables no deseadas; entiéndase como tales los consejos de la gente que quiere lo mejor para ti, las influencias de los amigos, de la familia o de los simples hechos que nos rodean. Demasiada información a nuestro alrededor, aunque casi nunca la solicitemos.
Ahora, en este preciso momento, no podemos dejar de sentirnos mal. Al menos, yo. Por el simple hecho de estar aquí sentando escribiendo una reflexión que, seguramente, no servirá de nada. Y miro hacia atrás y la pared me impide ver más lejos de un metro, aunque puedo intuir lo que ocurre. Pero creo que ya no existe nada que me guste hacer y que al tiempo me haga sentir mal. De todas formas, lo hago. Y las cosas no cambian. Igual que si no lo hiciera... así que, puestos a elegir, es obvio, ¿no? No me gusta sentirme derrotado antes de empezar la batalla. Espero mantener siempre la energía y el optimismo para seguir caminando, compartiendo y realizando las tareas que siempre me han gustado. Me puedo alejar de alguien si camino en sentido opuesto a su posición... pero también me puedo alejar de alguien si es ese alguien el que camina en sentido opuesto a mi posición. Y, haciendo válido el símil... yo me mantengo quieto y firme. Así que todo depende del punto de vista con que se mire. No siempre un mismo hecho se produce de una sola manera.
Ya me quedo más tranquilo...