Y otro. Y otro más. Así son los días cuando vives de noche. Al menos, así los veo. Vivir de noche para poder sobrevivir, para trabajar, dormir de día y sentir que cuando te levantas ya es de nuevo casi de noche, mientras haces la rutina parte de tí. Y entonces te vuelves a marchar. No parecen seis o siete noches de trabajo, parece un día interminable que termina justo cuando vuelves a entrar en un turno matutino o de tardes. Y se hace agotador. Que no quiere decir que no pueda realizar ciertas cosas. Pero sí que cuesta un gran esfuerzo. Mi vida cambia cada dos meses, y ninguno de esos cambios es para mi tiempo libre, para mí o para los míos. Muy a mi pesar. Aún así, sigo creyendo que esta es la línea a seguir, y que los próximos dos, tres o cinco años pueden ser decisivos; ahora es cuando estamos sembrando. Creo que voy ganando madurez y constancia, firmeza y, por qué no decirlo, algo de autoridad. Si algún día, cuando me levante, veo que no tengo absolutamente nada que hacer durante el mismo, y durante el siguiente, y el siguiente, quizá sea entonces cuando termine de madurar y pueda por fin emprender mi viaje a lo deseado. Que aún no sé muy bien lo que es... pero sí sé que lo deseo. Lo que pasa es que hoy día, con la que está cayendo, es demasiado arriesgado. No me siento ni más ni menos sólo que al principio. Y no sé dónde está el principio. Pero sí que me siento mejor acompañado. Es fácil abrir la puerta dando un empujón... lo difícil es cerrarla. O puede que no sea necesario.
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domingo, 26 de febrero de 2012
miércoles, 22 de febrero de 2012
EL MÉDICO
By María.
Noah Gordon nos cuenta la historia de un joven aprendiz de médico, con un don para sanar, el cual recorrerá la Europa sombría y oscura del siglo XI, hasta la fascinante Persia, para encontrarse con el mejor maestro: el mítico Avicena. Rob Cole, un niño de nueve años, queda huérfano en la ciudad londinense del siglo XI, con la responsabilidad de buscar familia a sus cuatros hermanos menores. Cuando lo consigue, conoce a Henry Croft, un cirujano barbero, que va de pueblo en pueblo, ejerciendo de curandero, a la vez que montaba espectáculos, y se hace aprendiz. Ahí es, cuando se da cuenta de que posee un don, ya que cuando toca las manos de las personas sabe, si van a morir, o no.
En la primera parte del libro, el autor nos muestra una Inglaterra Medieval fría y oscura, típica de ese siglo, dándonos a conocer infinidad de paisajes y costumbres de esos tiempos. Tras la muerte de Henry, Rob conoce a Benjamín Merlin, un médico judío, el cual le habla del más eminente médico de la remota Persia: Ibn Sina o Avicena. Para poder llegar hasta él, se tiene que hacer pasar por judío, y ahí comienza un sin fin de aventuras, durante un viaje que duró casi dos años. Adopta el nombre de Jesse ben Benjamín para poder llegar a Oriente, y así conseguir estudiar en la Madraza de Ispahán. Este libro engancha desde el principio, y es el primero de una trilogía. Los siguientes son, CHAMÁN y LA DOCTORA COLE, los cuales pienso leer en cuanto pueda. Es un libro de aventuras y viajes que te transporta a esos lugares en una época, en que los caminos estaban llenos de salteadores y bandidos, capaces de matar por un trozo de pan duro. Lo que más llama la atención de la historia es la humanidad del protagonista. A mí me ha parecido entrañable, ya que anteponía la salud y el bienestar de los enfermos al suyo propio, y tampoco pretendía ganar dinero con ello, cosa que muchas personas no entendían. También me ha gustado por la parte que dedica a la medicina. Te hace ver, y pensar, que gracias a hombres como él, la medicina ha evolucionado a través de los tiempos, porque saltándose las leyes hasta el punto de poner sus vidas en peligro, han investigado en clandestinidad, para llegar a conocer el cuerpo humano por dentro, cosa que estaba prohibido por la religión.
Está muy documentado, y lo recomiendo a todas las personas que les gusten, la historia, y la medicina. Es bastante bueno.
