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viernes, 30 de diciembre de 2011

UN VEHÍCULO SIN FRENOS

Así es la vida. Sin oportunidad de pensar cuando te encuentras un cruce, porque si no lo has pensado de antemano, te lo saltas, y no puedes volver atrás. Hoy os voy a contar algo más de mi, y el por qué siento que todo me sale mal (o con suerte, regular), y seguro que me comprenderéis un poco más. Esta vida que antes comentaba tiene unas reglas, y la más importante es de la de sobrevivir, sea como sea. En marzo, encontré trabajo. Mileurista, pero algo es algo. Sólo me quedaba un mes de desempleo... aunque se respeta las horas según convenio, lo mismo me pilla 8 tardes, 4 descansos, 7 noches, 2 descansos y 5 mañanas que cualquier otra combinación posible. En mi empresa tiene que haber siempre dos personas las 24 horas del día, da igual que sea miércoles, domingo, nieve o te derritas de calor. Cada 3 meses uno tiene que casi mendigar la renovación del contrato, nuevamente producida hasta marzo. Resulta que ahora me han llamado para el Ayuntamiento de la Bolsa de Empleo que me apunté hace unos meses. Me han cogido, igualmente, hasta marzo, de media jornada por las mañanas. Ya he dicho en el otro trabajo que, por favor, no me pongan mañanas. Al menos entre semana. En enero me han hecho caso, veremos a ver que pasa los próximos meses. Por si fuera poco, realizo cursos (preparo las diapositivas, los videos, las animaciones, la teoría, los tests...) extraoficialmente sin contrato laboral (se establece una especie de contrato mercantil...). Cursos que me pagan muy bien, y que empecé a desarrollarlos hace dos años, pero que por circunstancias, en vez de hacer uno al mes, se me alargan a dos o tres meses, y mientras los miran, revisan y pagan, pasan casi cuatro. Lo mismo en abril paso de 3 trabajos a 0. No sé nada. Lo mismo me dicen que ya no haga más cursos (acabo de empezar el sexto, y no sé de donde voy a sacar el tiempo...), lo del Ayuntamiento se acaba y en mi trabajo no me vuelven a dar la limosna de unos nuevos tres meses... me quedo con cualquier trabajo a cambio de saber con seguridad que me dura más tiempo... pero como dije antes, este vehículo llamado vida no tiene frenos, y estoy tomando unas decisiones que no sé si son las correctas o no, pero que me están pasando factura. Porque luego se juntan otros factores que ahora no vienen al caso, pero que terminan afectando y el poco tiempo libre que tengo y debo emplear para lo que debo hacer, no me concentro y se me pasa sin darme cuenta. Creo que nadie me valora y creo que, a pesar de todo, las obligaciones de los demás, por insignificantes que sean, son siempre más importantes que las mías. Y eso no ayuda.

Mil perdones a Anto, a Mayte, a Akasha, a Tamara, a Bet, a Anne y a todos los que esperan que de más de mi, pero esto se me escapa de las manos. Y a todos los demás blogs que suelo visitar. Lo siento, Akasha, de momento no puedo seguir tu nueva historia. Lo siento, Anto y Mayte, por no comentar, por no leer relatos que tengan más de seis lineas, no tengo tiempo de nada, y me esperan 3 meses bastante deprimentes. Los siento con todos los blogs que me gusta leer y que no puedo. Si tengo 20 minutos libres a la semana, podré programar las fotos del otro blog para 5 o 6 días. Si tengo 10 minutos más, podré poneros alguna de mis canciones favoritas con algún texto. Y este blog, puede ser que caiga. Porque este blog es, para mi, y cada vez más, como un niño que muere antes de nacer. Y eso no se olvida nunca. No me estoy despidiendo. Dejaré entradas cuando pueda para que podáis comprobar que sigo vivo... eso sí, sin pisar el freno. La vida no los tiene.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

