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sábado, 25 de febrero de 2017

DE DOS EN DOS

Aferrados a una silla para poder vivir. En sentido literal, y en sentido figurado. Comiendo y pasando sueño, mantenemos el culo en un equilibrio mágico, casi inexistente pero fijo, como si fuera perenne como las hojas caducas que no caen ni cuando el viento está en calma. Figuras imaginativas que danzan en la televisión que tenemos, siempre ignorada, a la altura de nuestra espalda. Casi ni sabemos vivir fuera de la silla, que respira oxígeno casi por tres. Es lo que tiene ser pobre: hasta lo más personal carece de nombre, aunque sólo sea en nuestra imaginación.

De dos en dos nos vienen a veces las cosas: ideas, sorpresas, regalos u objetos. Una nueva casualidad se apodera de nuestra vida, casi sin buscarla. Son ganas de complicar la existencia. Pero, una vez te acostumbras, seguramente hasta nos gustarán las ventajas que ello conlleva. Felicidades de dos en dos, con la mente en el futuro cercano para no olvidar el pasado que aún se aleja demasiado despacio.

De dos en dos caen las gotas de agua en la lluvia cuando nos fijamos solo en los números pares; la lluvia, las flores del árbol, las ganas o los trozos de vida en forma de años. Porque los años caen para algunos, mientras que para otros pasan. Siempre hay dos puntos de vista.

Felicidades, de dos en dos. Que el futuro de mi ángel encuentre el mejor pasado de su cielo... y también del mío.

sábado, 18 de febrero de 2017

INOCENCIA

Después de todo, todos volvemos a ir como la lluvia va al mar. La vida siempre tiene más de un sentido, pero nunca sabemos cuál es el mejor. Si miramos el horizonte, tierra y cielo se terminan juntando en un mismo camino. Y, aún así, son diferentes estilos. 

Jamás me imaginé a solas en la oscuridad con mi propia sombra, maldita, escondida en el filo de un cuchillo. Todavía sueño con vidas paralelas e imaginarias que podrían haber formado parte de un futuro que, al menos, en esta vida, no va a existir. No es el principio del final, sino el regreso a uno mismo, el regreso a la inocencia. Amor, devoción, sentimientos, emoción. Sin tener miedo a ser débiles ni a ser fuertes, siempre intento mirar en mi corazón. Ahí reside la inocencia.

El problema es que, mientras estoy soñando, también estoy durmiendo. Y no puedo dejar de lado una cosa para tratar de evitar la otra. Lo importante es reír cuando queramos, y llorar cuando debamos. Y no al revés. Ser uno mismo y no esconderse.

Creer en el destino. 

Sin importar lo que la gente opine, siguiente nuestro camino. Mi camino. No me rendiré. Le daré otra oportunidad a mis deseos de volver a ser un niño. Porque, a veces, el silencio debe ser escuchado.

Siempre intentaré volver. 

sábado, 11 de febrero de 2017

LUNA REGALADA

No somos hombres de acero ni mujeres de miel, con sombras de cuero ni lágrimas de papel. Todo es una dulce tentación. Más vale tarde que nunca. Y funciona. Ahora entiendo las cosas que nunca entenderé, por mucho que me esfuerce. Más vale una crítica a tiempo que mil reproches fuera de lugar... siempre y cuando la crítica sea fiel a sí misma, una crítica de verdad, sin desmerecer ni caer en los típicos tópicos. Hay dolores que nunca se van. Y la paciencia los mitiga, sobre todo si el yugo del amor ha cesado en su insistencia. 

Esta es la historia de un triste lugar donde la luna no se podía regalar. Con tantas razones que no se pueden contar, realmente. El tiempo pesa y no puedo olvidar que los días pasaban y se ocultaban sin preguntar. Pero la verdad es que no, que la luna no se puede regalar. Aunque lo intenten. Porque en la noche no tenemos lugar donde descansar.

No fue por falta de intentos, ya que nos sobraban las razones. Ahora la lucha es otra. La lucha pasa por tener la mente fría y el llanto escondido tras unas gafas de sol. ¿Dónde está? ¿Dónde va? No me atrevo a preguntar.

Me da susto. Como a ella...

sábado, 4 de febrero de 2017

CABEZAS DE DOBLE MIRA

Cabezones hay en todos lados. Personas con derechos, también. Aunque los más cínicos suelen ser, al mismo tiempo, los más cobardes. Es normal que luego sientan vergüenza de mirarte a la cara. Me alegra saber que no pueden dormir tranquilos. Yo no sé vivir mirando a través de la mirilla. Una vez más, como siempre, sólo queda esperar a que el tiempo ponga cada cosa en su sitio. Porque, queramos o no, el tiempo pasa y las cosas se sitúan en su lugar, mejor o peor, pero se terminan situando. Todos hemos soltado alguna mentira siempre que nos ha interesado. Pero no siempre la necesidad equivale al capricho. Allá cada uno con su limpieza interior.

A veces, el problema surge cuando no podemos distinguir entre los aciertos y los errores. A mayor probabilidad, menor margen de error. Maniobramos según nos interesa o, en algunos casos, según nos imponen los caprichos en nuestro cerebro. Después, más adelante, vendrá la necesidad, y será cuando nos acordemos entonces de los momentos pasados; un favor nunca puede ser una necesidad cuando no nos importan las necesidades de los demás. No necesito que nadie me entienda; con entenderme yo mismo, es suficiente...

...aunque otros se empeñen en lo contrario. Cabezas de doble mira.

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