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sábado, 26 de diciembre de 2015

FELIZ NAVIDAD, NOA

Allá donde quiera que estés, o donde te lleven. Allá donde los sueños sólo son sueños y las estancias infinitas formas de mirar. Porque, de momento, hay cosas equitativas y cosas que no lo son. Aún pensando en el mejor de los momentos, ni siquiera el peor de los suplicios llora por mi.

Nadie elige lo que va a ocurrir, ni nadie lamenta lo que quiero decir. Brindé por ti en el silencio de la noche, rompiendo mi voz con el sonido inequívoco de el descorchar de una botella. Sigues creciendo mientras disfrutas a tu manera. Miré el cielo de luna llena y también brindé por él. Seguro que él brindaba por mi, tras tantos años gritando a la ventana de mis susurros. Pensé en mi familia, en ese tres mas dos, binomio irregular de adultos separados por trienios. No es mayor la lejanía de esos tres que la soledad de esos dos. Y eso me produce tristeza. Pero todos tenemos derecho a estar tristes.

Recuerdo el año en que me levanté el día de Navidad antes de que amaneciera, cuando era tan pequeño que no podía creer que la noche precediera al día. Mi madre cocinaba y, a través de la puerta que daba al patio, se respiraba el gélido viento. No recuerdo más recuerdos de aquel momento, pero sé que no lo soñé. Fueron momentos de intentar no dejar pasar el tiempo y, con el tiempo, valga la redundancia, te das cuenta de que todos los momentos vuelan entre los dedos de mis manos.

En fin. Que la Nochebuena existe, y se vive despierto, y se piensa. Entonces pasa, como un mal sueño, justo en el momento en que el sol te recuerda que debes seguir pensando en vivir por un lado y sobrevivir por otro lado, mientras siempre piensas que la próxima Navidad será mejor. Siempre la próxima será mejor.

Nunca aprenderemos.


sábado, 19 de diciembre de 2015

MUJERES DE DOBLE CARA

Hace un año, dijeron esto de mí:

"Pena y lástima es lo que siento por ese hombre que hace años creció, siendo tan sólo un niño inocente, en el seno de una familia, si puede llamarse así, que jamás ha conocido el Amor, la Ternura, el Cariño, los Besos, la Ilusión, los Sueños...

Por ello, desde su infancia hasta su avanzada madurez, tan sólo pudo conseguir dibujar en su rostro una disfrazada sonrisa a base de constantes ANTIDEPRESIVOS.

PENA siento por aquel niño, que fue víctima inocente de mamar tristeza desde que nació..."

A ver. Reflexionemos:

Todo tiene su primer año, y hay cosas que no se olvidan por muchos más que pasen. Ni esas dos personas que lo dijeron, ni nadie, sabían de una situación ni tienen derecho a juzgar por el simple hecho de juzgar, y más aún creyendo lo que ven (o quieren ver) e ignorando todas las llamadas de ayuda que habían podido escuchar.

Cuando alguien no tiene argumentos para defender algo que no se puede defender, lo más fácil es acudir a la demagogia, la descalificación o el insulto barato. Lo importante es no dejar pasar por alto la oportunidad para arremeter contra lo que ellas mismas fueron incapaces de entender. No siento odio, ni venganza, ni rencor. Ni miedo tampoco. Así que no temo dar nombres porque ni miento ni oculto la verdad. Y ellas sí mienten, y, sobre todo, ocultan, ocultan mucha verdad y engañan callando. Olga quizá no sabía que su hermana (mi ex-mujer) me había amenazado con una falsa denuncia por maltrato. Marga seguramente no sabe que se querida mujer Olga dijo que su hermana merecía a alguien mejor que yo y que yo era un hijo de puta. Y si lo saben, con más motivo demuestran su maestría en el arte de la falsedad.

Pensaban que me iban a quitar a mi hija y que me iban a desplumar, típico pensamiento feminazi de quien no valora al hombre y se cree, por el simple hecho de ser mujer, un ser superior y con más derechos. Yo sí que siento pena y lástima por ellas y por su familia, porque ellas no saben lo que es la pena y la lástima. 

Sí, sí sé lo que es una familia, una familia que no me ha abandonado nunca y que me ha ayudado a llegar donde estoy. Porque no estoy hundido en la mierda, como ellas piensan. Porque según ellas, el cariño y la ternura es decir palabras bonitas y dos minutos después gritar a tus padres porque algo no es como uno quiere. Los besos son los sustitutos del falso amor, y la ilusión es regalar un tupper del todo a cien mientras te hacen una foto (hay que aparentar siempre) en el momento de quitar el papel de regalo el día de Reyes. Un sueño es abandonar a una hermana en estado avanzado de embarazo de alto riesgo y luego presumir de sobrina como si fuera un muñeco de trapo o un objeto de usar y tirar. Por tanto, el amor son todos esos sentimientos juntos que hacen de la mentira la gran falsedad. Así que antes de juzgar una familia que no conocen, una FAMILIA con mayúsculas como la mía, que se miren el ombligo y arreglen los problemas de la suya, una familia llena de complejos, malos modos e incomodidad absoluta. Porque yo si he estado en su casa, pero ellos no han estado en la mía.