EL CÍRCULO DEL FÉNIX

Hoy mismo terminé de leer este libro, que finaliza con un epílogo bastante triste, dicho sea de paso. El libro es bastante ameno y divertido, con mucha acción y muchas sorpresas, si bien debo decir que es todo pura ficción y quizá (será por mi forma de pensar...) yo espero otras cosas de estos libros. Tiene mucho diálogo y va directo al grano, y en un libro de más de 500 páginas eso es de agradecer, porque no se hace pesado y la fluidez y la historia hace que quieras leer y leer sin parar. Sin embargo, la trama quizá es algo previsible. Demasiada teoría en cuando a la alquimia y todo lo que ésta conlleva, con sus explicaciones, hacen que a veces nos perdamos en la materia, si bien no es indispensable para seguir la historia. Como todo buen libro que se precie, Caroline Grey, su autora, sabe mezclar la acción, el suspense y, como no, muchos giros inesperados.

La historia se desarrolla en la Inglaterra de mediados del siglo XIX. Cassandra, una "ladrona" de alto rango ya retirada, se ve inmersa en la búsqueda de la piedra filosofal tras recibir un misterioso paquete de su amigo a los pocos días de ser asesinado. Según las bases de la alquimia, Cassandra y su grupo, que se va formando por distintas casualidades (el hijo del hombre asesinado, un periodista que investiga los pasos del Círculo del Fénix, un doctor amigo de la protagonista, su inseparabe hermana y un lord inglés de pura cepa) lucha contra un grupo que persigue el mismo objetivo y que parece ser el responsable del asesinato del amigo de Cassandra. Grupo que, como dije antes, se hace llamar el Círculo del Fénix y que conforme se va desarrollando la historia, vamos descubriendo sus integrantes, deparando en muchas sorpresas. Como dije antes, buen libro, entretenido, quizá algo fantasioso y para un público, por eso, algo más joven, pero... ¿quién ha dicho que yo no lo sea? Recomendable, siempre que no os asusten los libros gordos...

domingo, 25 de diciembre de 2011

QUINCE

Cuando el destino se separa de nosotros, no queda sino asumir la realidad. Cuando somos nosotros los que nos separamos del destino, solemos decir que no creemos en él. Quince son pocos, y al mismo tiempo, demasiados.
Todos los años existe un número que no me gusta. Simplemente, depende del año los cuales, afortunadamente, son cambiantes. Y, sin embargo, cada año parece que importa menos, que nos olvidamos con más facilidad y que nuestros esfuerzos no merecen la pena. El número de este año es el quince. El del año que viene espero que sea el dieciséis. Porque la única verdad es que nada es imposible. Sólo depende del momento en cual queramos empezar a contar...

jueves, 22 de diciembre de 2011

COMO UNA VELA...

Fuerte cuando se ilumina, cuando empieza su vida, débil cuando sabe que llega su final. Me consumo sin saber muy bien el cómo ni el por qué. Quizá es lo que esperan de mi. Que me apague, que me consuma. A veces soy capaz de coger aire, un nuevo oxígeno que llega a mis pulmones, y puedo transmitir mi luz a los demás, mi calor y mi energía, para conseguir que los otros también brillen. Pero no se esfuerzan en brillar. Por lo que vuelvo a la apatía del frío que rodea a las velas, del final de una etapa que no se sabe cuando terminará, pero que terminará. Irremediablemente. Sentirse vela es triste. Que soplen a tu alrededor lo es aún más. Y nadie se preocupa por esta vela que ni siquiera sabe si está cerca su final o, por el contrario, le queda mucho oxígeno por quemar. Aunque con tanto viento alrededor, es difícil que aguante mucho tiempo...

lunes, 19 de diciembre de 2011

LA NAVIDAD DE CLARA

Llovía con insistencia sobre el tejado de la iglesia. Los niños miraban con tristeza a través de sus cristales. Juan comenzó a llorar y Miguel mostraba tristeza en su diminuto rostro.

Clara entró en la sala con una sonrisa en los labios. Su indisimulada alegría chocó con la apatía de los niños.
- ¿Qué ocurre? - preguntó.
- Hace frío y llueve mucho. No podemos jugar - contestó Carlos, el mayor de ellos.
- Lleváis muy poco tiempo aquí, niños. Tenéis que aprender a jugar a otras cosas. Precisamente hoy os iba a enseñar un nuevo juego.

