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lunes, 23 de diciembre de 2013

LA NAVIDAD DEL OTRO...

Será por las pocas ganas de mirar hacia otro lado; por la impaciencia de caminar sin sentido; o quizá por la desazón de quien no camina como debe. El motivo es indiferente cuando la causa es insalvable. Parece una condena. Navidad feliz en una infancia ya demasiado lejana, Navidad odiada en un presente demasiado trabado. La Navidad es vida también cuando no queda más remedio que cumplir con la misma. El que no lo ha vivido, no lo entiende, y el que lo entiende es porque no lo ha sufrido. Mirémoslo de otra forma similar: me gusta estar más libre los días considerados normales a cambio de esto. No digo que sea malo, pero tampoco tiene por qué ser necesariamente bueno u óptimo. Es mi forma de creer en el destino. Sí, algo cruel. Eso ya lo he dicho otras veces. Nadie me dijo, en ningún momento, que lo disfrutara mientras pudiera. Bueno, miento. Sí que me lo dijeron. Lo que pasa que es muy fácil hacer oídos sordos a todo aquello que no nos interesa. 

Aún así, dadas las circunstancias, me lo tomo con sabiduría, y hasta es una suerte trabajar en Navidad. Precisamente por eso, porque tengo trabajo. Y por otras cosas que ahora no voy a mencionar. Así que el que no se consuela es porque no quiere, o quizá porque no sabe ver el otro lado de las cosas, algo a lo que cada vez trato de estar más acostumbrado. Todo tiene dos caras (o más, si añades la falsedad...) y tienes que saber cuál usar en cada momento para no entrar en la rutina que los demás quieren imponer.

No quiero una feliz Navidad, porque de todos los años que me la desearon, en uno de ellos falleció mi abuelo. El porcentaje es paupérrimo, lo sé, pero no engaña de la realidad ni nos priva de la verdad. No pretendo ser cansino, pero el pasado no se puede cambiar. Quizá un día se me olvide el año, pero aquél año no me olvidará a mi ni a mi familia. De todas formas, no voy a volver a hablar de esto. No quiero una feliz Navidad porque ésta no nos transporta a un universo paralelo, ni nos cambia de vida, ni de sexo, ni nos hace más jóvenes, ni nos evita morir. Así que, ¿por qué ser feliz una día? ¿por qué desearlo? Prefiero enfocar mis esfuerzos en hacer que los demás sean un poco mejores el resto de los días. Y el de Navidad también, por qué no... sigue siendo un día de nuestras vidas.

Así que... Feliz Día. Hoy, por ser uno más de nuestras vidas. Y mañana por el mismo motivo. Quizá el futuro me haga volver a pensar como antes... pero el antes es muy amplio, así que nunca se sabe. Lo único que sé es que cuando pase mañana, estaremos en otro día, y así una vez, y otra, y otra...

Y estaremos siempre pendientes de la Navidad del otro, mientras nos resignamos a vivir la nuestra.

2 comentarios:

  1. Ya queda poco!!!! Si, ya queda poco!!!! Esta noche llega Papa Noel jejejeje, bueno que yo no hice la carta, confío en mandar mis propios regalos, así que te quería mandar algo super especial para esta Navidad, pero me he encontrado con un problema ¿Cómo envuelvo un abrazo y un beso?

    Lo he solucionado con un comentario jejejeje, así que Felices fiestas!!!!!!

    Y no te olvides pasar por mi blog a por el regalito navideño, mi libro gratis.

    Un besazo.

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  2. Aunque no quieras felices fiestas, al menos recoge el abrazo. Un besazo.

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