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sábado, 28 de noviembre de 2015

FALSA AMISTAD

Lo falso es aquello que no se percibe desde la distancia. Sin embargo, montamos en cólera cuando lo detectamos, más aún, si nos afecta en primera persona. A veces hay que saber ceder, mientras que otras veces hay que saber rectificar. De hecho, lo falso y lo verdadero tienen el mismo valor mientras no se desvelan los secretos de las palabras que los mantienen en el aire.

Me pregunto ahora por el interés de mantener algo... o incluso a alguien. El interés no deja, en cierto modo, de estar ligado a la falsedad, aunque sea por un pequeño hilo. Reprochan y reprochan, y no se cansan de reprochar lo que interesa según en qué momentos, y, después, falsean los reproches y los vuelven del revés.

Sólo pretendo reflexionar, una vez más. Llegó un momento en que llegué a cansar; es cierto que soy el primero en no querer mantener falsas amistades, pero aún sin pretenderlo me acusaron de ello para, una vez más, mirar boca abajo y mentir sobre lo que dicen que hago y no se dan cuenta de que no saben mirarse en un espejo. Partiendo de este punto, me pregunto el interés de una falsa amistad imposible negada por todas las partes, no solo por mí, pero ansiada por motivos que desconozco.

Pero no importa. No conseguirán nada.

De todas formas, hay quien ve los motivos a leguas de distancia. A veces pienso que simplemente se aprovechan de mi inocencia.

sábado, 21 de noviembre de 2015

FECHAS INADVERTIDAS

Quizá mis deseos van por ti. Entramos ahora en el dilema de la declaración. No valemos lo que somos, pero puede que tampoco seamos lo que valemos. ¿Cuántas veces se repite la historia? Soluciones demasiado drásticas pero, al mismo tiempo, contundentes. Mucha gente se pasa buscando excusas toda su vida.

Un año es la distancia mínima que nos marca el calendario para que todo vuelva a ser cíclico. Siempre hay un primer año para todo. Después de 365 días, las fechas me pasan inadvertidas, por lo que se vuelven rutinarias y sin deseos de ser vividas; más de lo mismo.

Entiendo a quien le gusta lo mismo una y otra vez. Yo mismo peco de mi propio pecado, valga la redundancia. Lo que no entiendo es la falta de empatía y, sobre todo, la escasez de respeto hacia lo que debería ser respetable, como mínimo. Y eso ocurre con las fechas. Pasan y no dejan de pasar, y cada año habrá un día exacto al anterior, que ocurra lo mismo, que cuente lo mismo, que nos haga olvidar o nos haga recordar lo mismo... o cosas diferentes, según el punto de vista del observador y del observado.

Sin importar el día del año, un día es un día, y si sabemos restar, es un día menos.

Y si sabemos sumar, es un día más... para decir que tenemos un día menos.

sábado, 14 de noviembre de 2015

ODIOSAS PALABRAS

Cuando mi ex pronunció las palabras de denuncia por maltrato, no me lo podía creer. Hoy se cumple un año del momento en que tuve que abandonar un hogar ya bastante resquebrajado a pesar de los intentos de mantener un pilar firme.

Y me busqué la vida. Secuestraron a mi hija el tiempo que supieron hacer que yo esperara una firma en un papel. Más de tres meses sin verla crecer. 

No a la violencia de género, soy el primero en decirlo.

Pero también digo NO a las falsas denuncias. 

Aunque es difícil. Interesa el voto fácil a los políticos corruptos que no hacen sino empeorar una situación que va a peor para ambos bandos: cada vez, más mujeres muertas y más hombres inocentes en la cárcel. Aquí sí interesa obviar la presunción de inocencia que nos venden en nuestra querida Constitución.

Guardo su confesión como oro en paño de que se inventó esas palabras para conseguir algo que ni ella misma sabe.

Un año después, he ganado mucho, muchísimo, en todos los sentidos. Y lo que pareciera que pudiera haber perdido, no está siendo así. He dejado hilos bien atados que pueden tomar impulso para ponerse a mi nivel en cualquier momento.

Todavía hay gente que no sabe qué es lo que les merece la pena... 

Lamentable.

sábado, 7 de noviembre de 2015

FLORES Y SOMBRAS

El arrepentimiento no produce sombra con la luz de la verdad. La vergüenza no nos da luz si la usamos como una forma barata de desprestigio. Flores y luces de neón comparten la misma sombra apagada que pelea con la mentira de tus besos.

Allí donde dijiste amor entendí miseria y desolación. Te miré a los ojos y descubrí color, calor y celos sin envolver en papel de regalo. Entonces hablaste, y pronunciabas palabras. Pocas, aunque a veces intensas; la mayoría innecesarias. Es el recuerdo de los años, en los cuales las arrugas se marcan menos que la vejez de nuestros rostros.

No puedo estar siempre regalando flores. Me dijiste amar, sentir, cuidar, tener, establecer o querer. Escuché el grito de la pasividad, aunque quise creer. Sin tacto, ciegos o sordos, nos cerramos puertas sin escuchar a la razón.

Lo siento. No he podido abrir ninguna puerta más desde entonces. La tuve que romper.

Porque aquél día, de todas maneras, te regalé flores desde la sombra de mi habitación...

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