Anuncios Google

martes, 5 de octubre de 2010

2ª EDICIÓN DEL JUEGO DEL RELATO. 8ª PARTE

♥ Ana ♥ del blog “De ratones y mujeres” vuelve a invitarnos a participar en el "Juego del Relato".

Copio íntegras las reglas del juego, tal y como lo ha explicado ella en su blog:

"Yo comienzo en mi blog un relato con las primeras 6 líneas (aproximadamente). El primero que pase por aquí y le apetezca seguir el relatondrá que decirlo en un comentario para que todos lo sepamos (con la dirección de su blog) y copiar mis 6 líneas para hacer un post con ellas y añadir 6 líneas (aprox.) más a su invención que tengan que ver con lo anterior. El único requisito es que diga de qué blog ha cogido el texto anterior y que explique el juego. De la misma manera otra persona tomará esas 12 líneas que se llevará a su blog y tendrá que cumplir los mismos requisitos. Así sucesivamente hasta 20 personas, es decir, el número 20 es el que termina el relato. Cuando se acabe recopilaré todo el relato y lo expondré aquí hablando de todos los participantes, así nos conoceremos todos un poco más y seguro que descubrimos nuevos blogs. Además crearemos un relato divertido hecho por 20 personas diferentes.
Eso sí, por favor, que queden claras y distinguidas las partes del relato (si queréis cada uno que le ponga un color distinto) para saber cuándo llegamos al número 20. (si es que llegamos...)."

Se había despedido de él con una sonrisa de quinceañera en los labios, el corazón latiendo con fuerza, los ojos brillantes, y una sensación de paz que no se correspondía con la tarea que tenía que haber realizado. Mientras se alejaba de aquella casa, las imágenes de la noche que acababan de pasar juntos le venían como destellos a la mente. Todos los movimientos, los susurros, las caricias, las risas, todo había sido fascinante, no lo esperaba, no eran los sentimientos que debía llevarse de aquel encuentro. Golpeó en el suelo con su bota para borrar las imágenes y logró recordarse que a ella la pagaban por matar. La próxima cita era dentro de tres días, esta vez no podía dejarse llevar, tenía una misión que realizar.
Se odiaba por no haberlo hecho. Por haberse dejado seducir y no estaba dispuesta a que volviera a ocurrir. Se quedó toda la noche en blanco pensando lo que tenía que hacer y cómo lo iba a hacer. Tragó saliva, saco el arma, la abrió, miró el cargador.. estaba vacío, lanzó un disparo al espejo donde se estaba reflejando... “te odio” se dijo a si misma.... “te odio”.. “lo has complicado todo. Ahora tienes que solucionarlo..."... Guardó el arma en el cajón de la mesilla, se tumbó en la cama e intento dormir. El tiempo se acaba.... Un continuo tic, tac retumbaba en su cabeza...