Incultos son también los que confunden los antidepresivos con los ansiolíticos. Porque jamás he tomado un antidepresivo. Quizá ellas no puedan decir lo mismo. Y los ansiolíticos no son malos. Los toman el 60% de la población y la ansiedad es una enfermedad más hoy en día. Yo al menos no oculto lo que soy. A mi sí me ocultaron una enfermedad. El complejo de inferioridad por una condición sexual, mujer que ama a mujer, es más grave que cualquier enfermedad. Mi enfermedad, según ellas, es mala... pero no me va a impedir cuidar a mi hija. Otras enfermedades sí que lo pueden impedir.

Así que, queridas mías, antes de juzgar, hay que aprender a quererse. No sabéis lo que mamé pues no estuvisteis ahí. No me hace falta dibujar sonrisas, porque nunca usé la falsedad como arma; algo que manejáis muy bien. Sonreí mucho mejor cuando desaparecisteis de mi vida, estoy feliz, tengo lo que quiero y lucharé por mi hija SIEMPRE mientras me quede un aliento de vida. No os deseo ningún mal, pero el tiempo pone siempre las cosas en su sitio...

Debe ser vuestra condición humana... que sentís pena por los demás sin motivo, y no veis quién da pena realmente. Eso sí que es tristeza, y no lo que vosotras os pensáis. El arrepentimiento que veo me lo demuestra día a día...

Qué pena...

PD: Primos y tías que sólo saben una parte de la historia, que se abstengan de opinar y se preocupen de otras cosas más importantes de sus vidas, que seguro que las hay, como aprender a escribir bien o buscarse otro país, si fuera necesario. Yo me entiendo.

sábado, 12 de diciembre de 2015

IMPERSONAL

Busqué en la conciencia de lo impersonal y no hallé quien me explicara la verdad. Son ciegos los secretos de quien espía sin confiar en la tenacidad de tus oídos; que no escuchan. Sólo se creen lo que no deben confiar a nadie. Orden y desorden conviven sin prudencia, mientras que los niños duermen soñando sus mejores pesadillas. Lo abstracto no desea lo que no quiere lo real, y lo real se vuelve a enrollar con lo impersonal, inverosímil realidad.

Aquello que nos envuelve, en cierto modo, nos rodea. Pagamos con creces todo lo que tardamos en arrepentirnos de ciertos momentos vividos y pasados. Ambas cosas se asemejan.

Por eso, no quiero dar a conocer nada nuevo. Simplemente pretendo hacer ver que tan complejo es lo malo como lo bueno, lo fácil como lo difícil, la capacidad de decisión como la pasividad de la no actuación ante hechos que se antojaban bastante previsibles. Son fechas difíciles para mi, pero infinitamente muy satisfactorias si las comparamos un año atrás. Me contendré algo más... pero puede que el próximo capítulo libere algo de rabia presa en mi corazón.

Y en la mente de todos, y en la mentira de algunas. No sólo de aniversarios buenos vive la humanidad; menos aún las arpías... 

No iban a ser menos, ¿cierto?

sábado, 5 de diciembre de 2015

SIN CLASE O CON ESTILO

Tener 50 años no es mejor que tener 40, ni entrar en la cuarentena es mejor que vivir la treintena, ni por supuesto, esto es mejor que vivir la juventud de los 20. Y el que diga lo contrario, miente; o se engaña a sí mismo. Lo que los años nos dan, el tiempo nos lo quita. Y tener más años sólo sirve para tener más experiencia. Pero es normal; hasta mi hija, con menos de dos años, va adquiriendo experiencia cada día que pasa.

Querer mostrar la felicidad aparente disimulando la realidad de la percepción se me antoja, cuando menos, desilusionante. Seguro que, si pudiéramos elegir, no escogeríamos muchas de las cosas de las que hacemos. Sin embargo, regalar sonrisas es tan fácil que además sirve para robar penas. Nos quieren engañar intentando que veamos que las penas son las de los demás, pero alguien medianamente inteligente se daría cuenta de que, en el fondo, la pena personal es la que no se puede esconder. Se asoma tras la sonrisa.

Lo que realmente regalan es la ironía personificada en una clase que no tienen con un estilo personal, pero inapropiado. Porque tener estilo no es lo mismo que tener clase, aunque haya gente que entienda que sí. Por ello se muestran como fantoches mostrando un estilo de forma ridícula, en el amplio sentido de la palabra. Es como el ególatra que no sólo siente veneración por sí mismo, sino que necesita que los demás lo veneren tanto o más como ellos mismos nunca lo harían.

Qué equivocado está el mundo, en todos los aspectos.

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