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sábado, 31 de enero de 2015

LAS 6 NOTAS DE MI PIANO

Los sueños se viven de noche, y mis noches son para no soñar; bueno, sólo algunas... aquellas en las que ahora escucho las notas de un piano que, tiempos atrás, afloraban otros sentimientos apagados por los gritos de una madre. Hay muchas cosas que no elegimos, simplemente porque no podemos. Como el perdón y el olvido. Mientras que el primero está en nuestras manos, el segundo es impredecible. Muchos dicen que perdonan, pero que no olvidan. Nos ha jodido... van a lo fácil. Eso también sé hacerlo yo.

Las madres siempre tienen razón, aunque no digan nada. Y, por mucho que se niegue, influyen... aunque no tengan razón. La razón... demasiado subjetivo el concepto, según el color de los ojos que la miren. Así que no olvido la bofetada que un adolescente atolondrado recibió cuando fue empujado fortuitamente y, sin querer, dio un golpe a su abuela. Es la prueba de lo que decía antes: las madres siempre tienen razón, por encima de los hijos. Pero yo no elegí a mis abuelos, ni a mis padres, ni a mis hermanos. Me enteré de que existían cuando tuve uso de razón.

Y ahora, cuando me paso las noches pendiente de una pantalla, las tardes pendiente de las imprudencias y locuras de un pequeño hombrecito de pelo blanco, o las mañanas pendiente de las probables meteduras de pata (no encuentro mejor forma de definir este trabajo...), me doy cuenta del significado de las palabras que acompañan un pasado que fue simplemente como tuvo que ser. No. No olvido tampoco lo bueno. Quisiera creer, al menos, que mis hermanos aprendieron algo de mi, al igual que yo de ellos. Como las notas de un piano, o de una guitarra de cierto grupo que uno de ellos me enseñó, y que sabe encontrar las lágrimas en lo más profundo de mis ojos; o como la tristeza de un llanto espontáneo tras ver partir un tren en la lejanía con un mal disfraz llamado barco; o quizá la satisfacción de hacer algo por alguien sin esperar nada a cambio y llenar de orgullo un corazón demasiado tímido como para sentirse alegre...

Respeto, coraje y perseverancia. Y ella, la que siempre tiene razón, la suma de todos. La suma de todos. Así son, así somos, así soy... y justamente suena Brothers in Arms en la radio... lo único bueno que me ha pasado esta noche.

sábado, 24 de enero de 2015

GRACIAS, PERO NO

Mis temores se confirman cuando pienso lo que escribo, cuando escribo lo que siento y cuando siento lo que pienso. Es más fácil reírse de los demás que despreciarse a uno mismo, y eso es algo para lo que no estamos entrenados. Siempre se piensa en ser lo mejor en algo, y realmente sólo terminas siendo uno más, del montón. Al igual que está todo inventado, el puesto para los mejores también tiene dueño, así que si conseguimos ser al menos algo diferente ya podemos darnos con un canto en los dientes.

La vida sería más fácil si nadie intentara disponer de la realidad de los demás, sobre todo cuando no se tiene la más remota idea de lo que se está disponiendo. Me parece bien que cada uno busque la felicidad para sí mismo. El problema es que hay tantas formas de ser felices como personas en el mundo. Y la principal forma de hacer infeliz a alguien consiste en no respetarlo; a partir de ahí, el resto del camino se hace con los ojos cerrados.

No poner maldad en un acto no significa que dicho acto sea correcto. Ni mucho menos que haya que agradecerlo. Que no todo lo blanco puede ser negro, ni todo lo negro puede verse siempre con claridad.

Que aún no he visto ninguna ayuda sincera y sin nula conveniencia. Gracias, pero no.

sábado, 17 de enero de 2015

EL HUEVO DE LA SERPIENTE

He de reconocer que aún no pasé por momentos que la vida tiene marcados como su propia ley. No sabría reaccionar en esos momentos; más bien, desconozco cómo podría reaccionar. El tiempo lo dirá, porque llegará. Todo llega. Esta premisa se está convirtiendo en mi filosofía, en un estilo de vida.

Por esto, quiero recalcar que no quiere más a una persona aquél que la llora más, ni aquél que la besa más, ni aquél que se rasga las vestiduras defendiendo la persona aún sin tener razón. Ni aquél, ni aquella.

Nadie está a salvo. Pero ya es tarde; las cosas que no se dicen en vida, no se pueden demostrar en muerte. Si alguien piensa que por dar un beso a mi gente no la quiero, que piense más en ella misma, en si dijeron todo lo que tenían que decir cuando tuvieron la oportunidad. Si no me cuentas la verdad, no me gusta tu forma de querer. Y lo demás sólo es una forma de autoengaño. Porque, como decía mi abuelo, la muerte es lo único que no tiene solución…

…lo que no sabía mi abuelo, es que algunos ven la solución en la propia muerte.

sábado, 10 de enero de 2015

LLENÁNDOME DE NOSTALGIA

Somos vasos vacíos donde escurren los hilos de los sentimientos dejados atrás en el tiempo, siempre lejano. Las gotas de nostalgia no sacian nuestra sed, ni quitan las ganas de llorar, de lamentar, de reprimir. Odiamos la nostalgia tanto como la necesitamos. Recuerdos de tardes de música traspasando la calle de mi ventana, de estudios tempraneros que apenas llevaban a nada, de juegos diminutos y sueños de carcajadas, de calor soportado a altas horas de la madrugada, de sonidos de radio y susurros de magia desvelada...

Tiempos que acompañan, a cada segundo, para mantener siempre la esperanza. Pasos que no llevan a nada, caminos sin pasos que no recorren distancias.

sábado, 3 de enero de 2015

SENTIMIENTO MÚTUO... O INDEFINIDO

Nos referimos a algo así cuando no está definido, algo que no sabemos muy bien cómo explicar, o algo difícil de ubicar, como nuestro propio límite sobre cualquier adjetivo en el cual queramos pensar. Me cuesta, a pesar de que lo intento con bastante interés, el mostrarme indiferente sobre aquellas cuestiones que realmente deberían pasar inadvertidas ante mi ser. Pero, a veces, el deseo supera las fuerzas; ya sé que no está bien, pero no lo puedo evitar... seguro que está relacionado con la posición de nuestros límites.

Mi decepción parte de mí mismo; un ser conformista tiene todo aquello con lo que se conforma... y reconozco que soy el primero en negar el hecho de ser conformista, pero es más difícil luchar por algo mejor cuando sabes que no lo vas a conseguir; o quizá sí lo consiga, pero no merecerá la pena tanto esfuerzo para mejorar algo que sabemos que carece de umbral.

Con el paso del tiempo, voy aprendiendo a diferenciar los estereotipos de esta vida tan singular. Con los ojos bien abiertos, siempre atento a nuestro alrededor, hace ya un tiempo que distingo entre los que viven para ellos, sin pensar en los demás, de aquellos que, sin dejar de tener sus preferencias, se molestan, al menos, en ser respetuosos con la vida que no les corresponde.

Hay sitios donde no quiero estar, y siempre que lo pueda evitar, evitaré estar. Porque aunque sólo sea una sospecha... me da por intuir, y no es casualidad, que tampoco se interesan mucho de que yo esté en dichos lugares. No me gustan los circos, ni los espectáculos melodramáticos que esconden sonrisas tras la puerta entornada y las miradas perdidas... puede que a algunos les fastidie lo poco partícipe que me pueda mostrar, pero no tengo ya edad para lamer culos...

El sentimiento es mutuo, y si me das a elegir... lo tengo claro.

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