En la primera parte del libro, el autor nos muestra una Inglaterra Medieval fría y oscura, típica de ese siglo, dándonos a conocer infinidad de paisajes y costumbres de esos tiempos. Tras la muerte de Henry, Rob conoce a Benjamín Merlin, un médico judío, el cual le habla del más eminente médico de la remota Persia: Ibn Sina o Avicena. Para poder llegar hasta él, se tiene que hacer pasar por judío, y ahí comienza un sin fin de aventuras, durante un viaje que duró casi dos años. Adopta el nombre de Jesse ben Benjamín para poder llegar a Oriente, y así conseguir estudiar en la Madraza de Ispahán. Este libro engancha desde el principio, y es el primero de una trilogía. Los siguientes son, CHAMÁN y LA DOCTORA COLE, los cuales pienso leer en cuanto pueda. Es un libro de aventuras y viajes que te transporta a esos lugares en una época, en que los caminos estaban llenos de salteadores y bandidos, capaces de matar por un trozo de pan duro. Lo que más llama la atención de la historia es la humanidad del protagonista. A mí me ha parecido entrañable, ya que anteponía la salud y el bienestar de los enfermos al suyo propio, y tampoco pretendía ganar dinero con ello, cosa que muchas personas no entendían. También me ha gustado por la parte que dedica a la medicina. Te hace ver, y pensar, que gracias a hombres como él, la medicina ha evolucionado a través de los tiempos, porque saltándose las leyes hasta el punto de poner sus vidas en peligro, han investigado en clandestinidad, para llegar a conocer el cuerpo humano por dentro, cosa que estaba prohibido por la religión.
Está muy documentado, y lo recomiendo a todas las personas que les gusten, la historia, y la medicina. Es bastante bueno.
By María.
viernes, 17 de febrero de 2012
SUITE FRANCESA
By María.
Irene Némirovsky nos presenta una novela excepcional, escrita en condiciones excepcionales. Retrata con maestría una época de la Europa del siglo XX. La historia se inicia en Paris, los días previos a la invasión alemana en un clima de incertidumbre y confusión. Tras las primeras bombas, miles de familias se lanzaron a las carreteras huyendo de ellas. La autora retrata con precisión las escenas que se suceden en el camino: ricos burgueses angustiados, amantes abandonadas, ancianos olvidados en el viaje, los bombardeos sobre las casas, los engaños para conseguir agua, comida y gasolina…
Todo esto acontece en la primera parte de la novela llamada TEMPESTAD EN JUNIO. Este libro está inacabado, puesto que la autora murió sin poderlo terminar. La segunda parte, llamada DULCE, nos cuenta la presencia de los alemanes asentados en un pequeño pueblo, al este de Paris, llamado Bussy. La presencia de los invasores, despierta odios, pero también historias de amor clandestinas, retrato intimista de la burguesía ilustrada, con una visión implacable de la sociedad francesa durante la ocupación alemana. Testimonio profundo y conmovedor de la condición humana, escrito por alguien que no llegó a conocer siquiera el final de esa guerra que le tocó vivir. La relación entre ambas partes es muy tenue, lo cual se pueden considerar como novelas independientes unidas por la época histórica a la que se alude. La escritora sabe transmitir al lector todo lo que pasó durante esos años, con un realismo impresionante. Hace unas descripciones estupendas, y algunas de ellas ronda la poesía. Es una pena que no pudiera escribir las cinco partes que pensaba hacer, pero al final del libro hay una serie de apuntes y cartas, donde explica algo de lo que pudiera haber sido, y es bastante interesante. A pesar de todo es una buena novela, la recomiendo…
Todo esto acontece en la primera parte de la novela llamada TEMPESTAD EN JUNIO. Este libro está inacabado, puesto que la autora murió sin poderlo terminar. La segunda parte, llamada DULCE, nos cuenta la presencia de los alemanes asentados en un pequeño pueblo, al este de Paris, llamado Bussy. La presencia de los invasores, despierta odios, pero también historias de amor clandestinas, retrato intimista de la burguesía ilustrada, con una visión implacable de la sociedad francesa durante la ocupación alemana. Testimonio profundo y conmovedor de la condición humana, escrito por alguien que no llegó a conocer siquiera el final de esa guerra que le tocó vivir. La relación entre ambas partes es muy tenue, lo cual se pueden considerar como novelas independientes unidas por la época histórica a la que se alude. La escritora sabe transmitir al lector todo lo que pasó durante esos años, con un realismo impresionante. Hace unas descripciones estupendas, y algunas de ellas ronda la poesía. Es una pena que no pudiera escribir las cinco partes que pensaba hacer, pero al final del libro hay una serie de apuntes y cartas, donde explica algo de lo que pudiera haber sido, y es bastante interesante. A pesar de todo es una buena novela, la recomiendo…
By María.
jueves, 9 de febrero de 2012
UNA INFANCIA TRISTE
No deberíamos ser nosotros quienes juzgáramos cómo de feliz fue nuestro pasado. Y nuestra infancia, menos aún. Si nos acordamos de nuestra infancia es por que ésta nunca fue triste. De lo contrario la habríamos olvidado por completo. Hoy añoro esos momentos en los que la Semana Santa era siempre Semana Santa en la infancia. No había que cuadrar días, ni gastar vacaciones, ni esperar a que llegara. No había que entender que podía llover, ni había que conformarse con verla por la tele, con recordar las fotos de los años en los que pude estar, para compensar los que no pude estar.