Debia completar su mision. Su entrenamiento deberia ayudarla a quitar de su mente y su corazon aquella noche y cumplir lo encomendado. Ya han pasado tres dias de aquello y aun tiembla al recordarlo. De todos modos, aquello seria una relacion imposible de continuar, su estilo de vida, su trabajo no se lo permitiria. Preparo el arma y la escondio en su espalda, recogio el cabello en una coleta y se disponia a salir a hacer su trabajo, cuando escucha pasos y de pronto la puerta se abre violentamente...
Sus ojos están a punto de salirse de las órbitas cuando ve aparecer en el umbral de la puerta al hombre que ha de matar. No necesita pensar qué hacer. En un movimiento fugaz, su mano empuña el revólver, apuntando a la cabeza del que ha de convertirse en su víctima. Su muerte será un paso más hacia su liberación, hacia la posibilidad de tener una vida normal algún día.
El hombre tarda unos segundos en reaccionar. Su mirada pasa del oscuro ojo del cañón del arma a los fríos ojos de ella, preguntándose si no se ha vuelto loco. Con la mano se coge el costado, bajo la chaqueta.
-¿Carla? -dice con voz inexpresiva, llena de incomprensión.
Ella no reacciona ante el nombre, no es el suyo, ni siquiera el que perdió hace ahora tanto tiempo, en otra vida y otro lugar.
El hombre cae al suelo antes incluso de que apriete el gatillo. La contempla con ojos vidriosos que ya no pueden verla. La chaqueta se abre, y queda al descubierto una gran mancha de sangre, contrastando con la blancura de su camisa. Ella mira el arma, fría en sus manos. No es ella la que le ha producido aquella herida.
Miles de veces había pensado en que llegaría este momento. El momento del arrepentimiento. Le habían enseñado y había aprendido con sangre, sudor y lágrimas que debía ser dura: "no sentir, no sentir, no sentir", ese era su tantra de los últimos 3 años. Pero, una vez más, el destino quiso que se mezclaran sentimientos con trabajo. Otra vez se dio cuenta que se volvían a mezclar el escalofrío del amor con el escalofrío de tener la sangre fría para apretar el gatillo. Pero esta vez no ha sido ella. Y eso aún la confunde más.
Recoge al hombre con todas sus fuerzas, y se prepara para cargar con él en el ascensor, meterlo en el coche y buscar una explicación a las últimas doce horas.
Ha llegado al garaje del edificio y a pesar de que hace una noche fría, nota como el sudor empapa su ropa.
Le cuesta introducir el cadaver en el maletero. Con las manos sudorosas, retira el flequillo de su cara. Abre el coche y tira la pistola en el asiento trasero.
Enciende el motor e intenta salir del garaje despacio pero sin pausa, no quiere llamar la atención. Un coche entra e intenta cubrir su rostro con la mano. La luz de sus focos la iluminan.
Una vez en la calle, no sabe a donde ir, que dirección tomar. No tenía un plan B. No contaba con una situación así.
Los rayos de la luna apenas iluminan. La lluvia ha empezado a caer suavemente.
- Bien -se oye decir a sí misma- si yo no he sido............... ¿quién ha sido?
No me habían dado plazo para hacerlo, pero se ve que tenían ganas de narices de quitarselo de encima. Aunque................. eso ................. significa que me estaban controlando..............
No entiendo nada. No...................... puñetasssssssssssss ¿dónde va ese loco? Es que ¿no ha visto el semáforo en rojo? Seguro que va ciego.
Piensa en la última noche que pasó con el individuo. No estaba bien mezclar trabajo con sentimientos. No, no lo está -se dijo-
Pero aún así, lo iba a hacer. Si, lo iba a hacer. Haría ese último trabajo. Él sería un recuerdo, un recuerdo que le trajo otro recuerdo de un pasado ya tan lejano que pensó que estaba olvidado así como el dolor que la dejó.
Uffff ¿A dónde voy? ¿Qué voy a hacer con el cadaver? ¿Por qué me lo he tenido que llevar si yo no he disparado?
Mira su reloj. Son las cuatro de la mañana. Algo tengo que hacer. Tendré que llamar a Don......... X por telefóno y decirle lo que ha pasado

Busco nerviosa en su bolso, el móvil tenía que estar en el. Se maldijo por llevar tantas cosas, después de revolver una y otra vez optó por vaciar el contenido del mismo en el asiento de al lado. No estaba el móvil, se mesó nerviosa la melena ¿Donde lo había dejado? Intento poner orden en la secuencia de los hechos, todo sucedía demasiado deprisa y no se sentía capaz de recordar con precisión.
Vio una letrero de neón azul, se trababa de un bar y estaba abierto, detuvo el coche frente a la puerta y se dirigió hacía el con la idea de tomar un café que la despejase y al tiempo ganar un poco de tiempo para pensar.
El local disponía de varias mesitas estilo Thonet con sillas a juego este detalle la hizo sentir cómoda al mismo tiempo que se preguntaba que ante semejantes circunstancias pudiese reparar en este detalle, sin embargo se sentía más liviana por ello, se sentó en una de ellas, miró a su alrededor y vio a dos parroquianos sentados en la barra que charlaban animadamente entre ellos y con el camarero, no habían reparado en su presencia. Se trataba de dos chicos jóvenes y por la conversación parecían estudiantes que salían de una biblioteca cercana donde habían estado estudiando para los parciales del trimestre, sonaba una balada de Carole King, It’s too late, sonrío con ironía, sin duda era demasiado tarde.
El camarero se acercó a ella y preguntó que quería tomar.
-Un café solo por favor- respondió ella.
Le gustaba aquel lugar y aspiró el aroma del café, no quería pensar en el contenido del su maletero, no podía.

