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miércoles, 22 de septiembre de 2010

LA CARRETERA ABANDONADA

Esta tarde me hice una infusión un tanto extraña: cola de caballo con menta. Dicen que tiene la propiedad de adelgazar. Adelgazo y me mantengo en mi mismo peso casi sin darme cuenta. Hubo una época, no hace mucho, que llegué a tenerle miedo a la noche. De día me sentía genial. De noche, taquicardia tras taquicardia, quizá el exceso de trabajo empezaba a pasar factura. Sobre todo cuando me tumbaba en la cama. La noche es negra cuando no existe la luz. El pánico, lo fui perdiendo progresivamente. Influyó mucho que abandonara aquel trabajo agotador. Hoy en día, no sé que pensar. No sé si prefiero las noches de verano o las de invierno. Seguramente, las de invierno se aprovechan más, por la simple razón de que son más largas. Odio caminar por la noche de las carreteras poco pobladas, escasamente iluminadas. Acelero el paso para llegar a cada farola... y debajo de aquella íntima luz, me recreo pensando en cuánto tiempo tardaré en encontrar de nuevo ese calor en un lugar distinto, una nueva farola. Tampoco me gusta mirar los coches que vienen de frente; nunca puedo distinguir al conductor. Y si me saludan, me pueden considerar un maleducado...

3 comentarios:

  1. Si te sirve de consuelo a mi me aterra conducir de noche, acabo de regresar del cine y como ya está todos en centros comerciales alejados de la ciudad he tenído que conducir y para mas inri en la entrada que cojo para llegar a casa había un control ppolicial, menos mal que me deben de haber visto cara de chica buena porque me han dejado pasar sin más :).
    No te veo mal educado.
    Buenas noches.

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  2. No digo que no sea mal educado, si no que no puedo ver cuando me saludan desde un coche y habrá veces que no haya devuelto saludos por ese mismo y simple motivo.

    A mi me da igual conducir de noche o de día, en el coche me siento bien, lo que no me gusta es caminar por calles desiertas de gente y con mucho tráfico rodado.

    Buen día!!

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  3. jjajajajajja como siempre voy a poner la nota discordante: me gusta la noche, la oscuridad, y conducir en medio de ese espeso manto nocturno que nos envuelve mientras en mi magín discurren las más disparatadas historias. Me gustan las noches con o sin luna, negras, propicias para ensoñaciones y tenebrosas historias góticas...

    Besitos caballero

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