Clara entendía perfectamente a aquellos niños, que apenas llevaban allí unos meses y sólo conocían el calor. – Vamos a abrir el baúl de la Navidad – dijo a los niños. Los sentó en corro y empezó a repartir extrañas ropas de colores a sus queridos pequeños amigos.

A Juan le entregó un traje azul, una barba blanca y una corona color oro. Miguel recibió una túnica morada, una barba castaña y una corona color plata. Matías obtuvo una capa verde y otra túnica azul, junto a un turbante. Los levantó del suelo y los ayudó a ponerse sus nuevas ropas. – Vosotros sois los Reyes Magos – les dijo Clara, ante la extraña mirada de los niños. Los situó en una esquina de aquella amplia habitación y les dijo que esperaran. Los niños que aún no tenían sus ropas comenzaron a reír al ver a sus compañeros con aquellos disfraces, al tiempo que éstos se sentían importantes… iban a jugar a ser magos.

Después, clara fue organizando al resto de los niños. A Patricia la vistió con un vestido blanco. Carlos fue vestido de carpintero y se apoyaba sobre su bastón de madera. Iban a ser la Virgen y San José. Nicolás se puso un traje de pastor, con zurrón incluido. E Isabel estaba encantada con sus alas en la espalda y su túnica plateada. Incluso Luis se lo pasaba en grande, sin importar que era el más pequeño de todos los niños y a veces se sentía más sólo. Una gran estrella envolvía su pequeño cuerpo, aunque veía a través de unos pequeños agujeritos por los cuales sus ojos se asomaban.

- ¿Queréis saber qué es la Navidad? – preguntó Clara.
- ¡Sí! – contestaron los niños al unísono. Ahora estaban alegres, felices, reían con sus disfraces, imaginaban grandes aventuras…
- Entonces, seguidme.

Clara abrió entonces la puerta del exterior e invitó a sus niños a salir. Se había preocupado de abrigarlos bien. La lluvia se había convertido en nieve, la tarde en noche y el frío en un extraño calor que invadía los corazones de todos los que allí se encontraban.

Clara repetía todos los años este juego con los niños nuevos del orfanato, y cuando salían al exterior, el resto de niños, un poco más mayores, se encontraban ya perfectamente organizados en aquella peculiar representación esperando a los principales protagonistas.

Y tras aquello, Clara comenzó a contar historias de Navidad a sus pequeños, el por qué de la misma, sus celebraciones, su significado y la importancia de no olvidar que cada año la Navidad nos abre sus puertas.

Un año más, Clara se quedó pensando en lo que su abuelo le decía siempre: “La Navidad es la alegría de un niño dibujada en la tristeza de un adulto”. Cuánta razón tenía… por eso se propuso, desde entonces, hacer que, al menos, en Navidad, existiera alegría en los niños. Se lo merecen más que nadie.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

FRACASOS Y VIEJAS GLORIAS

Como el perro y el gato. O perra, en este caso. Entediendo el verbo fracasar como frustrado, no teniendo el resultado esperado. ¿Cuántas veces nos preguntamos si hemos fracasado en alguno de nuestros intentos? Busco la paz y obtengo adversidad. Busco la concordia y obtengo contradicción. Busco esfuerzo, y encuentro dolor. Las viejas glorias del pasado son las que nos hacen fracasar. Fracasar como compañero, como amigo, como intermediador de la felicidad. Esfuerzos en vano que nos hacen desesperar. Que un fracaso no puede volver a triunfar, no se puede regresar para enmendar los errores fracasados, los intentos frustrados. Y cuanto más lo intento, más fracaso, más interpongo, más trozos encuentro en mi corazón. Fragmentos llenos de esfuerzo, esfuerzo lleno de decepción, decepción bandera del fracaso. Y el fracaso de uno puede ser la decepción de todos. En definitiva, no importa lo largo que sea el camino, mientras no te salgas de el mismo y sepas apartar a todos aquellos que fracasan. Y si no fracasan, lo sienten. Que es peor. Al menos, estoy fracasando... con total éxito.

