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lunes, 3 de febrero de 2014

SACRIFICIOS DEL PASADO

No es la primera vez que me ocurre; tengo la cabeza llena de frases, pensamientos e ideas para plasmar en mis escritos, y cuando me siento ante la pantalla, me bloqueo. Otro daño colateral de unas circunstancias un poco extrañas en las que vivimos sin querer, sin darnos cuenta... ah sí. Se me va abriendo la mente... El amor. El amor, la responsabilidad y el tiempo pasado. Conceptos diferentes pero entrelazados según nos convenga, que se entienden bien por separado pero no tanto en un conjunto hipotéticamente perfecto.

Responsabilidad no es amor. Esto no lo digo yo, sino que se aprende con el tiempo. O al menos, no es amor según la persona a quien intentes explicárselo. Sí, lo sé. No soy precisamente el mejor amante; seguramente, sea de los peores. Pero la ayuda que recibo también es nula. Sé que suena a excusa, pero si dicen que el amor es cosa de dos será por algo. Yo puedo amar muchas cosas, y la expresión no es necesaria cuando sabes que no la vas a obtener. Al fin y al cabo, siendo "cosas", no puedes esperar otra cosa. Pero hay otros tipos de amores que no se refieren a objetos. Y siguen empeñados en darme cosas que no quiero. El problema es que ni siquiera preguntan.

Relacionemos el concepto con el tiempo pasado. Cuando fui de una manera porque realmente me daba igual, lo hacía por amor. Primer error. No esperaba nada a cambio. Sólo intentaba comprender el punto de vista de lo ajeno y adaptarlo al personal y, si realmente no influía en mi vida, ¿por qué no me iba a dar igual? A veces te hacen ver que no te puede dar igual, y tienes que elegir. Esto ocurre cuando a la otra persona también le da igual. Entonces, ¿para qué elegir? quizá deba llevar un dado en el bolsillo para dejar actuar al azar. Por tanto, hice mucho por este efecto mal llamado pasotismo simplemente por agradar a la gente; eso no implica que yo sea así. Segundo error. Porque se van a pensar que lo que a uno le da igual, es lo que realmente le gusta, cuando no es así. Esto ocurre, sobre todo, si no se preocupan en aquello que te gusta, haciendo que tomen prejuicios sobre uno cuando apenas te conocen. 

- ¿Cogemos el camino A o el B?
- Me da igual.
- Elige.
- De verdad, me da igual. El A mismo.
Al día siguiente:
- Vamos por el camino A que es el que te gusta a ti.
- Esto... eso no es cierto, a mi me da igual.
- ¡Que sí! Que es el que te gusta y punto.

Así pasa con todo.

¿Y qué tiene que ver todo esto con la responsabilidad? Pues mucho, porque la responsabilidad prevalece sobre los gustos, y aquí sí que no queda más remedio que hacer lo que uno tiene que hacer. Nos guste o no, nos de igual o no, hay que hacerlo porque sí, y no hay más que explicar. Y si el amor es cosa de dos (supongo...) la responsabilidad también lo es. Así que, al menos, intento ser responsable, ya que en la otra faceta soy algo desastre. Y creo que eso deberían valorarlo, ya que ser responsables en un conjunto necesario implica demostrar amor. Aunque no se diga, aunque no se vea. Pero se debería entender, se debería saber leer entre líneas, y saber cuándo exigir y cuándo no.

Me da la sensación de que sacrifiqué mi pasado para tener un futuro mejor... y ahora tengo que sacrificar mi futuro para recuperar algo de mi pasado. Y en el presente que tenemos, es duro pensar así. Porque siempre se equivoca el mismo, y parece que siempre aciertan los demás...

...y entonces soy malo, simplemente, porque cambié... y no supieron conocerme antes mejor. Pero me da igual. Bueno... no, mejor no. Que luego dirán que hasta me gusta ser malo...

Ironías de la vida.

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