Quien pueda pensar que no soy feliz con mi vida, con lo que tengo, o con lo que he dejado de conseguir, se equivoca. Cada uno tiene lo que merece, y de nosotros depende el cambiarlo. Tampoco es mentira que podemos hacer más de lo que estamos haciendo. Pero buena voluntad nos falta a todos. Aún así, a veces me siento mal, lo suficientemente mal como para pensar en el pasado para buscar y corregir mis errores. Errores que, en el fondo, son de todos. Eso sí que es triste, y no la infancia de cada uno. Porque, finalmente, estoy aprendiendo a ser como quieren que sea. Lo que veo, lo que observo, es luego lo que empleo, y eso no es reprochable. Y aquí sí que hay diferencias, entre lo que fue mi infancia y el modo de verla desde la madurez del atolondrado. Y esa es la diferencia entre mi infancia y yo. Que en mi infancia, pude lo que quise. Y yo quiero lo que puedo. Son los demás los que no quieren. Cada vez estoy más convencido: todavía nadie en este mundo ha obtenido todo lo bueno de mi, simplemente por que no lo quieren. Hay tantos reproches inútiles que consumen nuestras vidas que cuando se apague nuestra verdadera llama se darán cuenta de lo que pudimos ser, de lo que quisieron que fuéramos y de lo que, realmente, llegamos a ser. Son tres conceptos muy diferentes, que cuanto menos se parezcan a lo largo de nuestra vida, mucho mejor.
Quien pueda pensar que no soy feliz con mi vida, con lo que tengo, o con lo que he dejado de conseguir, se equivoca. Cada uno tiene lo que merece, y de nosotros depende el cambiarlo. Tampoco es mentira que podemos hacer más de lo que estamos haciendo. Pero buena voluntad nos falta a todos. Aún así, a veces me siento mal, lo suficientemente mal como para pensar en el pasado para buscar y corregir mis errores. Errores que, en el fondo, son de todos. Eso sí que es triste, y no la infancia de cada uno. Porque, finalmente, estoy aprendiendo a ser como quieren que sea. Lo que veo, lo que observo, es luego lo que empleo, y eso no es reprochable. Y aquí sí que hay diferencias, entre lo que fue mi infancia y el modo de verla desde la madurez del atolondrado. Y esa es la diferencia entre mi infancia y yo. Que en mi infancia, pude lo que quise. Y yo quiero lo que puedo. Son los demás los que no quieren. Cada vez estoy más convencido: todavía nadie en este mundo ha obtenido todo lo bueno de mi, simplemente por que no lo quieren. Hay tantos reproches inútiles que consumen nuestras vidas que cuando se apague nuestra verdadera llama se darán cuenta de lo que pudimos ser, de lo que quisieron que fuéramos y de lo que, realmente, llegamos a ser. Son tres conceptos muy diferentes, que cuanto menos se parezcan a lo largo de nuestra vida, mucho mejor.
domingo, 5 de febrero de 2012
PAISAJES DE LA PROVINCIA DE GRANADA
Como sé que muchos no vais a poder venir a ver la exposición (más bien diría todos... es normal), he subido las fotos a mi cuenta de flickr, que empezaré a utilizar para mostrar mis trabajos agrupados en distintos álbumes. Las 20 fotos de esta exposición que lleva como título "Paisajes de la Provincia de Granada" las podeís ver en el siguiente enlace:
http://www.flickr.com/photos/manuelgarciafotografo/sets/72157629132351715/
http://www.flickr.com/photos/manuelgarciafotografo/sets/72157629132351715/
Espero que os guste y que las críticas sean, al menos, constructivas. Por lo que me consta, las fotografías están gustando, pero nunca llueve a gusto de todos. Gracias por vuestras visitas.
miércoles, 1 de febrero de 2012
MI PRIMERA EXPOSICIÓN
Pues sí, he conseguido montar una exposición, con 20 fotografías de la provincia de Granada y, la verdad es que, aunque es modesta y los cuadros tampoco son demasiado grandes (la próxima será mejor, si todo va bien), yo estoy muy contento porque las fotografías están gustando mucho y las está viendo la gente, que para mi es lo importante. Ahí tenéis el cartel de la misma. Os invito a que os paséis a verla si podéis, es en Teatro Municipal del pueblo donde resido. Ahora estoy buscando alguna forma de exponerlas por internet, tipo blog, página web o algo parecido para que también se puedan contemplar en las pantallas de todo el mundo. Si venís por Granada, avisadme que seré vuestro guía y, como no, haremos una visita a la exposición.
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