Este es el mío:
Se llevó lentamente la taza de café a los labios sin apartar la mirada de aquél camarero; le resultaba familiar. Bruscamente, soltó la taza cuando apenas se había mojado los labios. El camarero esquivó su mirada, y caminó hacia la cocina en un intento de disimular. Parecía proclamar a los cuatro vientos sus pensamientos: "La muerte de tu enemigo es el camino más corto hacia la gloria". Casi de un salto llegó al aseo. Abrió la puerta del baño de señoras y entró. Encendió la luz y, tras unos segundos, tiró de la cadena del water. Después, pausadamente, manejó el picaporte con maestría, haciendo el mismo ruido que hace un gato cuando camina por la hierba acechando a su presa. Se introdujo en el aseo de caballeros y observó la estancia. La ventana podía ser un hueco perfecto para la huida, no quería ser la siguiente víctima. Esperó un rato hasta que notó cierto nerviosismo al otro lado de la puerta, en el bar. Si la buscaban directamente en el aseo de señoras, le daba tiempo a huir, pero tenía un riesgo del cincuenta por ciento de ser atrapada... aunque quizá el hueco de la ventana fuese suficiente.





9 comentarios:

  1. Hola Manolo, gracias por seguirlo.
    Cómo se está poniendo la cosa, ahora el camarero...
    Vengaaaaaaaaaa que alguien lo continúe.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. De nada, he tenido problemas con la conexión a la hora de publicar, pero ya he dejado comentarios en el blog de Wendy y he podido poner el texto de mejor forma para hacerlo más claro.

    Saludos y seguiremos atentos a los acontecimientos, jejeje...

    ResponderEliminar
  3. holaaa! yo quiero seguirlo!!!!
    no lo he leido todavía, pero la anterior edición me gustó tanto que tengo que participar en esta también, jejeje.
    En cuanto pueda lo publico!!!
    Una cosita... el enlace que hay en el blog de Ana no funciona :(

    ResponderEliminar
  4. Genial Manolo, muy buena réplica, me encanta el nuevo giro que le has dado y parece que Irune toma el relevo :)
    Uys que expectación, ¿como terminará?.
    Un placer que hayas continuado con el mio.
    Besos.

    ResponderEliminar
  5. ¡Vaya qué idea más buena! Y sin duda el relato que entre todos habéis creado resulta intrigante y adictivo jejejejjejejej (lo he devorado en un abrir y cerrar de ojos...) Me ha gustado tu réplica Manolo, empiezo a vislumbrar esa vena novelera que mantenías bien oculta jejejeje

    ¡Muy bien hecho!

    Besos

    ResponderEliminar
  6. Genial como va tomando cuerpo este pequeño proyecto.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  7. Ya está. Teneis la continuación aqui:
    http://piensosinpensarlo.blogspot.com/2010/10/el-juego-del-relato-segunda-edicion-9.html

    ResponderEliminar
  8. Parece que las cosas van a ponerse feas para esa mujer. Buen giro, Manolo. Esto está cada vez más interesante.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  9. Este fue un giro interesantísimo, que el camarero fuera un conocido, tremendo lío el que se le arma a la pobre mujer, y digo pobre a pesar de todo, mira.

    A ver si nos enteramos en qué termina esto.

    Saludos.

    ResponderEliminar

Anuncio