¿Bailas? En la noche de la Cenicienta, labios sabor de rosa, que ya no caigo en la cuenta... te esperabas cualquier cosa; el futuro no se inventa, me lo dice mi conciencia como quien come por vergüenza y pone pies en polvorosa. El problema persiste. Puede que sea eterno; y si algún día no lo es, puede que sea intenso. Problemas que derivan en otros problemas, y así seguimos pasando pensando que quizá algún día se acabe este maldito cuento. El príncipe desespera y los dragones nacen triunfantes. Siento que nadie me espera, que voy de desastre en desastre, y que el cuento de la Cenicienta escondía demasiados diamantes. Por eso se llama cuento a los cuentos. Que no hay nada tan brillante... como la mentira que te cuento, así, como lo oyes. Y si me miras... ni me lo creo. O si quieres, me lo invento...
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