viernes, 9 de diciembre de 2011

EL TIEMPO ENTRE COSTURAS

Una máquina de escribir reventó mi destino. Así comienza esta novela, de María Dueñas. La trama de la obra es la aventura de una costurera de los barrios bajos de Madrid. Su amor de toda la vida se ve desplazado, por la irrupción de una pasión incontrolada al conocer a un vendedor de máquinas de escribir, el cual la conduciría a unos destinos impensables. La huida a Marruecos con este hombre, y su posterior engaño, dejándola sola y llena de deudas, hace que su vida transcurra por distintos derroteros. Sira, que así se llama la protagonista, tiene que ingeniárselas para salir adelante, y como únicamente puede hacerlo es cosiendo. Con la Guerra Civil Española de fondo, y sin poder volver a Madrid, Sira se sumerge en el mundo exótico y turbulento del protectorado español. Mezclándose con los salones de té y los paseos entre vendedores, por las calles de Marruecos, la autora nos va mostrando un mundo fascinante, en el cual la protagonista se ve arrastrada sin darse cuenta.

Sira cabalga entre dos mundos. De pobreza y placer, entre la España de guerra y la posguerra, y los espacios de lujo de las embajadas europeas. Es una novela de espías. En ella se nombra a algunos personajes reales de esa España gobernada por el franquismo, y nos muestra el fondo social del momento. Uno de ellos es el nombre del Coronel Beigbeder, ministro de asuntos exteriores, y su amante, Rosalinda Fox, una bella dama inglesa. Serrano Suñer “el cuñadísimo”de Franco, el cual ocupa un lugar importante en esas fechas. La novela me ha gustado, por su frescura narrativa la cual no se te hace pesada en ningún momento. Es un libro que te engancha desde el principio y lo terminas de leer sin darte cuenta. Después de leer tantas historias sobre la Guerra Civil Española, ésta nos muestra la otra cara. La de las personas que estuvieron trabajando clandestinamente, para conseguir que España no se hundiera más de lo que ya estaba.

Es una buena novela, la recomiendo…

By María.

martes, 6 de diciembre de 2011

SOLEDAD

Soledad,
que no miras en ti,
sin saber donde está
el lecho de muerte
de la vida natural.

Soledad,
vacía de sentimiento,
llena de maldad
describe su tormento
abundancia de crueldad.

Soledad,
caminando por las calles
con paso poco lento
mientras miras a Linares
lamentarse en su lamento.

Soledad,
jazmín de agua sucia,
flor sin pétalo azul,
se refleja tu angustia
pensando que eres tú.

Y no eres quien marchita
las flores el pasar
Soledad, la maldita,
la palabra a olvidar,
la que siempre está presente
que no nos abandonará
ni cuando nos llegue la muerte
ni cuando nos venga a saludar.

Maldita soledad... bendita Soledad.

viernes, 2 de diciembre de 2011

PALOS DE CIEGO

Con el alma flotando en las estrellas de mi corazón, con el tierno enlace que despereza esta unión, con los palos de ciego de mi invisible bastón, con las sabias palabras que me quitan la razón... sigo mirando el horizonte, sin saber la certeza de mi ser, buscando ráfagas de viento, sin mirar el sol ni las nubes del revés. Sin dirección, sin apuntar, con la luna mostrando escote, seducción de ultramar, alas de llano húmedo, siniestro al naufragar, lamento de niño chico, sonrisas de calamar. Siento una desazón cuando pienso en el futuro que nos queda por llegar, mirando futuros meses, pensando en el pesar que nos queda de los días que vamos dejando atrás. Volvemos a la rutina de quien se acostumbra a caminar dando palos de ciego sorteando obstáculos con una facilidad pasmosa, que asombra incluso a los ciegos de verdad. Y es que no nos queda otra. Avanzar con paso firme sin dejar de otear el semblante de quien no nos deja de observar ni siquiera por azar. Que los días se suceden y no sabemos donde vamos a parar. Por eso damos palos de ciego. Para que, al menos, el destino no nos pueda sorprender, dejando en el camono tantas cosas por aprender...

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