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domingo, 14 de noviembre de 2010

EN EL MAR DE MI CORAZÓN

Mi corazón no posee mar alguno; si acaso cierto oleaje débil y temeroso, con miedo a salpicar las ofrendas de tus labios. Cada día que pasa estoy más lejos del mar. Más cerca del final. Es difícil de creer, que tres letras formen una palabra tan grande. Viví en tierra de pocos mares, crecí lejos de la grandiosidad del gran azul. Ni me interesó jamás. No quise, o quizá ni pude, aprender a nadar. Tampoco me gusta la playa. Al menos, el concepto de playa que entiendo tiene la mayoría de la gente. Estar diez horas sin hacer nada. No creo que el mar exista para robarnos tanto tiempo. El mar nos quita otras cosas, como el miedo a pasear con el agua mojándonos los tobillos. El mar nos regala su sonido. Hoy quise hablar del mar porque alguien me lo sugirió. Inconscientemente. Pero me lo sugirió. Me encanta el mar. Fotografiar el mar, sus olas y movimientos, su fina brisa que te roza amenazante, invitándote a disfrutar de él. He estado una hora, descalzo, de pie, en la arena de una playa, son moverme, mirando el mar. Y ha sido casi de lo mejor que he hecho en esta vida. No tengo mar, marinero, tengo la pena guardada en cualquier parte de mi cuerpo que cuando decide ir al mar, no sabe como llorar por aquello que nunca supo apreciar. Es el mar de mi corazón. No conozco otro mejor.

9 comentarios:

  1. Es precioso lo que has escrito Manolo,y muy bonita la fotografía.

    Un saludo.

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  2. Manolo,
    Tu si que sabes hacer fotos al mar :), me alegra saber que alguien te haya sugerido regresar al mar, has estado descalzo en la arena contemplandolo y te ha cautivado, eso es lo que tiene el mar.
    Besos marinos.

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  3. Estás que te sales, vaya con Manolo. Me gusta el sentido que le has dado a ese mar.
    Yo me voy al físico, en el mar de mi corazón hay una “tormenta perfecta” ahora mismo.
    A veces es la vitamina necesaria. Este año he estado lejos de él, lo eché de menos. Cómo me acaricia, su aroma, esos abrazos salvajes que a veces me da,… tenemos una relación amor-odio.
    Ahora que lo pienso, ya no sé de qué mar estoy hablando.

    Un beso

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  4. Vaya pedazo de últimas frases, Manolo. Estoy asombrosamente contenta de leerte hoy.
    Mi tierra és el Levante, y en él asoma siempre una playa mediterránea, cálida.
    Yo tampoco soy mucho de esos momentos robados al mar, a sus orillas; rabiosas de su celosa intimidad, violada en las temporadas del verano. Pero me gusta mirarlo, ver el sol a los lejos, cuando cae al atardecer, és un marco tan maravilloso. El mar ha inspirado a tantos artistas a lo largo del tiempo, que algo debe de tener, que cautiva tanto. Sea el mar que ven nuestros ojos, o el mar que baña los látidos del alma...

    Tu fotografía és preciosa, como todas las que nos haces llegar, sigue así y no cambies.

    Besos.

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  5. Manolo, que vengo cargada de disculpas por haberme perdido tus últimas entradas, pues por asuntos personales he estado ausente el fin de semana.

    Hoy llego y me encuentro tus hermosas letras acerca de mi adorado mar. Tengo el mismo concepto que tú sobre ese enorme manto azulado, a veces verdoso. No me gusta el mar para pasarme las horas espatarrada a su orilla como una lagartija; me gusta más en sentido poético, romántico...

    De hecho suelo escaparme (sobretodo en otoño, que es más propicio) a un acantilado que hay cerca de casa para lanzar al mar mis penas y melancolías (que son muchas y muy constantes) y allí, frente a ese mar embravecido que ruge furioso a mis pies siento lo pequeñita e insignificante que soy, y lo inmensa y poderosa que es la madre naturaleza.

    Y no me crea que tu corazón posea tan solo cierto oleaje débil y temeroso. Yo diría que a menudo es azotado por terribles galernas y mar de fondo ;)

    Besos afectuosos de esta amante del mar

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  6. Anónimo, gracias por tus palabras. Y graciar por leer este humilde blog.

    Un saludo.

    Wendy, pues sí, alguien me ha sugerido el mar y pensando, pensando, pensando... me puse a escribir y he aquí el resultado. La foto es normalita, no tiene nada, sólo es una pequeña ola... pero gracias igualmente.

    Un beso.

    Anne, espero que tu tormenta no se convierta en maremoto. Me da la sensación de que has mezclado conceptos, yo también creo que a veces ya no hablas del mar... en fin, espero que todo vaya bien sea cual sea tu particular mar.

    Un beso.

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  7. Mayte, me tenías que haber visto hace un par de años en Torrevieja, a propósito del levante, intentando clavar una sombrilla en la playa. No me gusta esa faceta, pero a veces, no queda otra... estuvimos en Crevillente, un pueblecito que no tiene gran cosa, pero me gustó. Y cada día íbamos a una playa de por allí, pues Crevillente no está en la costa. Todavía me acuerdo que siempre pasábamos por una carretera donde se veía un Spiderman colgado en una nave de un polígono industrial o algo así... La verdad es que tampoco vivo tan lejos del mar, a unos 55 kilómetros. Me alegro que os gusten mis fotografías, son normalitas... a ver si tengo tiempo y actualizo mi web de fotografías, es que la estoy mudando de sitio, la estoy haciendo más profesional, quien sabe, igual me hago fotógrafo...

    Besos.

    Akasha, no te preocupes que no tienes que pedir disculpas, todos entramos, leemos, contestamos... etc., cuando podemos. Yo el primero. Y si no mírame, tras un día que estoy agotado mentalmente, ahora tengo que seguir con trabajo y sin ganas, asñi que he pensado pasarme por "mis blogs" (si me permitís llamar así a todos los que puedo seguir) y despejarme un rato, escribir, pensar, dejarme llevar...

    Sé que te gusta el mar y que lo tienes cerca, por eso me acordé de ti al crear la entrada. Creo que el mar es un lugar idóneo para perderse. Tus pensamientos mezclados con el sonido de las olas... es un verdadero placer. Seguramente el único sitio donde no me importa perder el tiempo. Has descrito muy bien las sensaciones que deja el mar.

    Un beso.

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  8. Tampoco me va eso de tostarme en la playa, prefiero las horas del amanecer o el atardecer, cuando la gente no mancha el sonido del mar ni el horizonte con su presencia.

    Cada vez te veo más poeta.

    Un abrazo!

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  9. Jeje... ¿me ves poeta? Al contrario, se me da mal, aunque a veces me he defendido... se me da mejor rimar en prosa e imaginar mis palabras.

    Tranquilo, que tampoco me verás a mi en la playa vuelta y vuelta, como una sardina borracha...

    Gracias por tus aportaciones. Un abrazo!

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